La presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, declaró a la prensa que “la calle pide vacancia presidencial”, otorgándole a “la calle”, es decir, a la población, los intentos de vacancia y golpe organizados por la derecha peruana.
De esta forma, los pequeños grupos asalariados que salen a “protestar” en Lima por el supuesto comunismo que se quiere imponer, junto a algunos financiadores y políticos de la derecha peruana, representan, según Alva, “la calle”, en un intento más de desestabilizar al gobierno desde el Congreso.
La necesidad de cambios en el Gabinete es imperiosa, Bellido ha demostrado ser un pésimo primer ministro, pero no por las razones que esgrime Alva. Ninguna calle está hablando, no hay población espontánea saliendo a protestar en contra de Castillo o Bellido, es más bien al revés, son los espontáneos en las calles los que defienden los espacios que buscan ser invadidos por personas pagadas por la derecha para que generen caos.
¿A cuántas calles ha ido Alva para afirmar lo que declara? Aparte de Arequipa, en donde la gente le gritó racista y corrupta, ¿en dónde más le tomó el pulso a la calle? ¿En el Parque Kennedy?
Es preocupante que la presidenta del Congreso mienta y aliente de esta forma las estrategias antidemocráticas de ciertos políticos y partidos que buscan que Pedro Castillo no gobierne para ellos tomar el poder. Su investidura debe ser respetada, y eso es algo que Alva no está haciendo. No hay ninguna calle exigiendo nada, son los que han gobernado siempre lo que aún no se acostumbran a que les quiten el poder.