En una entrevista con la periodista Rosa María Palacios, el rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), Marcial Rubio, señaló que se vieron “en la imposibilidad de cumplir la ley” respecto al cobro ilegal de moras a las y los alumnos desde 2012, porque no hubieran podido pagar las planillas de los empleados.
Como se sabe, la PUCP tendrá que devolver más de 30 millones de soles por cobros indebidos a su alumnado desde hace 6 años. Según Rubio, el cobro se siguió haciendo, a pesar de que era ilegal, porque los bienes de la universidad estaban en litigio y no podían acceder a réditos, préstamos ni garantías.
“La universidad, frente a la posibilidad de no pagar la planilla, se vio en la imposibilidad de cumplir la ley y siguió aplicando la multa de medio crédito por la mora en el pago”, manifestó.
Los testimonio de alumnos y sus padres, que tuvieron que sacrificar sus bienes para poder pagar las moras cuando se retrasaban en los pagos abundan, incluso muchos señalan que tuvieron que dejar de estudiar porque no podían seguir pagando.
La ley
Indecopi ha abierto de oficio una investigación contra la casa de estudios que podría llevarla a ser sancionada administrativamente. La PUCP habría violado la Ley N° 29947 -Ley de Protección a la Economía Familiar respecto del pago de pensiones en Institutos, Escuelas Superiores, Universidades y Escuelas de Posgrado Públicos y Privados, publicada en el 2012, cuyo artículo 2 establece que “la tasa de interés para las moras sobre pensiones no pagas no podrá superar la tasa de interés interbancario dispuesta por el Banco Central de Reserva del Perú”, al cobrar entre 100 y 500 soles en el pregrado, según la escala de pago de cada alumno.
El dato
La PUCP cobraba una multa de un crédito por mora desde 1988, en 1991 empiezan a cobrar media mora. En 2018, luego de la demanda de varios alumnos, anulan el cobro de la mora y empiezan a devolver el dinero recaudado de manera ilegal.
Opiniones de profesores
“No parece justo que la difícil situación económica que se tuvo que afrontar hace algunos años en la PUCP, tuviera que salvarse a costa de lxs estudiantes. Lxs profesores deberíamos preguntarnos ¿cuánto de esa crisis nos ha afectado? ¿en plena crisis algún/a docente gozaba de algún privilegio que no fue tocado? Si la contribución y el sacrificio de docentes no hubiera sido significativo para afrontar la difícil situación económica, igual hubiera sido importante saber de esta. La PUCP necesita transparencia, entre otras cosas” (Marisol Fernández Revoredo).
Carta abierta al Rector de la PUCP
“Lo he escuchado hoy en una entrevista y en la tarde contestandole a los representantes de estudiantes. Lo he escuchado de verdad, poniéndome en su lugar, no me perdí la parte en que nos habló de su hija; de hecho, en ese momento entendí la honestidad de sus palabras cuando nos decían que se sentían mal cuando los insultaban. Creo que tienen toda la razón en exigir respeto antes de cualquier tipo de diálogo, yo he sentido y entendido que nos hablaron con la verdad, si mi hermana estuviera viva tendría 35 años tambien, señor rector.
Pero la precariedad duele. Hay mucha rabia porque hemos visto a nuestras madres sufrir para pagar las boletas. Hay gente que la tiene muy difícil en la vida, en ese mismo espacio en que habitamos en el campus hay mucha desigualdad, gente que viene de lejos, de muchas partes del país, sacrificando todo por una educación para sus hijas e hijos. Por un sol no es cien soles me ha dicho mi mama siempre. Y en este caso estamos hablando de 30 millones de soles en 5 años. Queremos saber qué ha pasado.
Yo quiero saber quienes participaron de la decisión, queremos saber por que no se compartió la situación del estado de necesidad de nuestra universidad que justificaba hacer cobros ilegales, a sabiendas de su condición. Las madres quieren saber a dónde se iba el medio crédito de mora, lea los testimonios que hay por redes, señor rector, no son bromas son historias tan duras.
Y sí, queremos dialogar, porque esa es nuestra definición de comunidad. Pero queremos que escuche a los estudiantes, que le cuenten las penurias que han pasado por falta de plata en la misma universidad en la que otros ni lo sentían. Y queremos que escuche que no solo es eso, que hay otras cosas que están pasando, por eso en el movimiento estudiantil hay diversidad de cosas que quieren decirle con respecto a discriminación, a racismo, a violencia de género, a transfobia.
Es cierto que la PUCP da esos 2 mil estudiantes que estudian con beca. Pero así como ese esfuerzo es grande y valioso, hay varios testimonios de BECA 18 respecto de hechos de discriminación sufrida dentro de la universidad. Y no es otro tema, y no es otra cosa, es parte del mismo lugar en el que nos relacionamos, es parte del problema que se denuncia: elitizacion, violencia, racismo.
Solo en una asamblea abierta podemos hablar todos, como se ha hecho antes, y usted ha participado, en los plenarios de derecho. Las preguntas son legítimas y tienen consecuencias jurídicas: Hay responsabilidad civil y/o penal? Nos gustaría que nos digan los abogados expertos. Si un estado de necesidad requiere que se sacrifique un bien jurídico para salvar otro de igual o mayor valor, ¿por qué pagar las planillas o salvar la universidad era más grave que los estudiantes que nos dejaron la universidad por falta de pago? Queremos que los constitucionalistas debatan, ahora se les necesita. ¿El principio de no regresividad de los derechos sociales como la educación es aplicable en este caso? ¿Es posible devolver el dinero por 10 años siguiendo el Código Civil?
Entiendo el miedo a la asamblea plebiscitaria, pero todos los representantes estudiantiles se reafirmaron en pedir Asamblea Abierta, escuchen la voz de los estudiantes. Que se haga garantizando respeto entre las partes, hagamos una asamblea participativa. Y aquí la voz más importante por escuchar es la voz de cada una de las jóvenes y los jóvenes que abandonaron la universidad por no tener dinero. Hay derecho a hablar, hay deber de escuchar. Esa es nuestra vocación humanista” (José Saldaña).