Compartimos el testimonio de Auria Paz, joven cantante peruana viajera activista, que nos da una muestra de fortaleza, resistencia y amor con su música.
Desde fines del 2017 vengo recordando que cuando tuve cinco años fui abusada sexualmente. Debido al terror del trauma mi mente escondió ese recuerdo por más de veinte años. A mis veintiocho años, una casa nueva, las muchas horas de oscuridad del norte de Europa y la voz de un vecino, hicieron que recordara.
Con los días he ido hilando episodios de mi vida. La profunda tristeza de mi niñez, las ideas suicidas de mi adolescencia que nada tenían que ver con mi personalidad positiva. Los periodos de depresión. La bulimia que tuve por seis años, la dependencia a fármacos antidepresivos, la falta de confianza, la eterna pelea con el espejo. ¿De dónde provenía esa locura? Ahora sé que algo sabio en mí prefirió olvidar.
“Uno de los desafíos es visibilizar la magnitud del problema”
Según estadísticas del 2017 del Ministerio del Interior en Perú cada dos horas se viola a una niña o una adolescente. Esta cifra puede ser incluso mayor debido a casos no denunciados, como es el mío. En Latinoamérica esta cifra llega al millón y las denuncias y manifestaciones sociales están expuestas en redes a través del movimiento #NiUnaMenos y #Metoo
En el presente mi motivación por comunicar la magnitud del problema es real, pues más allá de toda la energía que este proceso me demanda; lo hago imperiosamente porque sé que sigue pasando. Una de cada cuatro niñas y uno de cada siete niños sufre, antes de cumplir los diecisiete años, este tipo de maltrato.
Porque más allá de las estadísticas y del extremo que mí país representa, pasa. Violan a niñas y niños en todos los países del mundo, pasa en las diferentes escalas sociales y les sucede a ambos sexos.
Una gran parte de la sociedad niega la existencia o el elevado índice de frecuencia de este maltrato, muchas falsas creencias y los vacíos de la justicia lo hacen difícil de abordar. Los casos estudiados, demuestran que contrariamente a lo que se cree, el abuso sexual no es un acto que aparece súbitamente. El abusador necesita privacidad y el silencio de su víctima. Es falso también que el abusador sea una persona con graves patologías. Por el contrario, se trata de sujetos, aparentemente normales, integrados socialmente y que cuentan con habilidades interpersonales importantes. Tampoco es cierto que los abusos los sufren solo niñas y no los niños. También se suele asociar estos casos con la pobreza o la baja cultura, cuando los datos confirman que están presentes en todas las clases sociales.
Lo cierto es que en la mayoría de los casos los abusos los cometen los familiares y allegados, de forma repetida y estudiada, tras haberse ganado la confianza tanto de la familia como de la víctima. Esto pasa y como sociedad no sabemos qué hacer con ello y por básico que parezca, el primer paso es interiorizar, a todo nivel, que eso NO ESTÁ BIEN.
Mi experiencia de trauma y proceso de sanación
Muchas veces me he preguntado a mí misma por qué tengo que hablar, por qué esa imperiosa necesidad de comunicar lo que sé que es controversial e incómodo, por qué tengo que decir la verdad, a veces, como si soltara una bomba.
Pienso en los seres amados de mi familia, a los que les dolerá saber que estuvieron tan cerca de esta realidad y no lo vieron. Sé que varias y varios habrían hecho mucho, pero nadie se dio cuenta. No los culpo ni me culpo. Tampoco sé por qué no dije nada hasta ahora. Entiendo si con el tiempo duele saber quién fue el perpetrador, porque le amamos. Porque tanto ellos como a mí, nos traicionó.
Lo truculento de la historia es tal que por varios momentos he deseado bajarme del tren de la vida. La disociación es fuerte debido a la concepción de cariño y respeto de la figura del abusador. Tanto dentro de mi familia como en el contexto social. Alguien insospechable. Recalco lo desafiante que ha sido para mí creer en mis propios recuerdos y escribir esto.
Ha sido y es, una enorme experiencia de disociación poner mi amor por esa persona aparte. El ejemplo que es, lo humano y como contribuyó a mi formación como persona en otros aspectos. Es inútil restar peso al daño que el evento hizo en mí y a todo el desorden mental que me ha tomado años, lágrimas y humillaciones… reparar. Por suerte, por amor, por curiosidad hice enormes esfuerzos por detener el dolor interior. Me comprometí en conocerme a mí misma, a través de métodos occidentales de terapia psicológica, la guía de plantas maestras de la selva y la meditación. A todos los caminos, a las amigas y amigos que están, a los terapeutas y a mi amada pareja; les agradezco con el alma. Todo sumó para poder lidiar con el peso aplastante de la verdad.
