Mano Alzada
Cultura, Feminismos

Mera de la Rosa: “Es importante que, como artistas, seamos conscientes de qué es lo que queremos hacer con nuestro arte”

Mera de la Rosa es Benita Younger en Como una uva seca al sol, obra escrita por la activista afroamericana Lorraine Hansberry (A raisin in the sun, 1961), y dirigida con pulso y sensibilidad por Ebelin Ortiz, quien nos hace un tour de force por los sueños y desesperanzas de una familia afroamericana en los 50, en pleno avivamiento del racismo a raíz de las nuevas libertades que iban consiguiendo las y los ciudadanos afrodescendientes en Estados Unidos, con el auge de un incipiente feminismo y en la génesis del movimiento por los derechos civiles.

Vero Ferrari: Cuéntame de tu experiencia como actriz

Mera de la Rosa: Mi experiencia como actriz es un poco corta, no tanta como yo quisiera. A mí me encanta la actuación, adoro el teatro, es una experiencia magnífica. He tenido la oportunidad de estar en un par de musicales hace mucho. Siempre ha sido todo bien salpicado con el tiempo, por esas personas que pueden confiar en tu talento y darte la oportunidad de pertenecer. Estuve en la primera puesta de Hairspray que hicieron aquí hace mucho, que dirigió Doménico Poggi. En una propuesta también de Armando Machuca de “El profesor chiflado”, pero más que la versión de Eddy Murphy, era la antigua, la de los años 70. De ahí mi primer protagónico fue una propuesta de teatro en La Plaza de Sala de Parto, que hicieron una sola función y todas siempre estábamos ¿por qué una sola función si era una propuesta maravillosa?, que era “Bicentenaria”, fue un par de años antes de la pandemia.

VF: Sí, yo estuve ahí, había artistas y activistas

MR: Sí, fue bravazo. ¿No te acuerdas de mí? Yo era la de la marinera cantando el himno. Ahí los protagónicos los compartí con Katerina D’Onofrio, Magaly Solier, éramos un montón. Fue muy chévere esa propuesta, me parece una de las más magníficas que he visto y era solo una función. Fue muy bonito y fue acá en el Parque de los Próceres de la Independencia. Toda la apuesta era bien significativa. Mi siguiente protagónico fue con Whitney Houston, también hace un par de años con Casa Espectáculos y era una propuesta más de espectáculo musical. Teníamos cantantes que interpretaban las canciones y toda mi historia se contaba través del baile. Este, “Como una uva seca al sol”, es mi primer protagónico y papel importante, así con texto y una historia tan bonita y un drama tan familiar y cotidiano, porque es de estos dramas en los que hay situaciones en las que la gente se mata de risa, o sea, no nosotros en escena, porque para nosotros no es gracioso, pero para la gente verlo evidentemente sí, entonces es muy rico de disfrutar, porque es una historia muy cotidiana que vivimos todos, entonces la estoy pasando muy bien aquí interpretando a Benita.

VF: Entonces has hecho musicales, has hecho comedia y ahora drama.

MR: Me he graduado hace poco de la Compañía de Teatro Físico, estoy bien contenta porque ya estoy entrando al teatro con unas herramientas importantes. Y ahora con texto estoy disfrutando más del proceso.

VF: ¿Y cómo sientes este paso de lo más natural y espontáneo a una forma más profesional de actuar?

MR: Es mucho más seguro, sobre todo la técnica clásica, cuando una la aprende bien, porque no todo el mundo tiene las habilidades de enseñar bien una técnica clásica. Yo me he dado cuenta de que te da mucha seguridad, en la danza, justo también me quiero meter a aprender un poco de ballet, porque estaba aprendiendo un poco de técnica, y ya lo que necesito más es el ballet para llegar a la raíz de esa técnica; en el canto también y ahora en el teatro, en la CTF; y estoy estudiando canto lírico también. Y todo es técnica, la técnica tiene esa seguridad de que lo que tú estás haciendo está bien. Tienes un buen apoyo. Entonces, pase lo que pase, sobre todo en el teatro, que es el momento en vivo y siempre está sucediendo, no es como que tienes otra oportunidad, tener una buena técnica en la que apoyarte es muy útil, no solo para mí como actriz, sino también para poder apoyarme y apoyar a mis compañeros en escena. Es otra seguridad. Cuando hice Whitney Houston, prácticamente terminé con depresión, y no sabía, porque yo estaba contenta, haciendo mi chamba, lo que me gusta, disfrutando el momento con bastante personas talentosas y superdivertidas, estaba pasando un buen momento, pero como el papel, el personaje, era una persona depresiva y estaba pasando por un muy mal momento, y yo no tenía estas técnicas para poder apoyarme, entrar a un cuerpo, salir de un cuerpo, yo lo estaba viviendo muy desde mi lado, muy desde la memoria emotiva y mi cuerpo lo sufrió, bajé un montón de peso. Acá, ahora con una técnica, después de haber estudiad…, eso es lo que es ser profesional, al final: hacer las cosas de una forma más segura para mí, para mis compañeros y que tenga un buen resultado.

