Mano Alzada
Feminismos

Tres abogadas que hicieron y hacen historia en el Perú

Hoy se celebra el día del abogado y de la abogada en el Perú y desde Mano Alzada queremos conmemorar este día recordando a tres mujeres que hicieron y siguen haciendo historia en nuestro país.

Trinidad María Enríquez

La estudiosa y activista cusqueña nació en junio de 1846, a los 7 años ingresó al Colegio de Educandas y a partir de los 11 años empieza a enseñar Geografía hasta 1869. En 1870 abre un colegio para mujeres en donde se dictaban las materias para poder ingresar a la universidad, funda la Sociedad de Artesanos e instala una escuela nocturna para obreros.

A fines de 1873 empieza los trámites para obtener una autorización especial para seguir la carrera de Jurisprudencia en la Universidad del cusco. El recto de esta universidad, Manuel Antonio Zárate puso en entredicho su matrícula, debido a que no había concluido los estudios secundarios en una escuela pública (ninguna mujer podía). El 3 de octubre de 1874, a través de una suprema resolución gubernamental se le reconoce como candidata universitaria.

La resolución cerraba con la siguiente cláusula: “Publíquese para que sirva de regla general y regístrese”, por lo que desde ese año las mujeres peruanas pudieron acceder a matricularse en cualquier universidad que impartiera la enseñanza de las leyes.

El 31 de marzo de 1875 Trinidad inicia los trámites para convalidar sus estudios secundarios, para ello tuvo que rendir los exámenes de las asignaturas de instrucción media en actuaciones públicas vespertinas. Los interrogatorios sobre Ciencias y Letras duraron diez noches consecutivas. Cada noche Trinidad estrenaba un vestido, y terminadas las jornadas su familia la agasajaba. Ese año la cusqueña inicia sus estudios.

El 7 de setiembre de 1979, Trinidad recurre al Congreso para que se le declare apta para obtener su grado de bachiller, su licenciatura y su doctorado, hacer dos años de práctica en un estudio forense y recibirse en una de las Cortes Superiores. Una larga disputa política no posibilitó que Trinidad pudiera ejercer su profesión.

En este link pueden enterarse de todo lo que pasó luego de que Trinidad terminara de estudiar: Una abogada en los Andes. 

Claudia Pérez

Claudia Pérez denunció haber sido víctima de una violación sexual cuando era practicante  del estudio de abogados Caro, Cortez y Massa hace 14 años. En ese entonces ella tenía 24 años y estudiaba Derecho en la PUCP.

La violencia sexual ocurrió en mayo de 2005, cuando participaba de una reunión con sus compañeros de trabajo. Luego de eso, Claudia recuerda haber despertado en un cuarto de hotel, a su lado se encontraba su jefe directo, José Carlos Angulo Portocarrero, quien la había violentado sexualmente, mientras ella se encontraba inconsciente.

“Yo tomé una bebida y después desperté en un cuarto de hotel ensangrentada, casi la mitad del cuerpo en la cama y la mitad del cuerpo en el piso y bueno, encontré a esta persona echada al otro costado de la cama”, explicó Claudia.

Ella se atendió en la clínica de su universidad en estado de shock, la ginecóloga que la atendió tuvo que suturarle las lesiones ocasionadas por Angulo Portocarrero, y desde ese día hasta hoy busca una justicia que le es esquiva. Diversos intentos de que retire la denuncia y un incesante hostigamiento de parte de los abogados del estudio en donde realizaba sus prácticas fueron parte de la forma en que se intentó silenciar a Claudia. Los recurrentes archivamientos de la denuncia también fueron parte de un sistema judicial contrario a las mujeres víctimas de violencia.

Tuvo que acudir al Tribunal Constitucional para que su caso fuera reabierto, el ente señaló que las pruebas presentadas por Claudia no fueron valoradas como se debían y que los archivamientos fueron inconstitucionales y arbitrarios. Este fue un precedente importante para que los casos de violación sexual tengan enfoque de género al momento de procesarse.

Tribunal Constitucional: “La perspectiva de género es necesaria”

La lucha de Claudia continúa porque a pesar de esta resolución del TC, su caso ha sido declarado “no ha lugar a la apertura de instrucción”, pues la Sala quiere pruebas de la resistencia de Claudia a la violación. Su defensa legal señaló lo siguiente: “El 18 de marzo del 2019, en una nueva audiencia en el 19 Juzgado Penal de Lima, reafirmó la impunidad, pues la Sala se negó a abrir el caso haciendo uso de estereotipos de género y pretendiendo que se pruebe “la resistencia” de la víctima cuando la agresión fue en estado de inconsciencia. Esta decisión contraviene los Acuerdos Plenarios en materia de violencia sexual y vuelve a desproteger a las mujeres al no valorar la falta de consentimiento de las víctimas”.

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#JusticiaParaClaudia: Feministas se pronuncian por impunidad en el caso de Claudia Pérez

Arlette Contreras

En 2016, Arlette fue atacada por su exnovio Adriano Pozo en un hostal de Ayacucho, todo el Perú fue testigo de la agresión, pero los magistrados de la Sala Penal de esa ciudad decidieron liberar a Pozo de toda culpa. Eso motivó que ese año, el 13 de agosto, se organizara una de las marchas más multitudinarias contra la violencia de género en el Perú: se llamó Ni una menos.

Desde esa fecha hasta la actualidad Arlette sigue buscando justicia por la violencia que vivió. En la actualidad, su caso ha regresado a fojas cero a pesar de todas las pruebas y de las innumerables audiencias que se han efectuado en estos tres años.

La labor de Arlette ha sido reconocida en el Perú y en el extranjero a través de diversos premios y menciones a la lucha que lleva a cabo para visibilizar la violencia feminicida en nuestra sociedad.

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Comité de Expertas expresa su preocupación por el caso de Arlette Contreras en Perú

 

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