7.5 Score
Pros
- La causa acevi se siente súper casera y fresca, con el punto justo de limón, picante y sal. Muy buena.
- Los mariscos al fuego son una exquisitez en el paladar. Recomiendo probarlos con unas gotas de limón. Delicioso.
- El arroz alocrado me sorprendió para bien. No le tenía fe porque no soy de zapallo, pero el alocrado de Amankaya me cautivó y sí lo probaría nuevamente.
- El tallarín saltado de pescado es buenazo. Las verduras estaban crocantes y conservaban sus propios jugos. El pescado estaba en su punto. Este plato es un must.
Cons
- Sé que es difícil cambiar esto, pero lo tengo que comentar: el local es pequeño y esto implica que los espacios entre comensales no sean tan amplios.
- El sistema de ventilación podría ser más eficiente. Lo que sucede es que los olores de la cocina se filtran al segundo piso del restaurante. No me entiendan mal: huele rico, pero los olores a comida se llegan a impregnar en el cabello y en la ropa.
Final Verdict
La propuesta de Amankaya es consistente, llena de sabor y rebosante de productos frescos y de estación. Amankaya es mucho más que una buena cevichería, pues ofrece diferentes tipos platos dirigidos a satisfacer los diversos gustos de los comensales. Que las obras en Paseo de la República no los desanimen a visitar este restaurante. Les aseguro que no se arrepentirán.
¿Qué tal las elecciones? ¡Al fin nos libramos de Castañeda! Y si deseas celebrar esta noticia, tengo una buena recomendación donde comerás y tomarás bien rico: Amankaya (Av. Paseo de la República, N° 5115, Surquillo). Visité por primera vez este restaurante hace unos días y les adelanto que probé platos que nunca pensé probar. ¿Quieres saber qué tal estuvo todo lo que probamos? Pues sigue leyendo la nota.
Les cuento que quien me acompañó en esta nueva exploración gastronómica fue, como ya es costumbre, Vero, la fotógrafa oficial de Diario de una food lover (solo vía Mano Alzada, ya tú sa). Nos encontramos por la Brasil, tomamos taxi y nos bajamos en la Ricardo Palma con Paseo de la República. Cruzamos el puente, caminamos un par de cuadras a la derecha y llegamos. Amankaya se puede ubicar con facilidad por el color del local y por el cartel con su nombre. Llegamos tipo 12 y aún no había llegado mucha gente. Así que pudimos escoger nuestra mesa en el segundo piso.
Como llegamos con sed, lo primero que pedimos fue un vaso de chicha (5 soles). Se sentía la canela y el limón. No la encontré excesivamente dulce, sino refrescante. Lástima que no pudimos probar uno de los chilcanos macerados (18 soles). La gripe no nos dejó hacerlo. Por otro lado, la canchita estaba tibiecita, sin llegar a estar a una temperatura que impide comerla. Estaba crocante y saladita. Bien.
Como entrada, Vero y yo probamos unas causitas acevi (26 soles). Este plato consiste en bolitas de causa montadas con láminas de pescado del día y salsa acevichada. Esta entrada nos encantó, por diosito. Y eso que por lo general no pido causa cuando voy a un restaurante porque la termino comparando con la causa que prepara mi mamá. Y la causa de mi mami siempre gana (jeje). Sin embargo, la causa de Amankaya la encontré bien hecha, súper casera y de buena textura, con el balance perfecto entre el punto de limón y de picante. El pescado estaba súper fresco y delicado. Además, la salsa acevichada no opacaba las bolitas de causa, sino que fue un buen acompañante. Muy recomendable.
La segunda entrada que probamos fue unos mariscos al fuego (32 soles). Es un plato muy agradable, con un saborcito a mantequilla y con los mariscos en su punto. Cuando pruebas un bocado, el vino blanco se siente al final. Asimismo, esta entrada goza de una nota picante por el ajicito limo. Recomiendo probar cada bocado con gotas de limón, pues ayuda a balancear todos los sabores. Recomendadísimo.
El ceviche carreti (32 soles) viene servido con chicharrón de calamar. Los trozos de este ceviche eran generosos y súper frescos. El chicharrón no estaba grasoso. Por el contrario, se encontraba crocante y a una temperatura adecuada. El chicharrón mojadito en los jugos del ceviche es una delicia (¡yummy!). El picante del ceviche estaba en el punto correcto: era un pincantito que permitía saborear cada bocado. El choclo y el camotito también estaban súper tiernos y frescos (como los demás ingredientes). Eso sí, personalmente, hubiese preferido que el punto de sal sea menor.
