Esperan que tratado internacional adopte una Recomendación General que obligue a los Estados a garantizar derechos colectivos e individuales ante las múltiples violencias que viven por el extractivismo, despojo, militarización y otras formas de recolonizar sus territorios, por la violencia de género, sexual, trata de personas y otras afectaciones en sus cuerpos.
El Enlace Continental de Mujeres Indígenas de las Américas Región Sur – ECMIA SUR, organización conformada por miles de mujeres indígenas que sufren múltiples discriminaciones y violencias provocadas por el modelo económico extractivista, como la invasión a sus territorios ancestrales, el saqueo de sus bienes naturales y la apropiación de conocimientos, ha exigido protección, a través de una Recomendación General, que debe ser elaborada y adoptada por el Comité para la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), órgano de las Naciones Unidas.
Desde 2004, las mujeres indígenas de las Américas han logrado una serie de declaraciones, mecanismos y recomendaciones de parte de la ONU. Sin embargo, dentro del Comité CEDAW no se menciona específicamente los derechos colectivos de las niñas y mujeres indígenas. La única forma de que sus voces y demandas sean atendidas y garantizadas es que se incluya una Recomendación General por parte del CEDAW, que obligue a los Estados a garantizar el igual derecho al territorio, a la tierra, a la lengua, la cosmovisión, a los saberes ancestrales, la cultura, el agua, entre los bienes naturales que han preservado por siglos.
“El Estado o los gobiernos deben garantizar los derechos a una vida libre de violencias para niñas y mujeres indígenas. Que no exista la violencia racista que han creado los colonizadores para saquearnos, criminalizarnos, despojarnos de nuestros territorios. Por eso es importante que haya una Recomendación General del Comité CEDAW y los gobiernos se comprometan a cumplirla. Queremos vivir en paz, armonía, equilibrio y reciprocidad”, sostiene Melania Canales, presidenta de la Organización Nacional de Mujeres Indígenas Andinas y Amazónicas del Perú (ONAMIAP) y coordinadora de ECMIA SUR.
La pandemia de la Covid-19 y la crisis global han evidenciado cómo la destrucción de la naturaleza propicia la aparición y expansión de enfermedades y plagas. Las mujeres indígenas enfrentan afectaciones específicas, pues el cuidado del hogar se relaciona directamente con la tierra, el agua, los bienes naturales y la seguridad alimentaria. Por ello, el documento que el ECMIA SUR ha enviado al Comité CEDAW de Naciones Unidas, exige que la Recomendación General sobre los derechos de las niñas y mujeres indígenas incluya que se garantice el ejercicio pleno del:
- Derecho al Territorio Colectivo Ancestral, libre determinación y autonomía para evitar el genocidio de los pueblos indígenas. Es importante que se entienda que la protección de mujeres indígenas es protección al territorio indígena ancestral y a los modos de vida indígena.
- Protección a las mujeres indígenas de la violencia sexual antes, durante y post conflictos armados y eco territoriales, el embarazo infantil y adolescente, y la trata de personas.
- Protección contra el racismo, capitalismo, machismo y colonialismo.
- Derecho a la protesta y cese de la criminalización contra pueblos y mujeres indígenas. Que cese el estigma, la represión y la persecución.
- Derecho a vivir a una vida libre de las violencias múltiples y estructurales; ya que vivimos diversas violencias, pues nos discriminan y violentan por ser mujeres, por ser indígenas, por estar empobrecidas.
- Justicia, reparación y sanación a las mujeres, pueblos y territorios indígenas, producto de las invasiones, saqueos, depredación de la naturaleza, vulneración de la seguridad alimentaria, entre otras violencias.
- Derechos sexuales y derechos reproductivos desde nuestra cosmovisión sin injerencias de religiones que niegan nuestras creencias espirituales y conocimientos ancestrales.
Rosalee Gonzales, de la Red Xicana Indígena, destaca que “estamos en la lucha por proteger el derecho a nuestros territorios ancestrales. La amenaza más grande siguen siendo los megaproyectos de desarrollo, de la industria extractiva del petróleo y minerales, que han sido y son enemigos de los pueblos indígenas que son favorecidos por la mayoría de gobiernos. No se puede hablar de desarrollo económico solo como labor física o intelectual, exigimos que se respete que la mujer indígena tiene derecho al territorio colectivo”.
ECMIA SUR espera que la Recomendación General se adopte a favor de las niñas y mujeres indígenas, herramienta que motivaría una articulación y vigilancia de las acciones a los 189 Estados parte del Comité CEDAW.
Foto: Mianued Moreno Vera – ONAMIAP