Mano Alzada
Cultura, Diario de una food lover

Siete Sopas: entre el invierno y la desilusión

3.0
Score

Pros

  • La chicha es fresca y ostenta un sabor frutal muy agradable.
  • Los ajíes de Siete Sopas son sabrosos: pican, pero sin llegar a saturar el paladar.

Cons

  • La sopa criolla estuvo demasiado salada, tanto así que llega a aturdir el paladar. Me resultó imposible tomarla sin verme obligada a beber sorbos de chicha para aliviar el paladar. Para mí, es un no rotundo.
  • Las papas nativas, lamentablemente, no las sentí crocantes por fuera ni tiernas por dentro.
  • La canchita tampoco la percibí crocante ni en su punto.

Final Verdict

Llegué a Siete Sopas con grandes expectativas. Por desgracia, el plato que probé no llegó a colmarlas. Por mi parte, no volvería a hacer cola para ingresar a un restaurante del cual uno sale con el paladar hostigado a más no poder. Desilusión total.

Hey, ¿qué tal? ¿Cómo va el inicio de semana? ¿Todo bien? Bueno, les cuento que hace unos días me reencontré con Cecilia, una amiga y colega lingüista. Queríamos reunirnos para almorzar rico y conversar. Siempre la paso bien con Ceci porque es una flaca súper sencilla, con sus propios puntos de vista y con la que se puede conversar de todo. 

Deseábamos almorzar en un lugar nuevo para ambas y rico. Así que decidimos visitar Siete Sopas (Av. Arequipa, N° 2394, Lince). Siempre veía una colaza afuera del local, sea mañana tarde, noche o madrugada, así que intuí que se trataba de un local donde saldría más que contenta y satisfecha. ¿Quieres saber cuál fue la experiencia de dos lingüistas bien pericas en Siete Sopas? Pues sigue leyendo el review.

Ceci y yo programamos el almuerzo para el mediodía. Llegué 12 en punto y ya había cola. Brindé mi nombre al mesero encargado de la lista de espera. Esperé como 30 minutos por dos lugares en una mesa compartida. Ingresé. Ceci llegó justo en ese momento y comenzamos a conversar en la mesa. Un mesero se acercó para entregarnos la carta. Ambas pedimos sopa criolla, pero antes de la llegada de este plato, el mesero trajo una porción de pan campesino (de cortesía), ajíes y canchita.

La porción de pan campesino me pareció generosa, sabrosa y calientita. Los ajíes también ostentaban una sazón muy casera y con un picantito que no llega a aturdir el paladar. La canchita, lamentablemente, no la sentí crocante ni en su punto. Cuando me las ofrecen en un restaurante, suelo comer una canchita tras otra porque me encantan, pero esta manía no afloró en Siete Sopas. Una pena.

Para beber, Ceci y yo pedimos vasos de chicha morada y como entrada una porción de papas fritas.

La chicha morada fue todo un acierto: fresquita y con notas frutales. Es agradable y resulta una buena (y necesaria) bebida para acompañar los platos de fondo.

Las papas fritas, desafortunadamente, no las encontré crocantes por fuera ni tiernas por dentro. Es más, al masticarlas se vuelven una masa pastosa en el paladar… para el olvido.

Como les adelanté en líneas anteriores, Ceci y yo pedimos sopa criolla (porción mediana, menos de 19 soles) como plato de fondo. La sopa se demoró en llegar a la mesa más de 15 minutos. Estábamos con un hambre y con unas ganas de probar la sazón de Siete Sopas que ni les cuento.

Probamos la sopa criolla apenas llegaron a la mesa. La temperatura del plato era la adecuada: calientita, pero sin llegar a quemar la boca. Probé tres sorbos e inmediatamente tuve que tomar chicha morada para aliviar el paladar. Sentí la sopa muy salada, con un sabor abrasador, de esos que hostigan. Prácticamente, tuve que tomar la sopa con mi chicha a la mano. Cecilia ni pudo terminar de tomarla. Comió los fideos, el quesito y el choclito del plato: no más.

En un primer momento, había proyectado pedir una sopa y otro plato de la carta. Con la sopa criolla que probé no pude realizar lo que pensé porque canceló por completo mi apetito. Ya no pude comer más. 

Lamentablemente, Siete Sopas no llegó a colmar nuestras expectativas. Ceci y yo salimos del restaurante pensando en que mejor hubiésemos escogido otro local para reencontrarnos y almorzar. Sé que suena feo, pero esa fue nuestra experiencia. Además, después de hacer cola para ingresar y de ser pacientes ante un servicio que por momentos se mecaniza, uno espera que la comida sea aquello que salve la visita. Y, por desgracia, no fue así. Una lástima.

Dirección

Av. Arequipa, N° 2394 (Lince)

Horario de atención

Lunes a domingo, 24 h

La precisa

Siete Sopas es un restaurante muy concurrido, así que  para ingresar, por lo general, hay que hacer cola. Yo fui a almorzar a las 12:00 h (y aún no era el break de las oficinas) y tuve que hacer cola por 30 min. Así que si desean ir, lo mejor es que consideren un tiempo extra para la cola de espera.

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