¿Se imaginan que en Chile transmitan los saludos de los hijos y nietos de Pinochet? ¿O que en Argentina se difundan los saludos de los descendientes de Videla? Resulta inconcebible, ¿no es cierto? Pero acá en el Perú, Canal N decidió transmitir los saludos de Keiko Fujimori a su padre, el dictador preso por crímenes de lesa humanidad, Alberto Fujimori, como si fuera lo más normal del mundo.
En el texto que acompaña los saludos de Keiko no se realiza ninguna reflexión ni mención a que estuvo presa al ser sindicada como líder de una organización criminal, que su partido Fuerza Popular intentó por todos los medios hacerse del poder político en el país, a través de lavado de dinero, estafa, obstruccionismo político y corrupción, colocando a quienes los favorecieran en importantes cargos, lo que llevó, en su último intento, cuando buscaban copar el Tribunal Constitucional, a la disolución del Congreso en donde eran mayoría.
Este medio de comunicación intenta pasar por objetividad periodística una situación completamente reprobable: el darle cabida, voz y pantalla a una investigada por corrupción que se encuentra actualmente con orden de comparecencia restringida.
¿A fuerza de qué Canal N promociona a Keiko Fujimori? ¿Por qué intentan limpiar su imagen con un mensaje frívolo en donde detallan lo “buena” hija y esposa que es? ¿A qué campaña política apuntan? ¿Cuáles son los intereses que están detrás? Se hace urgente y necesario estar atentos a todos los intentos de la mafia fujimorista por recuperar el poder perdido.