La presidenta socialista, y por segunda vez de Chile, Michelle Bachelet, deja el cargo luego de cuatro años y se lo entrega este domingo al liberal Sebastián Piñera, ganador en los últimos comicios, quien también empieza su segundo mandato.
Bachelet se va con la admiración y el respaldo de su pueblo. La última encuesta realizada por la empresa Adimark señala que la aprobación es del 39%, mientras que la desaprobación es del 55%.
El estudio indica que “en los últimos cuatro meses este aumenta significativamente: 39% en noviembre, a 44% en diciembre y luego vuelve a subir un 47% en enero de 2018”. Agrega que “el descubrimiento de la ‘Operación Huracán’ y la forma cómo fue administrado el hecho desde el Gobierno afectan, llevando a la aprobación del Gobierno nuevamente a 39%”.
Bachelet le deja a Piñera un Chile en pleno crecimiento económico y con grandes reformas de protección social. Las reformas hechas en la educación y el sistema tributario que dan paso a la educación gratuita y a que paguen más impuestos los que ganan más, son dos de los grande éxitos de este gobierno de izquierda, así como la despenalización del aborto por violación y el acuerdo de convivencia de parejas del mismo o diferente sexo. Dos avances progresistas por los que será recordada Bachelet al cambiarle el rostro a Chile.
A Piñera le esperan los clásicos enfrentamientos con los mapuches, quienes denunciarán al Estado chileno en las cortes internacionales por violaciones a sus derechos humanos y la agenda de los derechos trans empujados por el premio Oscar a la mejor película extranjera protagonizada por una mujer transexual. Así como radicalizar la protección social, algo que su esquema de gobierno no ha incluido.