Uniéndose a los países que respetan los derechos de las mujeres a la autonomía de sus cuerpos, desde el miércoles 18 de marzo de 2020, Nueva Zelanda permitirá a sus ciudadanas abortar de forma libre hasta las 20 semanas.
“Durante más de cuarenta años, el aborto ha sido el único procedimiento médico que es considerado un delito en Nueva Zelanda… Ahora los abortos serán tratados como una cuestión médica”, afirmó el ministro de Justicia, Andrew Little, en un comunicado, luego de que el Parlamento neozelandés decidiera dar su aprobación al proyecto de ley liderado por la primera ministra Jacinta Ardern.
La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, durante una comparecencia de prensa (STRINGER / Reuters) Ardern había prometido desde el 2017 que se despenalizaría el aborto, y logró cumplir su meta tres años después, ad portas de las próximas elecciones de setiembre en donde ella participa con la coalición de centroizquierda.
En Nueva Zelanda el aborto era legal desde 1977, pero solo en casos de grave riesgo a la salud física o mental de la mujer, quienes recurrían a un aborto clandestino por otras motivaciones podían ser condenadas hasta a 14 años de cárcel. Desde este año las mujeres no tendrán que argumentar ni probar ninguna causa grave para poder abortar. Pasadas las 20 semanas legales, podrán recurrir a dos médicos que verificarán que exista un riesgo en la salud para poder abortar.
Con 68 votos a favor y 51 en contra, ahora solo se espera la firma de la gobernadora general, Patsy Reddy, para dar vía libre a la ley, en un país en donde 13,5 de cada mil mujeres recurre a un aborto.