Médicos y enfermeros, al estar en primera línea contra el avance del coronavirus, deben contar con equipos de seguridad que no llegan. Exigencia llega desde distintos puntos del Perú.
No tan lejana está la alarma de Covid-19 que se dio aquel 21 de diciembre del 2019 en la localidad de Wuhan (Hubei, China). Para el 11 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el avance del coronavirus como pandemia.
5 días después, el 16 de marzo, empezó el estado de emergencia en el Perú, con una serie de restricciones de convivencia que se han ido quebrando y que hoy se lamenta con el número de contagiados (141 779) y muertos (4 099) por el Covid-19.
Frente a esta emergencia, el último pedido al gobierno central se hizo ayer desde el hospital Honorio Delgado Espinoza, en Arequipa. Médicos del centro que fue destinado para atención exclusiva de pacientes COVID-19 exigieron que les den nuevos equipos de protección personal (EPP) para evitar posibles contagios entre ellos y los pacientes que llegan diariamente.
El protector quirúrgico o respirador N95 es el más importante dentro del equipo de bioseguridad para los médicos. Pero antes de que empiece la cuarentena, en distintas farmacias de Lima y en otras regiones del Perú, se informaba que ya existía un desabastecimiento de este tipo de mascarillas.
Debido a la gran demanda mundial de respiradores N95 y mascarillas quirúrgicas, la OMS alertó del peligro que corren las distintas áreas médicas que atienden a contagiados si no se abastecen oportunamente y exhortó a los países a tomar medidas para evitar la especulación y el acaparamiento.
A comienzos de abril, el portal Ojo Público realizó un informe acerca del mercado de estas mascarillas. Se supo que 48 compañías trajeron 5.8 millones de este producto, entre enero y febrero último, por un valor de 773 mil dólares.
Cabe resaltar que proveedores de las cinco principales importadoras tienen su sede en China, tres de ellas en la provincia de Hubei, en donde ocurrió el brote en diciembre del 2019. El equipo llegó vía marítima con el 88% del total, según datos de la Superintendencia Nacional de Aduanas y Administración Tributaria (Sunat).
De estas 48 empresas, fueron 6 las que concentraron alrededor del 66% de la importación de mascarillas que llegaron al Perú: Grupo Besca (1 millón de mascarillas), Prosemedic (980 mil), 3M Perú (705 mil), Rismed (450 mil), Importaciones Evarist (400 mil) y Barron Vieyra (380 mil).
Casi en simultáneo, por esos días de abril, la Contraloría General de la República inició una acción de orientación de oficio en el Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares), dependiente del Ministerio de Salud (Minsa), quienes adquirieron mascarillas tipo N-95 a la empresa proveedora PMI Médica, pagando 24 millones 654 mil 640 soles (19,60 soles por unidad).
Desde Mano Alzada se hizo un informe al respecto.
Solo unos días después, exactamente el 8 de abril, la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas del Ministerio de Salud (Digemid) emitió un comunicado en donde prohibía a las farmacias y boticas la venta de mascarillas quirúrgicas y respiradores (N95, FFP2 y FFP3).
Volvamos a las empresas
Según la información de Ojo Público, el Grupo Besca, fundada en 2016, no tiene contratos con el Estado. En octubre del 2019, a solo 2 de detectarse los primeros casos en China, recién se dedicó a la importación de mascarillas quirúrgicas. Compró 700 mil unidades por un valor unitario de US$ 0,01 a la empresa Hubei Haixin Protective Products Group.
Además, el Grupo Besca recibió el 7 de febrero del 2020 más de 1 millón de mascarillas de la compañía china por un valor de US$ 10.200.
La empresa peruana Prosemedic, con 26 años de experiencia en el sector de salud y que empezó a ser proveedora del Estado en este rubro desde 1999, entre enero y febrero del 2020 recibió 980 mil mascarillas de la empresa china Xiantao Rayxin Medical Products. El precio unitario de cada producto fue de US$ 0,015.
3M Perú, empresa con amplia experiencia en el sector de salud, también aparece en el informe. Entre 2015 y 2019, contrató con el Estado por más de 3.3 millones de soles para el abastecimiento de materiales médicos del Seguro Social de Salud, los hospitales Honorio Delgado (Arequipa), y Cayetano Heredia y María Auxiliadora (Lima), según el Organismo Supervisor de Contrataciones del Estado.
3M importó más de 705 mil respiradores N95 de EE.UU. Según la Sunat, cada uno tuvo un valor promedio de US$ 0,72.
Rismed, otra importadora es la peruana creada el 2003 y que no ha tenido contratos con el Estado peruano desde el 2017, el último 23 de febrero recibió 450 mil mascarillas procedentes de China y fabricadas por la compañía Changzhou Shuangma Medical Devices.
En el 2019, Rismed también importó del mismo proveedor un total de 600 mil unidades valorizadas en US$ 0,012 cada una.