VF: ¿Cómo ha sido el trabajo de preparación para este personaje de una joven estudiante, rebelde, feminista? Algo excepcional, pero que ya había aparecido en esos tiempos por los derechos civiles.

MR: Claro, un poco como fuera de época, pero ahí es donde todo ese movimiento comenzó a nacer. No tenía un nombre todavía, pero desde ahí es donde más o menos se comienza a mover. Hacer este papel ha sido superdivertido, porque, primero, de los personajes uno tiene que aprender a reconocer qué tiene de uno mismo. Y ahí he comenzado a reconocer un montón de cosas. Benita a mí me hace recordar mucho a mi mamá cuando era joven. Yo no conocía esa versión de mi mamá, pero he visto fotos o las historias que me han contado tanto ella, como mis tías, mis tíos, mi abuelita. Benita me hace recordar mucho a mi mamá y ya de ahí también a otras personas, y he ido rescatando esas cosas. Y conectarme también con esa chica joven, que era yo, sabes, cuando uno es joven, uno no siempre hace las cosas por malos, sino porque no te das cuenta. Y este personaje está viviendo esto de que ella, como es muy inteligente, porque es universitaria y le encanta leer, ella sabe que es inteligente, pero ella es inteligente del libro, ella no es inteligente de vida, ni de experiencia, ni de calle, lo que sí es el resto de su familia, lo que sí es su hermano, su cuñada y su mamá. Pero como ella es la inteligente universitaria, ella cree que es la sabionda de la casa, que sabe más que todo el mundo y de eso uno peca mucho cuando es joven, con es. En este viaje, en esta historia, ya se va dando cuenta un poco eso, que la vida te golpea de cierta forma, que te hace tomar ciertas decisiones y se vuelve más empática sobre todo con su hermano.

VF: ¿Y cómo ha sido el trabajo con tus compañeros y además que todos sean afrodescendientes? ¿Cómo sientes esta experiencia distinta a todas los demás?

MR: Ha sido muy familiar, debe ser porque también todos venimos de familias afros y hay muchos puntos en común de ciertas cosas como nos hemos criado en la sociedad, no solo en nuestras familias. Yo tengo la teoría de que un grupo tiene la energía de la persona que lo dirige y Ebelin tiene una energía maravillosa, ha puesto mucho de su familia en la familia Younger y creo que eso ha logrado que nosotros, al final, nos terminemos tratando con una familia, nos tenemos mucho cariño, nos cuidamos mucho, nos apoyamos y esas son dinámicas familiares que creo que ocurren en todas las casas. Eso también nos ha ayudado a sentirnos más cómodos dentro del papel. Ha sido bien bonita la experiencia, porque acá todos es como que “oye, yo llevo el cafecito allá, yo llevo el azúcar”. Más allá del teatro, hay una conexión que hemos logrado muy bonita, que aprecio bastante, porque ya es una familia que te queda para el resto de la vida y uno aprende mucho, esto es una súper escuela, porque todos venimos de formaciones diferentes y acá compartimos todo lo que sabemos y es como una escuela más también.

VF: Hay partes en donde se habla de “la mujer de la raza afro”, creo que es el hermano mayor, que siempre dice “esto pasa porque las mujeres de la raza son así”. ¿Qué opinas sobre eso?

