Ruta 2 del buen café: Red Head Coffee Shop

Hey, ¿qué tal estuvo la semana? ¿Todo bien? Les cuento que este último jueves desayuné en una cafetería nueva para mí. Nunca antes había ido porque, pucha, para serles sincera me queda un poco lejos. Me animé a ir porque me encanta conocer lugares donde pueda disfrutar de un buen café. Y justamente había leído que en Red Head Coffee Shop (Los Huertos N° 120, San Juan de Lurigancho) se puede probar uno de los mejores cafés de Lima. ¿Quieres saber si el viaje que realicé para conocer Red Head Coffee Shop valió la pena? Pues sigue leyendo.

Vero, la fotógrafa alterna de esta columna y que está a punto de convertirse en la oficial (ja), fue quien me acompañó a conocer Red Head Coffee Shop. Quedamos en encontrarnos en la mañanita, en el cruce de 28 de Julio con Petit-Thouars. De ahí nos tomamos un colectivo todo Próceres (5 soles por persona) y nos bajamos como por la Estación Los Jardines. Cruzamos, caminamos un par de cuadras, volteamos a la derecha, caminamos hasta la esquina y llegamos. Facilito. Si yo siendo una despistada de nacimiento encontré la cafetería, ustedes sobrado.

Justo el coffee shop estaba vacío, así que Vero y yo pudimos escoger cualquiera de los espacios disponibles. Ninguna de nosotras había desayunado hasta el momento, así que nos sentamos y de frente pedimos la carta. Pero la mesera nos indicó de manera amable que no tenían. La lista de productos y los precios la podíamos encontrar en una pizarra, visible al ingresar al local. Así que nos paramos de nuestros asientos y observamos con detenimiento la pizarra. Yo pedí un capuccino y decidí acompañarlo con un panini de atún. Ese fue mi desayuno del día. El de Vero consistió en un americano frozen y un mixto.

El capuccino (7 soles) fue de lo mejor que probé. Eso no quiere decir que lo demás haya estado feo: para nada. Lo que pasa es que ese capuccino ha sido uno de los más deliciosos que he probado hasta ahora. Y eso que yo soy bien cafetera, ah. Estaba medio espesito, calientito y se notaba que estaba hecho con un buen café peruano. Muy bueno. Y eso que la figura que realizó la mesera (que también me sorprendió siendo barista) no deslumbra, pero pucha, el capuccino que logró preparar me hizo feliz. Y la mesera-barista, me sorprendió de nuevo, pues ella también preparó mi panini de atún (13 soles).

Miren, cuando pedí ese sándwich, no esperaba mucho. Un sándwich de atún… ¿qué de extraordinario podría tener? Me equivoqué: la sazón con la que fue preparado me recordó a la deliciosa salsa de atún que cocina mi tía Tere. El de Red Head Coffee Shop tenía un punto de acidez que resulta agradable, rico y hogareño. Todo perfectamente mezclado con la cantidad justa de mayonesa. Además, estaba crocantito porque el pan había sido tostado con mantequilla. Calientito y con un relleno rebosante. ¿Se imaginan probarlo en invierno? Uy, una delicia.

Ahora vamos con el desayuno de Vero. La loca se pidió para tomar un americano frozen (10 soles). Para mí fue un pedido medio raro porque no suelo tomar café helado, menos de desayuno, pero bueno, cada uno con sus cosas y rarezas (ja). A Vero le gustó. Yo probé un poquito (por cierto, a Vero también le encantó el capuccino) y a mí me resultó normal. Cumplía. Se sentían los pedazos de hielo triturado, chiquititos. El sabor del café aún estaba presente en la bebida. Pero no me pareció un wow, no como el capuccino.

Vero acompañó su bebida helada con un mixto bien calientito (12 soles). También estaba crocante, con el queso bien derretido. Es muy difícil equivocarte en preparar un mixto y el de Red Head Coffee Shop no fue la excepción. Es más, estaba delicioso y reconfortaba. Satisfacía el apetito. Buenazo.

Con mi capuccino y panini de atún ya estaba satisfecha, pero necesitaba mi vicio de las mañanas: mi expreso. Sin él, no soy nada. Por lo general, tomo expreso doble, pero esta vez  me pedí uno simple (5 soles). Me gustó mucho la taza donde me lo sirvieron. Me pareció sencillo y elegante. El expreso (doble ristretto) estaba fuerte, como a mí me gusta. Tenía mucho sabor, pero  sin llegar a ser amargo. Me gustó mucho. Vero probó un poquito, y le pareció fuertazo. Lo que pasa es que no es de tomar expreso. Como se ve en la foto, ella se pidió un gorila wrap (12 soles). Pudo no haberlo pedido, pero le dio curiosidad. Estaba relleno de queso y jamón de pavo. Era ligero y cumplidor.

El dueño de Red Head Coffee Shop llegó un poco antes de pedir el expreso. Al igual que la mesera-barista-chef, nos atendió de manera amable y buena onda. Justo le pregunté por las hamburguesas que servían. Es que antes de ir a la cafetería, revisé el fanpage y el Instagram de la cafetería y vi unas fotos de unas hamburguesas… pucha que se veían bien ricas. Justo la noche anterior le pasé una foto a Vero para animarla a que me acompañe. Pero preguntamos y nos indicó que las hamburguesas salen en algunos días y en cierto horario. Sentí un vacío. Mentira, no es para tanto, pero sí me hubiese gustado poder probarlas.

Red Head Coffee Shop es una cafetería pequeña y acogedora. Eso sí, debo mencionar que no creo que sea para grupos grandes o para trabajar horas con la compu, menos para ir a hacer tu maqueta de arquitectura. Es como para ir, desayunar o lonchear rico y leer el periódico con tranquilidad.

La música está a un volumen medio. Se puede conversar, pero escuchando rock de los 90. El local tiene buena iluminación y ventilación. Desayunamos súper bien. Así que sí valió la pena el viaje que Vero y yo hicimos para poder conocer Red Head Coffee Road. Y sí, regresaría nuevamente, a tomar capuccino y a probar las hamburguesas (que me quedé con unas ganas).

Horario de atención:

Lunes a sábado: 8:00-21:45 h 

Domingos de 9:00-20:00 h

Dato:

Para llegar, también pueden tomar el Metro de Lima y bajarse en la Estación Los Jardines.

Importante:

Les recomiendo seguir el fanpage porque creo que se vienen novedades en Red Head Coffee Shop. Estén atentos.