De este grupo de empresas, llama la atención Importaciones Evarist, creada en septiembre del 2019, no tiene teléfono inscrito en páginas blancas ni página web.
Dicha empresa, que no ha tenido contratos con el Estado, el 10 de febrero importó 400 mil mascarillas por un valor unitario de US$ 0,01 de la empresa china Jing Shen Imp & Exp Trading.
Finalmente, la empresa Barron Vieyra International, que ha sido proveedora del Estado desde 2013, pudo importar 380 mil mascarillas por un precio unitario de US$ 0,008. Según la Sunat, su proveedora fue la empresa china Xiantao General Care Protection Product. El 2019, Barron Vieyra International importó 720 mil mascarillas por US$ 0,01 desde la china Hubei Feiteng Protective Products.
Nos preguntamos dónde consiguieron estas empresas la bola de cristal que les permitió “asegurarse” —al menos en los precios— con tan importante adquisición.
¿Todo vale?
A principios de mayo la Digemid informó que había comenzado a entregar autorizaciones excepcionales a las empresas para que fabriquen medicamentos de una manera inmediata o, si está en sus posibilidades, importarlos.
“El stock de medicamentos es bastante limitado… Como en el caso de la Hidroxicloroquina, cuya producción era bastante baja, ahora se han duplicado o triplicado las corporaciones que la producen, incluso nacionalmente”, dijo por esos días la titular de la Digemid, Carmen Ponce.
Para el 24 de mayo, con la Resolución Ministerial 315-2020, se aprobó el listado de bienes esenciales para el manejo y tratamiento del Covid-19.
Con esta resolución el acceso a medicamentos, precios y stock de farmacias serían públicos (vía Digemid) y se podrían comprar directamente de los laboratorios.
Pedido urgente del Cenares
En estos últimos días, el Centro Nacional de Abastecimiento de Recursos Estratégicos en Salud (Cenares), a través de un comunicado, informó que hasta ayer 28 de mayo el Cenares recibiría una cotización de sus proveedores para la adquisición de equipos de protección personal (EPP).
En lo que Cenares denominó una indagación de mercado, indicó a los interesados en participar que remitieran su propuesta con su “mejor oferta y menor plazo de entrega”.
En el mismo comunicado, solicitó también la cotización de AZITROMICINA 250 MG TAB, AZITROMICINA 500 MG TAB, ENOXAPARINA 40MG/0.4ML INY, ENOXAPARINA 60MG/0.6ML INY, IVERMECTINA, 6 mg/mL – SOLUCION – 5 mL, METILPREDNISOLONA 500MG X 8ML INY Y PARACETAMOL 500 MG TAB.
Mascarillas de la discordia
A pesar de la importancia de la protección de los agentes médicos y policiales la ausencia de estos implementos de seguridad es una deuda. Entonces la PNP, en una posible descoordinación, adquirió unas “mascarillas especiales”.
El pasado 22 de mayo se supo que la Policía del Perú compró 6.678 respiradores con válvula con la venia del Ministerio del Interior, mientras que especialistas del Minsa y Cenares estuvieron a favor. La suma pagada fue de 750 mil soles, 113 soles por unidad.
Mininter remarcó que “el costo por unidad estaba por debajo del precio de mercado”. El proveedor fue Casimires Nabila S.A.C. una empresa textil con más de 60 años, según su página web. Para poder vender, la empresa presentó una carta de distribución de la corporación norteamericana 3M.
El Comercio advirtió, a través de un reportaje, que este tipo de respiradores de media cara (elastoméricos) y ciertos modelos de mascarillas (N95, KN95, entre otros) pueden proteger del virus a quien los usa, pero no a las demás personas porque llevan una válvula exhalatoria sin filtro.
El fundamento de la compra sostiene que es apropiada para la función policial. “Las mascarillas comunes no resisten forcejeos o ataques personales; en cambio, la de doble filtro se adhiere mejor al rostro y es muy difícil de vulnerar. Es adecuada para acciones policiales”, aseguró el Mininter.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo ha pedido que se informe a la comunidad que las mascarillas y respiradores con válvulas de exhalación “no deben usarse en lugares con gran riesgo de contagio del COVID-19 como mercados, bancos, en el transporte público y centros de trabajo”.
Pónganse de acuerdo
Durante el estado de emergencia sanitaria, se ha pedido la unión de todos los peruanos en la lucha contra el avance del coronavirus. Unión, sobre todo, de empresas que tuvieron —y tienen— la oportunidad de acelerar los mecanismos para contar con los elementos de seguridad necesarios para quienes están enfrentando cara a cara el Covid-19.
En ese sentido, sería favorable permitir —realmente— que nuevos proveedores o importadoras entren competencia y no esté reducida a un grupo pequeño de empresas. La diferencia se sentiría, para empezar, en los precios.
La seguridad y control de calidad que brindan las autoridades debería estar por defecto en el proceso para que no se perciba un temor inmovilizador al momento de sellar un oficio y que solo algunos puedan ser los “ganadores”. La Digemid tendría la última palabra.