MR: Al personaje de mi hermano de Walter, yo lo entiendo mucho por la edad que yo tengo ahora, que a veces la vida, y no quiero decir que yo pasaba lo que él ha pasado en la vida, pero a todos, en un nivel, cuando llegamos a cierta edad que tenemos que tener responsabilidades económicas, familiares, emocionales, también nos tenemos que hacer responsables, sentimos cómo la vida nos golpea, porque, como dice mi hermano, en algún momento, la vida está hecha de una forma, él no la hizo así, a él le toca vivirle y traspasarla. Entonces, todos estamos viviendo aquí en un momento de la vida donde la mujer negra, que es algo que hemos conversado mucho con Ebelin, porque nos parece fascinante ya a nivel de estudio antropológico, cómo la mujer negra y la mujer marrón, en general, siempre ha sido vista como esa mujer que puede cocinar, criar a los hijos, incluso a hijos ajenos, cuidar una casa; sin embargo, se le aprecia también como una mujer que es renegona, que es difícil de tratar, pero claro, con todo lo que tiene que pasar en la vida. Eso se ve mucho en el personaje de Ruth, de mi cuñada, que con todo lo que esa mujer tiene que pasar en la vida, ¡cómo rayos no quieren que ella esté cansada!, si tiene que proveer por todos, cuidar por todos, cuidar el hogar. O sea, me hace el desayuno a mí, a la mamá, al hijo, al esposo, ¡y todos son unos malagradecidos con ella!; además de chambear en su casa, tiene que ir a chambear a casa de otros extraños, también a lavarles la ropa, cocinarles, cuidarles a hijos extraños. Entonces, evidentemente están cansadas, son mujeres que han tenido que dejar sus sueños para proveer a sus familias y no entiende nadie por qué están en ese estado. Encima esperan que, por ser mujeres negras, tienen que estar felices y bailando y cantando todo el tiempo. Yo entiendo a mi hermano, porque él está en ese momento de la vida que necesita desesperadamente llegar a esa luz que él está viendo al final del túnel y siente que nadie lo apoya, pero claro, nadie lo apoya porque todo el mundo está tratando de apoyarse a sí mismo, que es algo que también le dice mi cuñada en un momento; entonces, son realidades que están viviendo cada uno todavía dentro de sí mismo y en algún momento tenemos que encontrar, como familia, compartir nuestras realidades para poder salir todos juntos adelante, porque ahorita todo el mundo está tirando por su lado.

VF: Pero tiene un final muy simpático.

MR: Es que al final todo es una metáfora, porque en Estados Unidos, los grupos de poder blancos compraban así todas las tierras: estafando gente, aprovechándose de ellos. Así fueron dueños de un montón de tierras, eso está en la historia de ese país.

VF: Claro, como en la película de Scorsese

MR: Esa, donde sale De Niro y Di Caprio. Esa película se pega mucho a la realidad y ha sido muy difícil para los gringos asumir esa película, porque es algo plasmado totalmente de la realidad. Entonces, si bien era como el movimiento correcto de negocios, esta obra de lo que habla es de la dignidad y eso es una metáfora de: todos queremos alcanzar nuestros sueños, pero ¿qué estás dispuesto tú para hacer realidad tus sueños? Yo, como persona, a mí me gusta mucho tener mi dignidad, yo no critico a nadie, porque también la dignidad, igual que el éxito, es un parámetro que cada uno pone, cada quien pone sus límites de lo que está dispuesto a aceptar, yo no estoy dispuesta a criticar a nadie que haga lo que sea por alcanzar el éxito, porque como adultos, somos responsables de nuestras acciones siempre y cuando no afecten a personas que sean vulnerables; pero, claro, yo sí me identifico mucho con eso de la dignidad y cosas que yo sé que no estaría dispuesta a hacer para alcanzar el éxito, que para mí el camino del éxito tiene que ver mucho con la disciplina, la chamba, el tocar puertas, el esfuerzo, aprovechar oportunidades, pero no vender mi dignidad, mi espíritu, mis ideas, mi cuerpo, no pasar por encima de nadie más para yo alcanzar un sueño. Yo estoy muy apegada con eso, porque yo siempre siento que tengo que proteger mi energía, entonces siento que, como yo estoy alineada con esa idea, hay personas que no están alineadas con esa idea y está bien, y eso no les hace daño, pero claro, yo ya me crie tal vez de esa forma; entonces, de eso se trata al final, es esta metáfora de ¿estás dispuesto a venderte tú como persona?, porque además es una raza de gente que viene de haber sido vendidas como personas. Y esto es un poco, ¿estás dispuesto a venderte tú como persona por esto?

Joy es la dueña del fideicomiso de esta historia y ella vino a ver el estreno, fue lo máximo, porque, además, nos contó mucho de la historia personal de Lorraine y nos acercó mucho más al sentir de esa historia. Ella nos contaba que con todo este movimiento donde ya los negros podían comprar su libertad, comenzaron a migrar de esas tierras donde todavía se les maltrataba y no se les aceptaba al sur, y pasaron de ser personas que eran consideradas como propiedad a comprar propiedades, y eso es muy significativo, esa es la simbología de la casa y todo esto, porque al final eso es lo que quiere decir esta metáfora.

