El proyecto de ley de la pastora evangélica Tamar Arimborgo, se suma al proyecto de su compañero de bancada Carlos Tubino, no solo en el objetivo, sino en la desinformación que lo sustenta. Los dos proyectos intentan frenar el enfoque de género en la educación y en las políticas públicas, que fue aprobado en 2010 como un proceso de transversalización de una perspectiva social que permitiría saldar las brechas de desigualdad entre mujeres y hombres en el Estado. Esto, a los congresistas fujimoristas, no les gusta. Por suerte, el fujimorismo ahora es minoría.
A estos proyectos antiderechos también se añade a un Julio Rosas intentando formar una bancada con lo más recalcitrante del Congreso, ya tiene en su bando a Pedro Olaechea (ex PPK) y a Jorge Castro (Ex Frente Amplio), y está en conversaciones con Paloma Noceda (ex Fuerza Popular) para tener una agrupación propia que se llamaría Bancada Conservadora.
El proyecto de ley 3610
“Proyecto de Ley que promueve la adopción de la perspectiva de igualdad entre mujeres y hombres y excluye del ordenamiento jurídico y las políticas públicas todo término que haga referencia a la ideología de género y a cualquier otro que atente contra la igualdad entre mujeres y hombres”.
La bancada fujimorista presentó este proyecto con las firmas de Luis Galarreta, Karina Beteta, Wilmer Montenegro, Tamar Arimborgo, Rosa Bartra, Nelly Cuadros, Juan Carlos Gonzales, Moisés Guía, Salvador Heresi, Guillermo Martorell, Marco Miyashiro, Lizbeth Robles, Milagros Salazar, César Segura, Juan Yuyes, César Campos y María Ramos, encabezados por Carlos Tubino, el 7 de noviembre del 2018. Actualmente está pendiente en la Comisión de Descentralización y en la Comisión de la Mujer.
Desde el título se puede entender que no entienden que el enfoque de género no atenta con la igualdad entre mujeres y hombres, porque justamente ese es su objetivo, a diferencia de la ideología de género que defienden los conservadores, que sí busca mantener el status quo en donde los hombres ordenan y las mujeres obedecen.
El proyecto busca eliminar cualquier rastro de la palabra género, pues, según este, se ha tergiversado, “ya que hoy en día se habla de la ideología de género siendo esta una construcción cultural; por consiguiente no es ni resultado causal del sexo ni tan aparentemente fijo como el sexo, es una construcción radicalmente independiente del sexo, en consecuencia hombres y masculino podrían significar tanto un cerupo masculino como uno masculino, mujer y femenino tanto un cuerpo masculino como uno femenino”.
Quien diseñó el proyecto necesita unas clases urgentes de lo que implica el concepto de género, cómo esta categoría sirve para explicar las relaciones de poder entre varones y mujeres, y las formas en que entendiendo esto, se pueden superar. Hay una clara preocupación por las decisiones que pueden tomar las y los ciudadanos, lo que en el trasfondo es el miedo a perder el control sobre el cuerpo y la sexualidad de las personas. Quienes señalan que existe una ideología de género que intenta imponerse en la vida de las personas son justamente los que han defendido imposiciones machistas y binarias sobre las vidas mismas, perder esa oportunidad de continuar un régimen policiaco sobre cómo la gente de sentir o verse es lo que más les disgusta.
Otra de las motivaciones que señala el proyecto es la confusión que puede causar la terminología,y para eso usan un estudio realizado por Ipsos, en donde las personas responden lo que creen que es la “ideología de género”. Una gran mayoría creen que se refiere a la igualdad que busca el enfoque de género, a pesar de la millonaria campaña de desinformación de los grupos antiderechos para confundir a la gente y hacerles creer las opciones que tienen más bajo puntaje: decidir sobre la orientación sexual, la homosexualidad, el género binario, confundir a los niños.
Como no tienen mejores argumentos, se inventaron el de la “confusión” que ellos mismos buscaron sembrar en la opinión pública, porque sí han confundido a muchas madres y padres de familia, que no saben muy bien qué es lo apoyan y por qué marchan en las actividades promovidas por el grupo “Con mis hijos no te metas”.
