Mano Alzada conversó con la documentalista peruana Patricia Wiesse, en el marco del próximo 28° Festival de Cine de Lima PUCP, que se inaugura este 8 de agosto y dura hasta el 17 de este mes. Con una gran experiencia en reportajes sobre temas sociales, de derechos humanos, y cultura, en 2017 desarrolla su primer proyecto documental sobre el director de cine Felipe Degregori, llamado Todos somos estrellas, y en 2019, Mujer de soldado. Este año nos presenta El huaro, que toca temas urgentes de la Amazonía peruana, las huellas que dejan los conflictos sociales mal resueltos por el Estado peruano y la violencia que viven las mujeres awajún, que las orilla al suicidio.
Es la tercera vez que presentas un documental en el Festival de Lima, tienes una relación larga con el festival, todos tus documentales además se han presentado aquí, cómo te sientes con ello
Sí, además yo espero estrenar aquí, porque la película, para que sea aceptada no puede haber sido estrenada antes, entonces siempre espero para estrenar en el Festival.
Cuéntame, antes de entrar en la película, primero fue el documental Todos somos estrellas, segundo Mujer de soldado, y luego El huaro. Cómo ha ido evolucionando tu mismo hacer de realizadora en estos tres documentales
En realidad, no me lo he propuesto así y tampoco lo he pensado, “ah, primero voy a hacer esto, segundo esto”, han salido así, pero sí creo que con los dos últimos ha habido un interés especial en mirar. Cuando voy a un sitio miro a las mujeres, a las jóvenes, a las adolescentes, porque me he da cuenta de eso, quizás ha sido inconsciente, pero sí, los dos documentales han sido sobre mujeres, claro, mujeres totalmente diferentes, de diferentes realidades, pero sobre mujeres.
Claro, en Mujer de soldado tratabas sobre algunas víctimas de violencia sexual en el conflicto armado interno, en El huaro hay también este tema de mujeres que se enfrentan al sistema patriarcal que las aplasta y que las mata, y así como en el anterior el contexto es el CAI, en este es el Baguazo. Cuéntanos cómo llegas a esta historia y por qué te animas a filmarla.
Todo empieza después del Baguazo, justamente en el 2009. Yo voy, en el post Baguazo, a la zona y me encuentro de casualidad, por eso esas cosas del destino, con una misionera que había estado acompañando a los dirigentes en la Curva del Diablo, y ella trabajaba en este colegio, Fe y Alegría 62, y desde que llegué al colegio y miré, era como estar, en la película se dice, como un tesoro escondido, era en medio de la vegetación, de la palmeras, existía este lugar que protege, no como lo que ocurre en otros colegios de la zona de Amazonas, de Condorcanqui, colegios donde se viola a las niñas, acá más bien se las protege, era como un lugar paradisíaco y protector de las niñas y, en general, de las mujeres awajún. Eso me sorprendió mucho y se quedó en mi cabeza, y después de muchos años logré juntar dos historias que convivían en este lugar: la de un dirigente que había estado, no en la Curva de Diablos, sino en la Estación 6 de Petroperú donde se cometieron los asesinatos de once policías. Y él, además, fue uno de los dirigentes acusados de haber asesinado a los policías. Él se refugiaba, estaba en la clandestinidad, ha estado durante nueve años en la clandestinidad trabajando como carpintero en el colegio. Encontré a Alberto ahí, que es el dirigente… Y encontré la historia de Janny, que es la otra protagonista, que es una adolescente que quiere huir, que quiere salir de ahí, porque ve que si no su vida va a continuar siendo una reproducción de lo que les ocurre a las mujeres awajún, que son historias tremendas que terminan en suicidio.
A pesar de que es un espacio protegido, ellas sienten que tienen que irse, siempre están mirando el huaro como una expectativa, como algo que va a pasar ahí. Por qué se llama el huaro.
El huaro es el sistema de transporte artesanal que permite que se cruce al río y es un sistema que existe en la Amazonía, incluso hay un Programa Nacional del Huaro, implementado por Foncodes hace muchos años ya, que permitía eso: interconectar la zona mestiza de estos pueblos amazónicos con la otra ribera del río donde están las comunidades indígenas.
Entonces, eso es el huaro, pero a la vez permite conectar dos mundos y permite también que estos protagonistas lo crucen o no lo crucen, porque nosotros vemos a Janny cruzarlo, pero no sabemos si Alberto va a cruzar o no, porque Alberto tiene un problema, él estaba en ese momento en un problema, estaba porque ya se ganó el juicio, ya todos los dirigentes han salido libres, los dirigentes acusados, porque realmente ellos no mataron a los policías. Y salieron libres, pero fueron años de años de años de tortura, de estar en la clandestinidad. Pero en este momento todavía no se sabe, en ese momento de la película no se sabe qué va a pasar, lo están llamando a Alberto para que vaya al juicio en Bagua y él no sabe si cruzar o no, porque si lo declaran culpable, cosa que no es, es inocente, pero si lo declaran culpable, le van a dar cadena perpetua, nada menos. Entonces, ese es su conflicto, “cruzo o no cruzo”. Está con su esposa ahí en el colegio y también la esposa intuye algo, pero no sabe de la gravedad de lo que Alberto está todo el tiempo pensando, si le dan cadena perpetua “nos vamos a separar, porque ella cree que va a estar conmigo, que va a poder entrar a la prisión y estar conmigo”, ella no sabe lo que significa estar en cadena perpetua.