Gabriel Osorio, cocinero principal de Amankaya y uno de sus dueños, nos recomendó probar un arroz alocrado (32 soles). Pucha, dije “okis”, pero dentro de mí estaba medio palteada porque yo no soy de comer locro: no me gusta el zapallo. Desde pequeña es así. Habiendo compartido con ustedes este secreto infantil, el arroz alocrado de Amankaya lo encontré cremosito y calientito. Se notaba que estaba recién hecho. El zapallo (macre y loche) le aportaba un sabor muy agradable y suave. El huacatay se sentía sin llegar a ser invasivo. El quesito le agregaba un shot de sabor y de textura a cada bocado. Me gustó mucho y sí lo volvería a probar a pesar de mis traumas infantiles. Bien.
Otro de los platos de fondo que probamos fue un ponja (30 soles): mariscos al wok con toques de ostión y aceite de ajonjolí. Este último ingrediente se siente en cada bocado. Las semillas de ajonjolí tostado también eran perceptibles. El sabor a ajonjolí imperaba en este plato, pero no llegaba a ser abrasador porque el plato también ostentaba un toque medio dulzón. Así como el alocrado, el ponja estaba recién hechecito. Cualquiera de estas dos opciones con arroz no tiene pierde. Ya depende de ustedes, mis queridos lectores, cuál de ellas calza mejor con sus gustos.
Decidimos terminar nuestra visita a Amankaya con una tallarín saltado de pescado (30 soles). Voy a ser clara y contundente: pídanlo a ojos cerrados. Es exquisito. Las verduras estaban crocantes y conservaban sus propios jugos. El tallarín estaba bien salteado y jugoso. Los trozos de pescado eran generosos y estaban en su punto. Es un plato súper completo e ideal para el cambio de estación. Es de los mejores que Vero y yo hemos probado en nuestra ruta cevichera. Súper recomendado.
Al terminar nuestra exploración gastronómica, conversamos un toque con Gabriel. Nos comentó que Amankaya antes se ubicaba en La Molina, pero que ya desde hace un par de años el restaurante viene deleitando a todo Surquillo y alrededores. Gabriel se encuentra en el mundo gastronómico desde hace varios años. Le encanta la comida marina y es por eso que apostó por abrir su propio restaurante, por tener y trabajar en su propio negocio. No es ninguna novedad mencionar que la competencia gastronómica en esta ciudad es dura. Amankaya ha logrado permanecer debido a su sazón, sus frescos insumos y buena onda en el trato a los comensales.
Amankaya es mucho más que un buen ceviche. Aquí encontrarás un tiradito asháninka con un toque a mishkina y culantro, unos anticuchos hechos con pesca del día, rollos Vietnam, arroz alocrado, fish and chips y hasta lasaña de carne. Alucinante. De todo para todxs. Y saben qué: Amankaya ostenta consistencia entre sus diferentes platos. Todos los que probamos eran de bueno para arriba, incluso algunos llegaban a excelente (como el tallarín saltado). Así que ya sabes: qué esperas para disfrutar de las delicias que Amankaya ofrece. Me comentas qué tal y hasta el siguiente nota gastronómica.
Dirección
Av. Paseo de la República, N° 5115 (Surquillo)
Horario de atención
Martes a jueves, 12:00-16:30 h
Viernes a domingos, 12:00-17:00 h
Lunes descansan. Que conste que les avisé.
Teléfono
2408258
Las precisas
En Amankaya se organiza, una vez al mes, una cena clandestina de 7 tiempos. Les recomiendo separar mesa con tiempo porque los espacios se agotan rápido. Más información vía inbox.
Si deseas visitar Amankaya con tus hijos y a ninguno de ellos no les gusta el pescado, tranqui: este restaurante también ofrece nuggets de pollo con papas fritas para este tipo de situaciones.
La carta de Amankaya es amplia y diversa: hay de todo para todxs (pastas, arroz, salteados, tiraditos, ceviche y outsiders). Aprovéchala y déjate cautivar por cualquiera de sus diferentes opciones gastronómicas.