Luego de que José Barata confirmara que Susana Villarán pidió ella misma los 3 millones de dólares que se usaron en la campaña contra la revocatoria, ya no hay quien pueda defender a la exalcaldesa de no estar involucrada en la corrupción de Odebrecht.
Para lamento de muchos, que apoyaron la campaña de forma voluntaria y con el firme compromiso de estar defendiéndola de un proceso injusto que buscaba sacarla de la alcaldía para imponer intereses mafiosos y antiderechos, las últimas declaraciones del informante brasilero sentenciaron su imagen ante la opinión pública.
Según Barata, fue la misma Villarán quien solicitó el dinero que necesitaría para la campaña, pero antes, su gerente general intercedió de la misma manera. Así, José Miguel Castro llamó a Barata para una reunión, este pensaba que era para conversar sobre una obra concesionada en 2012, pero grande fue su sorpresa cuando Castro le solicitó el dinero para la campaña del no a la revocatoria, lo que a Barata le pareció absurdo. Luego Villarán lo llamó, y debido a que era una política con bastante margen y que podría tener luego un cargo más importante aún que alcadesa, fue que decidieron darle el dinero.