Entonces el huaro es como una metáfora de oportunidades que se pueden tomar o no, pero también que se pueden perder en el camino.
Claro, y es lo único que te va a permitir, además, tomar la oportunidad o no tomarla.
Cómo encontraste a esta protagonista, porque tiene una presencia bien interesante que se ve en su rostro, cómo se construye su historia distinta a la de las demás adolescentes, y cómo te acercaste a la convivencia con ellas, porque todo se ve muy natural.
Es que han sido años, primero de esta relación que se estableció con las que administran el colegio, las misioneras, entonces son años de confianza y de relación, imagínate, desde el 2009 que no hemos perdido el contacto, que hemos seguido y formamos un colectivo que se llama “Yo también soy Bagua”, entonces estuvimos en ese colectivo con ellas y había toda una relación de confianza. Eso nos permitió llegar al colegio, nos abrieron las puertas, “ustedes graben lo que quieran, conversen con quienes quieran, les dejamos absoluta libertad”.
He estado bastante eso sí en el colegio previamente para mirar, para ver, para buscar; entonces vi a esta niña muy seria, era diferente al resto, era muy seria, además, viene de Condorcanqui, todas son internas, pero ella no puede regresar un fin de semana a su casa. Ella es interna, salvo en 28 de julio en vacaciones, todo el año vive ahí, porque se demora más de un día en llegar a su comunidad; entonces, es imposible que vaya y venga del colegio. Bueno, era muy seria, muy reflexiva, esas cosas que de repente la ves, “puede ser ella”, no sabes, pero intuyes que podría ser ella.
Con eso yo he tenido mucha suerte, porque las chicas que la acompañan, que son sus amigas, fueron las chicas que se acercaban, las que más interés mostraban, las más extrovertidas, cosa que ella no era, porque ella no es extrovertida, ella no es así, pero, entonces, hay un complemento entre las chicas que se nos acercaban, conversábamos con ellas y veíamos que sí, que ellas iban a funcionar y, por otro lado, ella como más introvertida, más seria y que era lo que yo estaba buscando. Exactamente yo quería una chica que pudiera reflexionar y, además, que estuviera pensando en por qué les pasan estas cosas a ellas, por qué estoy decidida a irme.
Es una alternativa que las chicas del colegio… tú llegas y te dicen “llévame, llévame”, se te acercan y “llévame a Lima”. Muchas quieren salir porque no ven futuro, es terrible la situación de las mujeres awajún, ya hemos visto violaciones de niñas muy jóvenes en los colegios, vemos el machismo también fuerte, en esa sociedad patriarcal como tú dices, la violencia física, era muy normal escuchar “ah, mi papá me pegó”, de lo más normal. Y también en Amazonas está el mayor número de casos de VIH, de transmisión de VIH y de embarazos adolescentes. Todo esto se junta y hace que las mujeres es un momento digan “ya no aguanto más, me suicido”. Suicidarse es como ya, voy y me tomo un café, casi, casi tan natural, se reproduce tan fácilmente como eso, como algo tan banal, y estamos hablando de suicidios, algo terrible que no ocurre en otros pueblos indígenas, es algo que se ha enquistado dentro de las mujeres awajún.
Y ya para ir cerrando, y aparte de la peli, no sé si alguna de las niñas ahí se interesó por ser cineasta lo que hacías
Sí, sobre todo una que estaba muy interesada, miraba la cámara, ayudaba, cargaba el trípode, se colocaba junto a mi director de fotografía, y sí, me dijo que quería ir a Chiclayo a estudiar Comunicaciones, porque hay esa carrera de Comunicaciones, el problema es que ellas se ilusionan, pero al final no pueden, estamos hablando de pobreza extrema, entonces es bien difícil.
¿Qué expectativas tienes para este festival? ¿Qué esperas que el público piense, sienta, reflexione sobre la película?
Si pueden vayan a verla, me gustaría que fueran, para que vean qué está pasando en Amazonas, en la comunidad de Wachapea, y qué pasa con las niñas awajún y qué pasa con las mujeres, y por qué se suicidan las mujeres awajún. Yo creo que es algo que no se conoce en Lima. En el Festival estamos en la sección de películas peruanas, esta vez somos ocho películas peruanas en competencia. Somos tres documentales, me parece, y cinco películas de ficción. Bueno, siempre los documentales son un poco más difíciles, porque la gente no tiene la… todavía no hay acá, incluso entre el público cinéfilo, el gusto o no le ha agarrado el encanto que tiene el documental, pero el documental es cine de la realidad; entonces, hay que empezar a aprender a ver documentales, porque son increíbles, uno descubre mundos maravillosos y terribles también.
Funciones
Viernes 9 de agosto – 8:30 pm – Sala Armando Robles Godoy
Miércoles 14 de agosto – 7 pm – Teatro NOS PUCP
Viernes 16 de agosto – 7 pm – Cineplanet Chiclayo Real Plaza