VF: Pero si no entendemos el contexto ni cómo se vivía en sus tiempos, ni lo difícil que era ser considerado siquiera ser humano, es difícil de entender cuánto vale la dignidad.

MR: En esta obra la gente se identifica mucho por el nivel personal que tienen todos los personajes, porque además se vive acá en la casa, no hay nada más íntimo que una casa. Uno en la calle tiene ciertos parámetros, ciertas vergüenzas, cosas que uno no hace, pero en tu casa es donde te tiras pedos, caminas en calzón y esas cosas que no dirías en otro lado. Y todo sucede acá en la casa. Entonces, la gente puede conectarse a ese nivel íntimo. Todos nosotros lo vemos en los rostros del público cuando se prende la luz, pero sí hay ciertas cosas que tienen que ver mucho con la historia, el contexto de Estados Unidos o ciertas frases, incluso, que sabemos a veces que la gente no entiende mucho, a menos que estén familiarizados con la historia, pero la historia es tan fuerte que igual pasa eso, transgrede todas esas cosas que tal vez no entendemos en contexto y llega a calar en las personas.

VF: Hay algo que siempre he querido saber, ¿qué pasa cuando los autores escuchan los celulares?

MR: ¿Tú has estado en la función? ¿En qué funciones estuviste? Me da curiosidad, porque ha habido dos que han sonado un ratito, pero hubo una función que fue un escándalo.

VF: En esa escandalosa.

MR: Te juro que Mera, en ese momento quiere decir: “Oye, ya, pues, no jodas, no escuchaste media hora a mi directora hablando que apaguen el celular, carajo”, eso es lo que yo quiero hacer realmente.

VF: Yo pensé que, en algún momento, alguno de ustedes iba a decir, ¡ya apaguen el celular!

MR: Por dentro, por dentro, te juro que eso es lo que yo quisiera hacer, pero la obra no se presta, porque estamos acá creando una realidad y una fantasía que no se puede romper, hay otras propuestas que sí se prestan, la comedia, qué sé yo, hay propuestas que sí se prestan mucho para romper la cuarta pared, y te juro que yo no perdería la oportunidad para mirar a la persona como que ¡¿en serio?!, pero te juro que en ese momento, y obviamente nos hemos matado de risa ya después de la cólera, nos hemos matado de risa adentro, ¡porque ese día fue! Te lo juro que ganas no nos faltaban y en el saludo final, que a mí me tocó dar las palabras de agradecimiento a la gente, todos mis compañeros me decían: “Dile a la gente que ahora sí se prenden los celulares, que no era antes”, y yo tratando de hacerlo lo más amable posible: “Ahora sí es el momento de prender los celulares y tomar fotos, hacer videos”, pero sí los queremos ahorcar, porque nosotros somos profesionales, no va a pasar nada, la historia va a seguir, pero corta la magia, no solo para nosotros, sino para el público. La gente también es como que: “Oye, ya pues”, y ya se distraen tratando de callar al otro, entonces no es justo para nadie. Por lo menos que esté en silencio si no lo va a apagar y lo llamaban y apagaba la llamada y lo volvían a llamar y es como que ¡¿qué estás esperando?! Ya de ahí nos inventamos que era la tóxica llamándolo y le dice: “Pero tú no vas al teatro, a mí no me vengas con eso”, para reírnos, pero ganas no nos faltan de tirarlos un zapataso o algo, pero no se puede. Y encima había una señora muy linda, la señora, pero bien mayor, que estuvo tosiendo toda la función, se había sentado atrás al inicio, yo escuchaba su tos, pero no la veía y después del intermedio se sentó adelante al medio y nosotros tenemos este momento también, sin spoilear, donde nos tenemos que sentar acá con mi compañero Omar y él cuenta este monólogo increíble que, además, va totalmente con las épocas políticas de hoy en día, es como fuerte y bonito, además, porque es la forma que él tiene de hablar en el personaje y la señora estaba sentada al medio con su ataque de tos.

VF: Yo veía a la señora que se estaba aguantando y estaba haciendo mucho esfuerzo para no toser tanto

MR: Sí, pobrecita, además, era bien mayor, o sea, era imposible molestarse con ella, pero era como que señora, si usted sabe que tenía tos. Además, puso su carita de “pucha, yo no sabía que se sentaban acá”. Fue tierno y horrible al mismo tiempo.

