Tras años de crecer con programas cómicos que naturalizaban la violencia contra las mujeres y con programas concurso que cosificaban los cuerpos femeninos, la mayoría de peruanos y peruanas crecimos naturalizando la violencia, y por eso éramos capaces de reírnos cuando veíamos situaciones que la retrataban.
Un clásico de la televisión era “Risas y Salsa”, en donde podíamos ver los dos casos: violencia contra la mujer normalizada y cosificación. Y a pesar de que estos programas desaparecieron o se reciclaron en formas más sutiles para seguir difundiendo sus mensajes de violencia, algunos aún no han entendido que los tiempos han cambiado, y que de la carcajada se ha pasado al repudio al ver estas escenas, por más armadas que sean. Para decirlo más claro, y para que todos los Patricios Parodi del Perú lo entiendan: la violencia ya no da risa.
Y eso ha quedado demostrado, una vez más, en la polémica que se ha generado en redes luego de que Parodi, que no tiene mayor mérito que haber hecho crecer sus músculos para que salgan en televisión, le reventara un par de huevos a su novia, que no reacciona muy feliz en la escena, pero que para defenderlo, y para no arruinar los views de sus siguientes videos, señala que no le molestan las bromas de su inútil novio.
Cualquier persona normal, aparte de darse cuenta de que el mundo ha cambiado, y de que el rechazo a la violencia hacia las mujeres se ha instalado a fuerza de tesón y voluntad del feminismo desde hace aproximadamente una década, al ver la controversia, hubiera retrocedido y se hubiera disculpado por lo ocurrido, en un buen manejo de crisis, pero Parodi no lo es, porque la soberbia y la terquedad pudieron más en él.
Frente a la conminación de la exministra de la Mujer, Ana Jara, quien pidió, incluso “por favor”, que no se normalizara la violencia, y recomendó, sobre todo a los jóvenes, “que siguen a estos de personajes de farándula, deben saber que esto NO solo es una falta de respeto, es AGRESIÓN y deben rechazarla“, lo que hizo Parodi fue demostrar su poca capacidad para entender un llamado de atención e intentó humillar a Jara señalando que si fue ministra de la Mujer es porque habíamos llegado muy bajo (como país), y le ordena que se preocupe por otras cosas y deje de causar polémica.
Así como lo leen, según Parodi, la exministra quiere causar polémica y lo usa a él, un ser inocente y buena onda, para hacerlo. Como si Ana Jara necesitara generar algún tipo de polémica, que es la tarea actual de los ex influencers para mantenerse activos en un momento en que las actividades que publicitaban, para decirlo en pocas palabras, ya no sirven para nada, porque el mundo nuevamente va a cambiar para valorar realmente lo importante.
En este contexto, vemos como Parodis y otros especímenes parecidos van quedándose atrás, en ese pasado al que, muy probablemente, no volveremos.