Luego de tanto “escándalo”, fui a ver “Lightyear” con mi compañera y varias niñas, y les tengo que decir que, en una sala llena de niñxs, el beso fue más rápido que el cohete a hipervelocidad de Buzz, lo que demuestra que eso no es lo que en realidad les molesta a los conservas, que han visto besos pansexuales de Bugs Bunny desde que tienen uso de conciencia.
El beso es lo de menos, el beso es la excusa para su hipocresía, lo que les molesta en realidad es ver en toda la primera parte de la película una relación lésbica amorosa, exitosa, duradera, mostrada con orgullo y con ternura, que tiene hijxs y nietxs, y que se desarrolla mientras avanza la película y la vida de Buzz.
Creo que nunca una película dirigida a las infancias había desafiado de esa forma la norma heterosexual que obliga a mostrarnos tangencialmente y sin profundidad, por el miedo a mostrar justamente este tipo de parejas, porque puede “hacerles creer” a las niñas, sobre todo a las niñas, que pueden ser científicas, astronautas, guardianas del universo y felices con otra mujer a su lado.
Que pueden tener un proyecto de vida lésbico sin miedo y sin ataduras. Que pueden llegar a ser lo que quieran y vivir como quieran, y eso, para los fanáticos, es inaceptable, ellos quieren heterosexualidad obligatoria, y son capaces de obligar a las niñas a ser madres por violación, como lo están haciendo hasta ahora, pero buscan prohibirles mirar un beso entre dos mujeres que se aman.
Cineplanet debería hacer más acciones que un pronunciamiento vacío, porque lo que hicieron no solo fue pésimo, sino una afrenta a la comunidad lgtbiq+ y una falta de respeto a sus empleados lgtbiq+, al sumarse a las estupideces de los antiderechos; debería, por ejemplo, en el mes del Orgullo, y en películas como Lightyear, dar descuentos a las parejas lesbianas y dejar de contratar, en puestos importantes de decisión, a tontos útiles del conservadurismo que, al parecer, de marketing no saben nada y los títulos universitarios los tienen de adorno.
Ojalá que haya más películas como esta, que no le tienen miedo a nada, y en donde también aparecen varios personajes afrodescendientes, y una lesbiana convicta, ¡qué más real que eso puede haber!
Lesbianas, ¡al infinito y más allá!