Así lo ha demostrado el miembro del directorio del Banco Central de Reserva del Perú al afirmar que se han repartido 50 millones de libros a adolescentes de tercero de secundaria en el Perú, pero en el Perú somos 33 millones de habitantes aproximadamente.
¿De dónde saca Rafael Rey 20 millones de peruanos más? ¿Qué afiebrado delirio le hace suponer que existen 50 millones de peruanos asistiendo al colegio este año solo en ese grado? ¿Por qué lo eligieron miembro del BCRP si no sabe realizar las operaciones matemáticas básicas? ¿Qué méritos tiene Rey, aparte de despotricar todo el día sobre el sexo, el género, el sexo anal, la educación peruana, y los políticos que no le gustan, para ocupar ese puesto?
En su mensaje, dirigido al presidente Martín Vizcarra es afectado por la ideología de género y llama “ministro” a la ministra de Educación, cambiándole el sexo. Terribles consecuencias ideológicas que afectan incluso a los más pintados.
Además, sostiene que estos 50 millones de libros hablan en su totalidad de “sexo anal”, cuando en realidad, ninguno de esos libros tiene la frase sexo anal, pero queremos dejar constancia que hablar, leer, escribir o practicar sexo anal está mal, solo está mal en mentes reprimidas, ideologizadas por el machismo y la religión, para todos los demás, sigan disfrutando.
No es novedad que Rafael Rey diga y haga cosas equivocadas, todos recordamos su patinada con el Pisco 7.9, para conmemorar una fecha trágica en el Perú sin el menor cuidado en el dolor de las víctimas y sus familiares. Tampoco se nos va de la memoria cuando anunció con bombos y platillos, junto a su compañero de programa en Willax, que tenían muchos audios de la corrupción y que los irían revelando en informes bomba, para luego decir que los entregarían a la Fiscalía porque no se podían dar el trabajo de transcribirlos.
Sabemos que es irrisorio hablar de Rafael Rey, pero queremos dejar constancia que hay gente en puestos que no se merecen, y que tenemos fe que, a puertas del Bicentenario, ojalá esta situación de privilegio (blanco fujimorista) cambie.