La congresista Indira Huilca compartió las declaraciones de Susana Villarán a través de sus redes sociales para señalar que lo que está haciendo la exalcaldesa de Lima es “control de daños para su entorno cercano” intentando “disimular una traición mayúscula”.
En su último pronunciamiento titulado “Hoy quiero decirles una verdad”, Villarán reconoce haber mentido todos estos años y conocer los aportes de las empresas brasileñas, mientras justifica su accionar por la “gobernabilidad de Lima” y pide perdón por ello. Según Villarán, ella buscaba impedir que “una mafia política se apoderara de la Municipalidad de Lima, entrando por la puerta falsa”.
A lo que la congresista Huilca, quien fuera regidora luego del proceso de revocatoria, y que vivió de cerca el alejamiento de Villarán de quienes la habían apoyado para que llegar a la alcaldía, es decir, de la izquierda, y la concentración de poder de su entorno cercano, le responde fuerte y claro que el apoyo que recibió el NO no solo era para evitar una revocatoria sino “para derrotar al ‘todo vale’ en política y combatir la idea de que el poder es algo a lo que se accede o conserva a cualquier precio”.
Les dejamos sus declaraciones completas:
“Tal vez esto tenga algún efecto beneficioso en su proceso judicial, pero de ninguna manera en su imagen pública o política.
A estas alturas esto no es decir una verdad (las delaciones de Barata ya señalaron que SV conocía de los aportes), sino hacer control de daños para su entorno cercano. E intentar disimular una traición mayúscula. Mentir sistemáticamente para salvar el cargo de cualquier forma y querer darle a eso una connotación justiciera años después (a puertas de una prisión preventiva) no tiene otra calificación.
Muchos nos movilizamos en la campaña del NO y lo hicimos no solo para evitar la revocatoria a una alcaldesa, sino para hacer frente a la mafia, a una forma de hacer política que es la que impera todavía en nuestro país, para derrotar al ‘todo vale’ en política y combatir la idea de que el poder es algo a lo que se accede o conserva a cualquier precio.
Recibir dinero de empresas que contrataban con la municipalidad no es un error, es un delito, es corrupción. Decir tan tranquilamente que dos personas decidieron algo tan grave, de espaldas a tantísimas personas que se movilizaron voluntariamente, y ocultarlo por años no es un acto de gobernabilidad ni mucho menos de lealtad, es un acto de desprecio a la gente y de soberbia enorme.
Que la justicia haga su trabajo y que se sepa toda la verdad, caiga quien caiga”.