Del 15 de noviembre al 10 de diciembre de 2024, se llevará a cabo la primera edición del Festival de Cine Social y Derechos Humanos, un evento descentralizado que se desarrollará en ocho sedes a lo largo de diversas regiones del Perú. El festival tiene como objetivo visibilizar las diversas realidades que afectan los derechos humanos a través del arte audiovisual. En Mano Alzada conversamos con su gestora, Karoline Pelikan.
Cuéntanos como nace el Festival de Cine Social y Derechos Humanos
El Festival nace de una idea que teníamos en EmpoderArte desde hace tiempo: explorar el cine más allá de las pantallas. Queríamos preguntarnos cuál es el impacto real de nuestro arte audiovisual: ¿Qué quieren lograr nuestrxs colaboradorxs? ¿Qué buscamos nosotrxs como artistas? ¿Y qué vemos realmente cuando vemos una película: ¿Estamos viendo una representación auténtica de la realidad? ¿Entendemos las culturas, injusticias y experiencias de otros lugares? ¿Cuál es nuestro lugar de enunciación? Estas preguntas éticas nos han acompañado siempre, tanto en la realización como en la gestión cultural.
Con la experiencia de haber hecho talleres de cine y proyecciones en comunidades y en varias regiones de Perú, decidimos postular al programa Movies that Matter y obtuvimos un fondo semilla para una edición piloto del festival. Al comienzo iba a ser algo pequeño, en tres regiones, pero la situación política actual en Perú nos impulsó a hacer algo más amplio y colectivo, como un grito de resistencia ante las injusticias. Así, decidimos llamarlo un festival de cine y de derechos humanos.
Ahora, la programación se extiende a 9 sedes en el país: Piura, Moyobamba, Iquitos, Trujillo, Cusco, Ayacucho, Ica, Chiclayo, y finalizamos en Lima el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, con la proyección de la aclamada película siria For Sama. Con nuestras alianzas estamos cosechando las semillas que hemos venido sembrando desde hace años, junto con las amistades y lazos creados desde hace mucho tiempo y nuevas alianzas que se van encontrando.
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Qué es lo que aportan las películas seleccionadas al público peruano
Estamos muy felices de que la mitad de nuestra programación actual esté compuesta de películas peruanas, mostrando el movimiento artístico que existe en nuestro país. De las 12 películas seleccionadas, además 10 están dirigidas por mujeres.
Tenemos la esperanza que las películas seleccionadas puedan aportar en la formación de una audiencia más crítica y consciente. Es fundamental que se sepa que existe un cine peruano y cuáles son los temas que se abordan en él, así como las formas creativas en que se tratan. En el caso de las películas extranjeras, como las latinas y sirias que estamos mostrando, nos permiten explorar realidades que, aunque geográficamente distintas, son sorprendentemente similares a las nuestras.
Temas como la violencia de género y las injusticias contra comunidades vulnerables no son exclusivos de Perú; estos problemas son universales. A veces, resulta más fácil ver el espejo social en una película de otro país, lo que puede facilitar conversaciones sobre la realidad local al volver a la región y al público al que se les muestra esa película.
En Piura, en alianza con nuestras queridas compañeras de Piuranas Audiovisuales, nos enfocamos en noviembre como el mes de la lucha contra la violencia hacia la mujer. Mostraremos dos películas que abordan el tema de la trata de niñas y adolescentes: la dominicana Boca Chica y la peruana Con el Nombre de Tania. En cada lugar, tenemos un programa que invita al público a reflexionar y debatir más allá del cine, planteando cuestiones sobre los problemas de la región y cómo estos problemas afectan a las comunidades.
Cada proyección será acompañada por un cineforo, donde habrá un micrófono abierto para que el público pueda compartir sus reflexiones. Esto permitirá un diálogo enriquecedor sobre los temas tratados en las películas y su relevancia en el contexto local.
Cuéntanos qué peliculas vamos a ver y cómo fue su proceso de selección
Soy programadora de varios festivales y, para esta ocasión, ya teníamos una selección determinada al momento de la postulación al fondo holandés. Como colectivo feminista, nuestra selección ha tenido un enfoque de género, priorizando que la mayoría de las películas sean creadas por mujeres. Me parece interesante que, en el ámbito del cine social y de derechos humanos, muchas de las películas que he consumido han sido dirigidas por mujeres, lo que facilitó bastante el proceso de selección.
En nuestra propuesta inicial teníamos más películas extranjeras, pero al analizar la coyuntura actual en Perú, con toda la ley anticine y el movimiento en curso, decidimos equilibrar la programación incluyendo un mayor número de producciones peruanas. Queremos resaltar la importancia del cine nacional en cuanto a temas que afectan los derechos humanos en Perú.
De cara a futuras ediciones, nuestra intención es crear una mezcla entre convocatoria abierta y una sección de películas invitadas. Lo que más nos interesa es fomentar la discusión sobre la producción de impacto, ya que en Perú aún hay una confusión frecuente entre este tema y la distribución, que son dos aspectos distintos.
Una película que destaca por su excelente estrategia de producción es For Sama, la ópera prima de Waad Al-Kateab, que mostraremos como película final del festival. Su enfoque y narrativa son un gran ejemplo de cómo el cine puede generar un impacto significativo en la audiencia y abrir espacios para la reflexión y el diálogo.
Por qué es importante realizar este tipo de festivales y por qué tienen que ser financiados
Realizar este tipo de festivales para mí es fundamental porque ofrecen un espacio para la expresión cultural y la reflexión sobre temas sociales que, de otro modo, podrían ser ignorados. Fomentan el diálogo, la creatividad y el intercambio de ideas, lo cual es esencial en un contexto donde la libertad de expresión puede verse limitada.
En cuanto a la financiación, la situación actual en Perú es complicada; siendo sincera, no contamos con un respaldo financiero para un festival de derechos humanos y buscamos fondos directamente en el extranjero. Esto no es fácil, ya que, a nivel internacional, también hay un interés limitado en el Perú. Sin embargo, creo firmemente que donde hay voluntad, hay un camino, y aunque sea a través de fondos semilla, podemos seguir adelante con nuestra propuesta dentro del paisaje de festivales peruanos. Somos muy conscientes de que este festival se está construyendo desde la precariedad y, sobre todo, gracias al entusiasmo de todxs. Sin ese compromiso de todxs nuestrxs aliadxs, estas actividades no serían posibles.
Nunca olvidaré a las personas que no buscan beneficiarse, sino que realmente están dedicando su esfuerzo a este trabajo colectivo. Esa me da esperanza.
En una democracia, diría que es crucial financiar festivales, cultura y arte de todo tipo porque enriquecen el tejido social, promueven la diversidad y fomentan el pensamiento crítico.
Pero en una dictadura, la situación cambia; aquí se trata de resistir.
Para más información sobre el festival: www.empoderarte-cine.com
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