VF: Quería saber eso, me da mucha curiosidad qué pasa cuando los distraen.

MR: Es horrible, o sea, no se pierda la magia, tenemos la técnica de estar siempre ahí puestos en el momento que eso es lo bueno, pero por dentro que el personaje está afuera en toda la dinámica y la mecánica que uno le pone con la técnica, pero por dentro uno está así despierto con la escucha, viendo qué puede pasar, si algo salió mal como lo podemos resolver, estás en todas aquí adentro, entonces claro, suena el celular y lo estás percibiendo y es como que puta madre, hay esta vez, puta madre.

VF: Por último, ¿cuáles son tus proyectos luego de la obra? ¿O tienes proyectos paralelos?

MR: Justo me ha salido un proyecto bravazo de una obra de Arthur Miller. A esta sí la quieren poner en un momento más contemporáneo, incluso yo voy a interpretar un papel que es originalmente de un hombre y lo van a poner en mujer, y me parece bravazo, porque también es una de esas historias de hace quinientos mil años que sigue sucediendo hoy en día, que tiene que ver con la migración y las oportunidades y me encanta. Justo hemos comenzado a estudiar el guion, esa va a ser una temporada cortísima de dos funciones para probar ahí en diciembre, luego ya vemos después de que comience el siguiente año.

Y seguir estudiando, estoy justo buscando más oportunidades de estudio, esto sí me encantaría que salga en la entrevista, creo que es importante que, como artistas, seamos conscientes de qué es lo que queremos hacer con nuestro arte. Muchos lugares, compañías, productoras, buscan hacer un arte político y de conciencia cultural, pero se olvidan que la política y la cultura no solo se hace cuando uno presenta una obra, sino en el día a día con todas las acciones y decisiones que uno toma. Yo pude estudiar en la Compañía de Teatro Físico gracias a que han abierto un programa de becas, porque para ellos es importante y se alinea con lo que están tratando de enseñar a través del arte y la cultura, dar oportunidades. Es parte de ser consecuentes. Cuando terminé estudiar en la CTF, quise seguir buscando oportunidades de estudio, porque las necesito, si yo pudiera, estaría hasta viajando, porque me encanta aprender, y me encontré con que muchas compañías y productoras con poder económico, no tienen sistema de becas. Chocarme con esta realidad fue un poco doloroso, porque son compañías que no están siendo consecuentes con el mensaje cultural que quieren dar. Todavía que tienes el dinero, podrías hacerlo, ofrecer un par de becas aunque sea, pero no lo están haciendo. Quiero buscar más oportunidades de estudio y seguir atrayendo más oportunidades de chamba buena en teatro y buena en televisión, en películas, todo lo que es actuación me encanta, y en música, porque también hago música, me gusta mucho la música y ahí estoy en tres proyectos: un proyecto de música original que tengo con dos compañeros músicos y con ellos mismos tenemos este proyecto de cumbia que es muy divertido, porque nos encanta la cumbia y lo bueno es que la cumbia deja buenas ganancias económicas acá, y como nos encanta, hemos decidido hacer algo diferente, pero que la gente pueda conectar mucho también, con canciones que conozcan, covers, pero reversionados, una balada, pero cumbia, cosas así, y también tengo un grupo de covers de rock con una amiga. Y nada, haciendo música, teatro, siempre haciendo arte, danza, que es lo que me gusta, seguir aprendiendo siempre para seguir siendo una profesional que esté a la altura, porque esto es un entrenamiento constante, dejas de entrenar y te dañas el cuerpo, te dañas la mente y ya no puedes chambear igual.

Datos sobre la obra

El elenco está encabezado por Cecilia Monserrate, Herbert Corimanya, Martha Muñoz, Mera de la Rosa, Omar Cruz, Elena Benites, Eder Campos, Neymar Zambrano, Taíno Iriarte y Sergio Paris. Música: Karen Zielinski. Vestuario: Amaro Casanova. Iluminación: Luis Tuesta. Escenografía: Raul Arrospide. Producción ejecutiva: María Elena Herrera. Fotos: Melissa Merino.

Temporada hasta al 7 de octubre
Funciones de jueves a lunes
Hora: a las 8pm, domingos, 7pm
Entradas: Teleticket
Popular: S/ 25.00
• Estudiante: S/ 28.00
• Adulto Mayor: S/ 33.00
• Público General: S/ 55.00
Lugar: Teatro Antonio Banderas del Centro Español del Perú. Av. Salaverry 1910. Jesús María

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