Mano Alzada
Cultura

Presentan “El intérprete del caos”, del poeta amazónico Andrés Sicchar

El intérprete del caos, del poeta amazónico Andrés Sicchar, es un título que teje con el tempestuoso momento actual. El fragor de la crisis se refleja en esta obra poética de fuerte conmoción telúrica e indignada fraseología política, elementos que otorgan un gran aliento a la visceral obra de este joven poeta amazónico. De las tormentas nace la gran poesía y así la arquitectura verbal de Sicchar expresa los caminos sinuosos de nuestra existencia. El impulso al porvenir tiene que fluir en toda poesía que se precie de tal, además del eros que fluye de sus versos como una orgía silenciosa, refiere el poeta e investigador Jorge Espinoza Sánchez.

Sobre el citado título el escritor y experto en literaturas amazónicas Ricardo Virhuez dice: “El intérprete del caos (Heraldos, 2022), reciente poemario de Andrés Sicchar, reúne precisamente todas las virtudes de sus libros anteriores y se presenta como la voz más atrevida y corrosiva de la poesía amazónica. Lejos se encuentra de la perfección formal de poetas iquiteños como Julio Nelson y Germán Lequerica, o las alturas artísticas de Yulino Dávila  y José Carlos Rodríguez Nájar. Su poesía busca, más bien, romper con la belleza construida de las palabras para parecerse a los ruidos de la calle. Sus imágenes acumulan presagios, denuncias y retos. Sin embargo, también lo asalta la ternura, y entonces descubrimos al poeta sumergido en las lides sociales de nuestro tiempo, vieja herencia de los buenos poetas amazónicos. Lo cierto es que la palabra de Andrés Sicchar ha encontrado su equilibrio. Ha pasado del grito a las emociones del erotismo, la amistad y la ternura, la alegría de la vida y la rabia ante la injusticia. Un poemario que recorre como un río las sinuosidades de la experiencia humana. Un libro para reconciliarnos con la especie humana, justo cuando ahora menos lo merece”.

Por su parte, el autor y crítico literario José Rodríguez Siguas señala: “El intérprete del caos es la consolidación poética de Juan Sicchar, que ha construido su obra a pesar de todas las vicisitudes, manteniendo una coherencia digna de elogio. La aparición de El intérprete del caos persigue una línea iniciada allá por el año 2000 con ‘Vílchez’, primer libro del poeta, y es justamente el poema que da título al libro, el que mejor representa una de las aristas de su poesía: la elegía. Pues ‘Vílchez’ es el canto a la madre que ya no está, como lo va a seguir haciendo en otros poemarios, por ejemplo, en ‘Hasta luego Sonomán’, dedicado a un amigo entrañable. Y así en su último libro, también va a dejar su marca en ‘Pretoriano’, poema dedicado al médico Héctor Herbozo -‘Valiente Héctor, muerto en la neblina de esa Lima impía. / Hay dos hechos que demarcan tu muerte. Primero: Tu / sordo pedido de auxilio que aún deambula en los mensajes de texto y llamadas en curso. Segundo: Tu honestísima / y noble decisión, de no huir a buen recaudo y regresar al auxilio de tu pueblo-, fallecido en la etapa más dura de la pandemia del covid-19. Entonces, los poemas tienen el centro personas fallecidas o que estuvieron a punto de hacerlo, hay un poema dedicado a su hermano Enrique. La ternura a Juan Sicchar no le es ajena. Otro aspecto que volvemos a encontrar en la poética sicchariana es la denuncia, la convicción de que la poesía también es acción, esto lo podemos ver en su poema ‘Panfleto’. Y una variante a esta última forma de ver la poesía, está en mostrar los bajos fondos de la sociedad, que se verá más marcada en ‘Mitos de cloaca’ (2005). Y la novedad que le va a agregar a su poesía Juan Sicchar en El intérprete del caos es la presencia de los pueblos originarios amazónicos con una mirada no solo histórica, sino también antropológica, filosófica”.

Sobre el autor

Juan Andrés Sicchar Vílchez (Iquitos, 1977). Publicó el poemario Plegaria de los convencidos (2006), una muestra de la nueva y vigorosa poesía joven de Iquitos, de verso libre y acumulativo, donde se funden ironía, denuncia, grito y rebeldía, que el profesor Manuel Marticorena califica como “neobeatnick”. Una poesía que se desnuda a sí misma para confrontarse con la sociedad minusválida, corrupta; un alegato, que también es un llamado de atención, y que no busca regodearse con la frase perfecta ni la imagen feliz. Es, en esencia, poesía viva. Su vitalismo es su manera de existir y de ser.

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