“Más allá de lo incómodo está la sanación”
En el proceso de sanación estoy reviviendo momentos de víctima para comprenderlos y trascenderlos. Muchos de los recuerdos no vienen en imágenes, sino en síntomas. Me abarcan ataques de asco, pánico y vergüenza. Eso sentí cuando tenía cinco años.
Ahora me abrazo, lloro si es necesario y respiro. En el presente soy una mujer que puede lidiar con la verdad e ir al rescate de la niña que fui. El periodo de victima ha terminado. Me he convertido en testigo y como tal tengo la responsabilidad de contar mi experiencia y ofrecer mi trabajo interior al exterior. Ofrecer un ejemplo, una esperanza y ojalá impulsar a alguien que está en silencio a buscar su propia sanación.
Compartir este testimonio y componer esta canción es solo el primer paso de una larga sanación pues sé que a pesar del dolor y de la ira, en mi corazón no hay lugar para el odio sino ansias de justicia. Esto ya no es una vergüenza para mí, sino para quién lo cometió y la sociedad que lo apaña. Tengo la esperanza de que romper el silencio me estoy curando y estaré también curando algo en ti, que lees. Porque estar en silencio no nos salvará, porque hay muchos silencios que deben ser rotos.
Aprovecharé esta oportunidad para poner en ejemplos del discurso llevado a la acción. Si tú has sido víctima: no estás solo y no fue tu culpa. Es importante establecer el orden. Tú vas primero. Busca ayuda. Cuéntalo a quien sea más consciente de tu medio. La liberación existe. Nos podemos soltar de las garras más negras, de la enfermedad más angustiosa y de la dependencia más asesina mediante una lucha activa por la búsqueda de paz. Es una lucha que viene de adentro. Más allá de todo lo que nos pueda definir, está la propia definición que uno quiera darse y en lo que uno se convierta. Es trabajoso, pero a la vez hermoso.
Si tú eres el perpetrador, detente. Detente ahora mismo. Pues las consecuencias te alcanzarán. más allá de los ritmos de la justicia humana. Lamento decirte que probablemente también eres una víctima, del sistema y de tu propia historia. Pero más allá de todo eres un adulto y es tu responsabilidad resolverte. Todo empieza por darte cuenta, lo que haces NO ESTÁ BIEN, por más que la industria del porno lo normalice y que el dinero lo facilite, tener sexo con un infante o un adolescente NO ESTÁ BIEN. Busca ayuda. Te ordeno detenerte por amor propio y por piedad.
Acciones
La comprensión total se la dejaré al tiempo. Me muevo ahora en un espacio optimista donde sé que me siento nacer de nuevo ahora que empecé a ver a mi niña interior. Cuando supe que debía conectarme con la niña que fui y que teníamos que andar juntas decidí hacerle homenajes.
- He compuesto una canción para “el niño interior” – Innerchild – es una confesión y un homenaje. Para la niña que fui y todos lo niños que somos, fuimos y seremos. La canción está online y habrá un concierto el día 24 de mayo.
- Le he escrito una larga carta a la niña que fui. En ella me dirijo a la niña un día antes de que le sucediera la violación, en el momento y un día después. Mis razones son el recuerdo y el producto es un libro. Mi primer libro.
- Proyecto de recolección de historias convertidas en cuentos inspiradores, tanto de víctimas como de personas que trascendieron el trauma hacía una vida prospera. El proyecto está en la fase piloto y enlaza a países como Perú, Dinamarca, El Reino Unido, República Dominicana y España.
- Estoy dispuesta a entablar todos los mecanismos que la justicia legal y social tengan para que mi agresor se haga responsable de sus actos.
Finalmente dejaré una frase que ha sido clave para mí y espero lo sea también para otros: “Han usado tu cuerpo, pero no tu espíritu”.
Innerchild
I will take care of you,
my innermost child.
Little child inside me,
tell me what you feel.
I will take care of you,
my innermost child.
Little child inside me,
tell me how you feel.
I know that night seems to never ends
I know that for you the pain was cause’ by someone else
I just came to say to you:
I believe in you.
I will take care of you,
my innermost child.
Little child inside me,
tell me what you feel.
If you wanna to play,
there’s all the world.
If you want to trust again…
Come with me, let’s go to play
Let’s go to share love along the long street
let’s go to play this game,
I want you to stay.
I will take care of you,
my innermost child.
Little child inside me,
tell me what you think.
I will take care of you,
I will do my best to be next to you
for all the time,
for all the time,
for all the time…
I will take care of you my innermost child.
Little child inside me…