En medio del dolor, familiares y amigos de Rodrigo Ventosilla invocan a la Cancillería peruana a asumir sus responsabilidades e investigar al cónsul peruano en Indonesia, Julio Tenorio Pereyra. También claman por ayuda para repatriar los restos del economista y activista por los derechos humanos, fallecido en circunstancias crueles e inexplicables.
Cuando la inercia mata
Un posible caso con características de crimen de odio en el Estado de Indonesia sacude a la comunidad LGTBIQ+ internacional. La detención arbitraria de dos ciudadanos peruanos, que a todas luces calificaría como un secuestro, desencadenando la muerte de uno de ellos, enciende la alerta sobre las funciones de la Cancillería de Perú y el impacto humanitario de una evidente inercia del consulado de Perú en Indonesia frente al pedido de las familia de Rodrigo Ventosilla y Sebastián Marallano.
Después de celebrar su luna de miel, los recién casados Rodrigo Ventosilla y Sebastián Marallano estaban a punto de llegar Indonesia, sin embargo, la tragedia e irresponsabilidad apagaron la vida de Rodrigo y la felicidad de los familiares y amigos de la pareja. Una inercia corrupta de varias autoridades estarían involucradas en la muerte de Rodrigo, o al menos una insuficiente respuesta del cónsul Julio Eduardo Tenorio Pereyra.
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“El día 06 de agosto en el aeropuerto de Denpasar, en un acto de discriminación racial y transfobia, Rodrigo fue detenido y sindicado como traficante de drogas, por tener medicamentos vinculados a su tratamiento de salud mental (…). Sebastian, quien llegaba en un vuelo distinto posterior, cuando acudió a prestar ayuda a Rodrigo también fue retenido sin cargo alguno”, narra el doloroso comunicado de los familiares.
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Ambos jóvenes fueron víctimas de violencia policial y fueron privados de sus derechos humanos vitales como la salud, defensa legal, información y no discriminación. Acciones que configurarían en un sistemático crimen de odio por el ensañamiento del castigo inhumano contra ambos jóvenes peruanos.
El 8 de agosto, la pareja pierde comunicación y el 9 de agosto los familiares son informados que Rodrigo y Sebastián estaban primero en un hospital de la Policía de Indonesia y que fueron trasladados a otro centro sanitario. En este último sitio, el 11 de agosto se reportó la muerte de Rodrigo.
La familia de Rodrigo y Sebastián comparten que “hasta el momento, la policía de Indonesia no ha autorizado la entrega del informe médico del Hospital Policial donde recibieron las primeras atenciones; y argumenta que no pudieron realizarle los exámenes de orina y sangre que requerían por falta de reactivos”.
El comunicado detalla que en todo momento la policía de Indonesia obstaculizó el acceso al hospital tanto a los abogados como a compañeros estudiantes de Harvard.
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Las familias solicitaron ayuda al consulado peruano en Indonesia y presentaron reiteradas solicitudes escritas al Ministerio de Relaciones Exteriores. Dada la premura por la evidente violación de derechos humanos, la familia y distintas organizaciones hicieron llamadas telefónicas y comunicaciones por WhatsApp, directamente a Julio Eduardo Tenorio Pereyra, cónsul peruano en Indonesia Lamentablemente, aseguran que este funcionario nunca se apersonó a brindar apoyo.
Las autoridades de Indonesia no han permitido realizar una necropsia independiente al cuerpo de Rodrigo, por lo que hasta el momento se desconocen las causas reales de su muerte. Sebastián permaneció detenido y custodiado por la policía en el Hospital sin tener alguna denuncia o cargo expreso en su contra, y recién pudo retornar a Perú el 17 de agosto.
Posible extorsión
La familia cuenta que la policía de Indonesia exigía de forma irregular sumas de dinero que se fueron incrementando. Los pedidos extorsivos, señalaron las víctimas, iban de 13 mil a 100 mil dólares por cada uno de los jóvenes.
A la fecha, los seres queridos de Rodrigo Ventosilla intentan repatriar sus restos, pero una vez más las barreras burocráticas o la ausencia funcional de algunas autoridades peruanas hacen más doloroso este cierre. La empresa de seguro de Harvard SOS manifestó a los familiares que siguen a la espera de la acción consular de Perú para lograr traer el cuerpo de Rodrigo.
Defensor de Derechos Humanos
Rodrigo Ventosilla, un joven economista con una reciente pasantía en Sudáfrica, estaba a punto de retornar a Harvard, en donde estudiaba una maestría en Gestión Pública. Fue defensor de los derechos humanos en el Perú; referente de la lucha por los derechos de las diversidades transmasculinas y un comprometido funcionario en el Ministerio de Educación y el Ministerio de Finanzas. La injusticia y la discriminación apagaron su brillante existencia y resistencia.