Netflix nos trae como estreno el documental dirigido por Roberta Grossman y Sophie Sartein sobre un personaje público que destacó en la lucha por los derechos de las mujeres y LGTBI en Estados Unidos, para contarnos cómo su valentía, virulencia y cuestionada “agresividad” cambió a su país para siempre (y para mejor).
Gloria Allred tiene una larga historia de lucha, madre de una hija a los 19 años, fue maestra de escuela mientras terminaba su maestría en literatura afroamericana, hasta que la violencia recayó sobre su vida, a los 25 años fue violada mientras vacacionaba en México y desde ese momento todo cambió. Obligada a vivir un aborto clandestino que casi le quita la vida (eran tiempos anteriores a Roe vs Wade) decidió estudiar Derecho y con esa herramienta empezó su larga lucha por la dignidad de las mujeres, una lucha que fue vilipendiada y señalada por el carácter de Gloria, quien defendía sus ideas de forma radical y sin un ápice de duda, algo impensable para una mujer de su tiempo enfrentada contra todos, incluso contra las mismas feministas que no compartían su forma de “autoritaria” de querer cambiar las cosas.
Abogada de las mujeres que denunciaron a Bill Cosby cuando el #MeToo estaba demasiado lejano, y nadie creía en ellas, logró la imprescriptibilidad de los delitos de violación y que Cosby sea sometido a juicio en donde reconoció haberlas drogado y violado.
Representó a la familia de Nicole Brown, asesinato por el cual O. J. Simpson fue declarado inocente en un juicio en donde lo que menos importó fue la vida de Nicole.
Denunció a Donald Trump por acoso sexual representando a una de sus víctimas. Siendo esos sus casos más “famosos”, desde hace 40 años viene defendiendo a las mujeres de la violencia sexual que vivieron intentando alcanzar justicia para ellas contra viento y marea, incluso enfrentando a la misma iglesia católica o al presidente de la República. Gracias a ella, cuando parecía imposible que les descontaran de su sueldo a los hombres por los hijos que dejaban botados al cuidado solo de sus madres, se normó la manutención parental. Y año tras año, en el Día de San Valentín, acompañó a una pareja de lesbianas a pedir autorización para casarse, la cual era denegada continuamente, hasta que por fin lo pudieron hacer, por lo que también es un ícono LGTBI.
No se pierdan la vida de esta intenta, pujante, corajuda y controvertida mujer. Larga vida para Gloria.