Mano Alzada
Especial, Feminismos

Fabricio Escajadillo, el periodista misógino de Latina

No sorprende que un periodista vierta su mirada personal al momento de realizar sus reportajes o narrar las noticias, los ejemplos abundan para bien o para mal, pero lo que estamos viendo hasta la fecha con el periodista Fabricio Escajadillo de Punto Final, programada conducido por Mónica Delta y transmitido por Latina los domingos en las noches es realmente preocupante.

El periodista Escajadillo no duda en hacer reportajes sensacionalistas y morbosos en donde lo que menos interesa es la búsqueda de la verdad objetiva, sino plasmar su mirada machista, racista y transfóbica hacia las mujeres. Podríamos pensar que estos son actos aislados, pero en sus redes sociales tiene mensajes mucho más reveladores que los que muestra en sus reportajes.

Sus reportajes son presentados por Mónica Delta, quien tampoco duda en reforzar los discursos deshumanizantes y discriminadores de Escajadillo. Para muestra, varios botones.

El odio hacia las mujeres trans

En el reportaje llamado “Las noches salvajes del Centro de Lima” se disfrazó de serenazgo no para descubrirnos cómo son las noches en el centro, sino para difundir sus ideas arcaicas sobre las personas trans, a las que llamaba “homosexuales con piernas musculosas” o que de pronto son “viriles” o que tienen “tobillos de futbolistas y voces meolidosas”, siempre tratándolas en masculino. Cuando se refiere a la pelea de la mujer trans con un hombre, señala que es una pelea “entre dos hombres”. A las mujeres trans que se dedican a la prostitución debido a que el Estado no les ha dado ninguna protección ni garantía para sus vidas, por lo que tienen que dedicarse a labores que las ponen en peligro, las llama “travestis delincuentes”, y detalla con placer todo el armamento que se usa contra ellas al momento de detenerlas en las calles. Es más, pone en boca de los serenazgos lo que él piensa de ellas al decir: “Para cargar algo que entre estos agentes del orden limeño se les llama lacra“. Al detener a una de ellas, él se le acerca y le dice “señor”, sin respetar su identidad de género, su integridad y su vulnerabilidad, estereotipándolas como personas que tienen enfermedades. Pero cuando se refiere a las personas que están involucradas con las mujeres trans son parroquianos inocentes, padres de familia o estudiantes confundidos que para mala suerte de ellos, se cruzan con estos seres malvados. 

Nadie defiende los actos delictivos que puedan cometer los sujetos en estas zonas, sino el verdadero objetivo de este reportaje: mostrar todo el desprecio que siente hacia las mujeres trans, a quienes no considera ni mujeres ni seres humanos.

Considerando la enorme violencia que viven las personas trans, no solo por el abandono del Estado, sino por los prejuicios y estereotipos acumulados durante siglos por personas como Escajadillo, este tipo de reportajes solo terminan sirviendo para ellas sigan siendo violentadas y asesinadas. 

¿Por qué los antiderechos odian a las trans? Porque demuestran que el sexo y el género no son categorías estancadas, fijas, inalterables, sino que son impredecibles, fluidas, parte de la diversidad sexual. Y para ellos, esto no puede ser posible, aunque les reviente en la cara la realidad. Y por eso el odio, la violencia, el asesinato. 

El desprecio hacia las mujeres de clases populares

En el reportaje que Escajadillo le hace a la Gata, la asesina confesa de dos personas, no espera mucho para soltar todo su desprecio hacia mujeres como ella. “En una habitación miserable de San Juan de Lurigancho, adornada apenas con tragos de mala muerte, esta tipa, casi una enana con su metro cincuenta y que cree que baila bonito, ya jugaba con fuego, esta muchacha sin secundaria completa, oriunda del paradero 13 del distrito más convulsionado de Lima solía grabarse así bailoteando ante el celular de algún amiguito de turno fotografiándose de esta manera en hostales de diez soles la noche, mostrando armas casi siempre prestadas, creyéndose viva, orgullosa de sus tatuajes, de su actitud de piraña con una serie de acompañantes que siempre que la tocaban como cualquier cosa”.

¿Cuál es la necesidad de describir a una mujer de esta forma? La necesidad que tiene el racismo para seguir encadenando a las personas pobres a los prejuicios de aquellos que tuvieron la suerte de no serlo. Y de paso, para asociar libertad sexual con crimen, porque la idea de los fundamentalistas como Escajadillo, es que las mujeres de su casa “no hacen eso”, solo las mujeres perdidas tienen altas probabilidades de ser criminales. Este relacionamiento es una forma de control para de asustar a las demás, para que no se atrevan nunca a salirse de los limitados contornos que ofrecen los mandamientos de los fanáticos.

La satanización de las activistas

Escajadillo no lo oculta, odia a la izquierda, al progresismo, al feminismo, y por ende, odia a las feministas, y este odio ha hecho que en un reportaje sobre un patrullero quemado, en donde una activista feminista no tuvo nada que ver, e hizo lo que muchos hacen frente a la violencia policial: grabar y referirse a los policías con adjetivos peyorativos, se convierta, de pronto, gracias al uso amarillista de su discurso, a la forma manida en que relata los hechos, en un delito. Nada de lo que hace la persona mencionada está fuera de la ley, pero en contexto en donde le dan poder a fanáticos como Escajadillo, todo, cualquier cosa, se convierte en criminal. 

Latina, que hace unos meses sacó una campaña en donde dicen que se hacen cargo de la violencia que viven las mujeres, mantiene en sus filas a este fanático religioso, odiador de mujeres, racista y transfóbico declarado, para que siga haciendo estos revulsivos reportajes que solo sirven para que las mujeres vivan más violencia, pues ligar la violencia a la pobreza, al activismo o a la transexualidad sirve como caldo de cultivo para que los agresores puedan actuar con impunidad y eso es lo que quiere esta gente que promueven campañas de desinformación continua, como la de #conmishijosnotemetas, que nosotras podamos vivir en libertad sin los controles de ellos, de los antiderechos que creen que pueden seguir diciéndonos cómo ordenar la vida de las mujeres. 

Antiderechos que manejan redes sociales de organizaciones o colectivos fundamentalistas

Latina no se hace cargo de nada mientras este personaje siga rebotando sus ideas misóginas por sus ondas. La violencia machista en los medios de comunicación continúa viva y coleando. 

Plantón

Una vez más, las mujeres protestarán contra el periodista Fabricio Escajadillo a las afueras de Latina. La cita es este lunes a las 6pm.

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