En una evidente respuesta a las fuerzas políticas que buscan socavar el trabajo que está haciendo el Gobierno para detener la propagación del coronavirus, el presidente Martín Vizcarra señaló en su rueda de prensa habitual que no liberarán a narcotraficantes.
Añadió a los críticos fujiapristas que “no sean frescos”, porque en sus gestiones no actuaron para resolver los graves problemas de las cárceles peruanas, con hacinamiento, pobreza y baja rehabilitación de los internos.
¿No nos acordamos que hubo cantidad de indultos a narcotraficantes? Y sin pandemia ni nada, puertas abiertas para los narcotraficantes. Y muchos de ellos ahora nos critican. Muchos que han estado a cargo del Ministerio de Justicia y del Inpe, dicen por qué lo hacen”
El presidente fue claro en señalar que la crisis viene desde hace dos décadas atrás, y que en todo ese tiempo, pocos previeron lo que se vendría.
“Esas personas privadas de su libertad, ¿han entrado ahora en el coronavirus? ¿Son personas que entraron hace 45 días, cuando se creó el estado de emergencia? ¿Cuándo ha empezado el problema de las cárceles? ¿El año pasado? ¿Cuándo empezó el hacinamiento de las cárceles en el Perú? ¿En el 2018? ¿No es un problema que lo tenemos desde hace una década, y que hemos tenido hace 20 años el problema rebasando la cantidad de los penales?¿Cuántos gobiernos ha habido? ¿Cuántos ministros de Justicia, cuántos jefes del INPE, académicos, han opinado sobre hay que hacer algo en los penales? ¿Y qué se hizo el año pasado? ¿Hace dos años? El hacinamiento, el caos que existe y que reconocemos, no es de ahora“.
El caso narcoindultos
Entre el 2006 y el 2011, en el segundo gobierno del expresidente Alan García, se entregaron 5246 indultos, de los cuales 3279 fueron por tráfico ilícito de drogas.
Un narcotraficante conocido como “Brasil” testificó antes la Megacomisión que los narcos habían sobornado a funcionarios apristas para conseguir la gracia. Luego fue hostigado para que cambiara su testimonio.
El único sentenciado a prisión fue el aprista Miguel Facundo Chinguel, hombre de confianza de García y su exabogado.