La joven madre Priscila Bravo Álvarez (26) desapareció sin dejar rastro el 29 de abril. La última vez que se supo de ella se había reunido con su pareja Benjamín Batallanos Álvarez (54) y habían ido a un galpón en Calana (Tacna).
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Su desaparición fue notada gracias a las preguntas de su hijo a las amigas de Priscila, pues Batallanos nunca puso la denuncia ni dio aviso a la familia de que Priscila no regresaba, lo que sí intentó fue denunciar a la madre por abandono de hogar, a pesar de tener dos hijos menores, uno de 11 y una de 2 años.
Según el menor, su padre le dijo que Priscila había ido a hacer una recarga y que ahí aprovechó para abandonarlos. El hombre no ha colaborado en la investigación y se configura como el principal sospechoso de la desaparición de la joven, debido a que tiene denuncias de violencia física y psicológica contra ella, en 2019 le rompió una ceja al atacarla.
El Ministerio Público está investigando el caso como un presunto feminicidio. El movimiento feminista de Tacna está realizando continuas vigilias, plantones y marchas para exigir una mayor celeridad y diligencia a la Policía y Fiscalía en el caso. Incluso han asumido ellas mismas la búsqueda y se congregan para ir a los lugares en donde fue vista por última vez.
Tacna está atravesada por un sinnúmero de casos de mujeres desaparecidas, recordemos que fue ahí en donde se dio a conocer el caso de dos mujeres, Judith Machaca y una menor de edad, encontradas dentro de un pozo, asesinadas y desaparecidas por la autoría de policías de la ciudad.
