Dulces para todxs en Love Art Chocolat

Escena 1: Cumple de una niña de cinco años. Todos cantan el Cumpleaños Feliz alrededor de una súper torta personalizada de la Princesa Mononoke. Los adultos reparten pedazos para todos los niños, excepto para la dueña del santo. Ella no puede disfrutar de ni un pedacito de la torta que tanto había esperado porque le puede hacer daño a su barriguita. Finalmente, sus padres tratan de distraerla. Lo consiguen después de varios intentos.

Escena 2: Una pareja se encuentra después de clases. Antes, uno de ellos comió un cupcake de red velvet. Se besan. La otra persona comienza a sentirse mal. Se descompone tanto que tiene que ir al centro de salud más cercano.

¿Qué tienen en común las escenas 1 y 2? Bueno, en ambos casos, las personas perjudicadas son celíacas, es decir, son intolerantes al gluten. Y como el gluten se encuentra en el trigo y la cebada (entre otros), no pueden consumir cualquier tipo de alimento que contenga, por ejemplo, la harina que la mayoría compra cuando cocinan dulces en casa. Incluso, no pueden comer el pan que preparan en la panadería de la esquina ni acompañar su café con una empanada. Ni siquiera pueden darle un mordisco a una papa rellena. Imagínense. Bueno fuera que estuviese exagerando.

Lo peor es que la mayoría de celíacos peruanos no saben que lo son debido a la poca información y consciencia que existe sobre la enfermedad. Sin embargo, poco a poco, parece que la situación está cambiando. Y Love Art Chocolat, un negocio especializado en dulces libres de gluten, es un claro ejemplo de ello.

Hace unos días tuve la oportunidad de ir al taller de Carla y Katy, las dueñas de Love Art Chocolat. Mi gran amiga Verónica me acompañó en la visita.

Debo confesar que tanto Vero como yo no somos de dulces. Por eso que cuando me comentaron que los postres libres de gluten de Love Art Chocolat eran tan ricos que hasta los no celíacos se derretían por ellos, yo estaba medio escéptica al respecto. ¿Te gustaría saber qué tal estuvo? Pues sigue leyendo.

Lo primero que Vero y yo probamos fueron alfajores. Comí uno y no lo pude creer. Mi escepticismo se desvaneció por completo con solo un bocado. El alfajor estaba suave, parecía que se derretía en el paladar. Era como probar un alfajor bien hecho con harina de trigo solo que no tenía este ingrediente: ¡increíble!

Carla y Katy, después de mucho trabajo, investigación y meses de pruebas, crearon una fórmula de harina sin gluten con la que pueden preparar diferentes tipos de dulces que no tienen nada que envidiar a los postres que no son gluten-free. Y es que cómo no iban a esforzarse por hallar la fórmula perfecta si una de ellas es celíaca. Uy, casi me olvidaba: a Vero no le gustan los alfajores, pero el de Love Art Chocolat le encantó.

También probamos un cheesecake libre de gluten. De pura prejuiciosa, pensé por un segundo que iba a estar muy dulce… Nada que ver. El sabor era delicado; y la textura, esponjosa. Fue lo que más disfruté de la visita. Podía probar un bocado tras otro y mi paladar no se saturaba. No me provocó ninguna sensación de empalago. Por lo contrario, todos los ingredientes se encontraban súper balanceados. Para mí, ¡es un must!

¿Ven esas matrioskas? Probamos una. También libre de gluten. Me daba penita… es que se veía tan bonita. Carla y Katy son unas tromes. Carla es diseñadora gráfica; y Katy, diseñadora de modas: la dupla perfecta. Es por eso que tienen la habilidad de poder hacer esa preciosura (¡y muchos dulces más, con diseño y todo ¡ah!). La matrioska estaba rellena de trufa de chocolate.

A pesar de que yo no soy de chocolate y de que me dio penita en un inicio descabezar con un mordisco a la matrioska, después de probar un bocado, no pude parar. Y se cumplió lo mismo que con el cheescake: la trufa no era empalagosa y no me dejaba el paladar con una sensación grasosa, tampoco súper dulce. Pude percibir un chocolate bien trabajado y de buena calidad.

Luego probamos bombones libres de gluten rellenos de frutilla. No pudimos terminar nuestra visita de mejor manera: comprobamos que los dulces de Love Art Chocolat son consistentes entre sí. Aunque no soy celíaca ni soy una persona de dulces, todo lo que probamos estaba exquisito. Terminé con una muy buena impresión y experiencia. Además, Carla y Katy fueron muy amables. Respondieron todas nuestras inquietudes y nosotras pudimos percatarnos que son personas a quienes les encanta lo que hacen. Son apasionadas con lo que hacen y se toman su negocio con mucha seriedad.

Para terminar, en Love Art Chocolat podrán encontrar diversos postres, para diferentes ocasiones y necesidades (como galletas, pop cakes, cupcakes, brownies, entre otros). Hacen tortas estándar o personalizadas para cumpleaños, reconciliaciones, matrimonios, Día de la Madre, Primera Comunión, Navidad, divorcios, etc., siempre y cuando escriban a su fanpage con anticipación, pues todos los dulces son a pedido. Los sabores los escogen ustedes. Si son alérgicos a algún ingrediente (por ejemplo, a las nueces o a la albúmina) o veganos, no se preocupen: en Love Art Chocolat encontrarán un postre que se adecue a cada una de sus necesidades y estoy segura que colmará sus expectativas.

Atención: Todo es ha pedido. Les aconsejamos escribir un mensaje al fanpage o a la cuenta Instagram de Love Art Chocolat.

Importante: Hacer los pedidos con la anticipación requerida (por ejemplo, las tortas personalizadas se solicitan con una semana de anticipación, como mínimo). No van a pedir una torta de matrimonio un día antes de la boda… ¡no se pasen!

Los cupcakes y bombones se solicitan a partir de media docena.

Love Art Chocolat también ofrece lasaña, pasteles de acelga, empanadas, quichés, etc.

Se aceptan pedidos corporativos.