Este proyecto también intenta modificar el nombre del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables por el de Ministerio de la Mujer y de la Familia.
El proyecto de ley 3795
“Proyecto de ley que excluye la ideología de género de las políticas públicas de niños y adolescentes”.
Este proyecto, presentado el 11 de enero de 2019, por la congresista fujimorista Tamar Arimborgo, es más desconcertante que el de Tubino. Por lo menos el de Tubino intentaba tener cierta “coherencia” con el ordenamiento legal y simulaba una preocupación por el sentido de los conceptos hacia la opinión pública. Arimborgo, en cambio, imaginamos que cegada por su fe, lanza una serie de mentiras sorprendentes incluso para quienes están cerca de los fanatismos evangélicos.
Al no poder aún aprobar el proyecto de Tubino, Arimborgo busca ir paso a paso para detener el proceso de transversalización del enfoque de género aprobado en 2014. Por lo pronto, ella “solo” solicita que se saque de las políticas dirigidas a niños y adolescentes.
Nuevamente hablan de algo inexistente en las políticas públicas, la ideología de género, para pedir que se la saque, cuando realmente lo que buscan es frenar el enfoque de género. Ni por ahí pueden ser honestos. Luego señala que el gobierno debe reconocer el respecto irrestricto del derecho de los padres de educar al niño y adolescente. Esto no es solo negar la obligación del Estado en la educación de las y los ciudadanos, sino permitir que en nombre de la educación, las niñas, niños y adolescentes pierdan la autonomía de decidir cómo les gustaría ser educados, y poder enfrentar el machismo y la homofobia desde sus propios hogares.
Pero la congresista va más allá del delirio al señalar que el enfoque de género causa sida y cáncer.
Según la pobre argumentación de la congresista, el enfoque de género, que es una perspectiva relativamente moderna, causa algo que existe desde tiempos muy remotos y que se puede comprobar en cualquier estudio histórico de la sexualidad: la transexualidad, a lo que ella llama, desconociendo los avances científicos sobre el término, disforia de género. Asimismo, genera confusión, nuevamente, como ya están acostumbrados, sobre las razones del suicidio de personas trans, sobre todo de niños y adolescentes. Ellos y ellas se suicidan por la falta de reconocimiento hacia su identidad, lo difícil que resulta una vida trans en un hogar que no los respeta y en un colegio que nos les da soporte, en una sociedad que los mira como fenómenos. Una serie de variables sociales generan los suicidios, no el enfoque de género, que intenta permear sobre estas variables para que no afecten tanto la vida de las personas.
Citan también a una asociación médica conservadora y antiderechos que realiza “investigaciones” sesgadas, parcializadas y anticientíficas, en donde se reúne lo más perturbador del mundo médico.
Proyectos como estos, que intentan controlar la vida de las personas y sus decisiones autónomas son profundamente autoritarios y fascistas. Esperemos que no tenga ningún relevancia y que sea archivado.
La bancada conservadora
Luego de renunciar a Alianza por el Progreso, porque no le hacían mucho caso en sus proyectos antiderechos, Julio Rosas estuvo mucho tiempo de no agrupado, y al parecer, ya se cansó de andar tan solo por lo que anda haciendo coordinaciones para formar su propia bancada, a llamar Bancada Conservadora. Ya tiene entre sus integrantes a Pedro Olaechea, feroz defensor de los intereses empresariales, y a Jorge Ochoa, feroz defensor de sus propios intereses, y están buscando que Paloma Noceda se sume a ellos, recordemos que Noceda estuvo muy activa en el tiempo de la acción popular contra el currículo de educación y es una firme opositora del enfoque de género en la educación, lo que tal vez hubiera evitado que ella viva acoso sexual recurrente en el Congreso, como denunció posteriormente, puesto que el enfoque de género ayuda a prevenir la violencia sexual. Salvador Heresi también es un firme candidato a formar parte de esta bancada, este congresista, exministro de Justicia, fue uno de los pocos no fujimoristas que firmó el proyecto de ley de Tubino.
Esta bancada pretende defender los valores de la familia y de la mujer, según ellos.