El presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), Edwin Oviedo, está en el ojo de la tormenta. Ahora no solo por el vínculo con el juez César Hinostroza y el detenido empresario Antonio Camayo, sino también por su vinculación con el caso de la Empresa Agroindustrial Tumán

Desde hace tres años se inició una investigación por la muerte de los trabajadores de la empresa Tumán, en Lambayeque. En este caso estaría implicado Edwin Oviedo por manejar presuntamente las órdenes de la banda criminal ‘Los Wachiturros de Tumán’, quienes laboraban -aparentemente- como personal de seguridad de la empresa azucarera.

Sin embargo, los delincuentes no se encontraban oficialmente en el registro de la empresa pero sí recibían los beneficios como tales; entre ellos, motocicletas y armas de fuego. En la incautación que realizó el fiscal de Crimen Organizado, Juan Carrasco, mencionó las 25 armas encontradas. Una de ellas se usó para un delito a mano armada.

Los asesinatos

En el 2012, Manuel Rimarachín, trabajador de la empresa Tumán,  fue asesinado al salir de su casa. Luego del impacto de bala, acudió al hospital más cercano para salvar su vida, sin embargo, recibió una respuesta inhumana por parte de las enfermeras y el personal del centro médico, pues no lo quisieron atender.

La muerte de Rimarachín no fue una mera casualidad, sino un previo acuerdo supeditado a los intereses. El hospital donde acudió estaría bajo la dependencia del grupo Oviedo; así, se explica por qué le negaron la atención a un herido de bala, quien estaba en contra de las irregularidades en la empresa Agroindustrial Tumán.

Pero por qué, hasta el momento, no han declarado culpable al presidente de la Federación Peruana de Fútbol. Aparentemente por el poder de la institución que lidera y por los contactos claves en el sistema judicial, como el juez César Hinostroza.

“El se puede limpiar porque tiene poder económico y político”, declaró Bryan Rimarachín, hijo del trabajador asesinado.

El segundo caso data del 2015. Percy Farro Witte fue uno de los dirigentes asesinados en mayo 2015, en conjunto con los trabajadores, querían protestar por los abusos dentro de la empresa pero tenían miedo a las represalias.

Farro Witte fue asesinado también por ‘Los Wachiturros de Tumán’. Su madre, Norma Witte, acusa directamente a Edwin Oviedo, pues asegura que él fue el responsable de la muerte de su hijo.

Cabe recalcar que a raíz de la muerte de estos trabajadores, se abrió una investigación contra Edwin Oviedo hace tres años. Hasta la fecha, se encuentra en estado preliminar, por lo que no permite que la Fiscalía continúe con la investigación.

El asesor legal del grupo Oviedo afirma que no existen pruebas de las acusaciones.

¿Cómo se libró Oviedo de esta investigación? 

Gracias a una casación firmada por su “hermanito” César Hinostroza, quien era el presidente de la Segunda Sala Penal Transitoria. Esta sentencia permitía que Edwin Oviedo sea retirado de las investigaciones, mientras los otros involucrados seguían, aparentemente, siendo investigados.