Para Amy
Los 26 de abril son celebrados como el “Día de la Secretaria”, pero al igual que el “Día de la Mujer” la fecha ha sido totalmente desvirtuada, banalizada, mercantilizada y caracterizada conforme a lo que significa una secretaria para una sociedad machista, cuando una secretaria es más, mucho más.
No puedo dejar la indignación de lado cuando en este día veo, por ejemplo, decoraciones, descuentos y promociones en los hoteles, lo cual refleja ese pensamiento lesivo machista y patriarcal que tienen muchos hombres sobre las mujeres y sobre una de las labores profesionales más asociadas a estas como la de la secretaria.
Existen profesiones estereotipadas a las mujeres, como por ejemplo, maestras de niños, diseñadoras, estilistas, enfermeras, entre muchas otras, y por supuesto, hoy corresponde enfocar nuestra atención en la secretaria, la cual, al igual que las demás mencionadas, está asociada a características que asumen son innatas en todas las mujeres.
El secretariado es una de las profesiones que ha afianzado cómo el machismo ve y trata a las mujeres, pero a su vez, y lo importante de visibilizar el día de hoy, es que ha sido una de las herramientas más potentes de posicionamiento de las mujeres en aquellos espacios que estaban destinados “solo para hombres”, pues es también gracias a las secretarias que ahora las mujeres podemos gozar del acceso a espacios que antes nos eran negados.
Primero es importante hacer la reflexión histórica para tomar conocimiento de un gran acontecimiento promovido por mujeres en Estados Unidos, quienes buscaban que el trabajo que realizaban como secretarias sea reconocido como profesión, pues su labor, como muchas otras realizadas por mujeres, era invisibilizada. Por lo que en 1942, la ardua lucha por la profesionalización de lo que antes era ocupación, logra la creación de la Asociación Nacional de Secretarias, y diez años después, la Asociación, encabezada por María Barret, su presidenta, crea el Día de la Secretaria como una fecha para conmemorar el trabajo que desempeñan estas mujeres en una oficina.
En el Perú, el Día de la Secretaria se institucionalizó en 1980, lo cual tampoco fue fácil, sino la consecuencia de la presión que al Estado peruano para que hiciera efectivo el cumplimiento del acuerdo del Congreso de Argentina, con lo cual el Ministerio de Trabajo tuvo que pronunciarse y emitir un Decreto Supremo para tal efecto.
Es importante mencionar estos hechos, porque el que el secretariado sea reconocido como profesión y el que tenga un respaldo estatal sobre su existencia, legitima la fuerza laboral y el valor económico que se desprende de este, y con ello, los derechos laborales que toda persona, en especial las mujeres, deben tener, acceder y disfrutar en el ejercicio de esta labor que muchas veces es menoscabada.
Ahora bien, quisiera darle una justa mirada feminista al tema, la cual es una construcción totalmente personal por cierto, pero resulta que, como en toda presencia femenina en la sociedad históricamente machista, las secretarias, como las mujeres en general, han sido inicialmente asignadas en un espacio social con el fin de cumplir funciones que el patriarcado tenía asignadas para ellas.
Históricamente los hombres han sometido a las mujeres a labores de servidumbre de diferentes tipos, lo cual incluye a las mujeres de su propio entorno familiar, de modo tal que crecen y asumen que hay cosas que las mujeres deben hacer por ellos. Cocinarles, limpiar el lugar en el que se encuentren, lavarles y plancharles la ropa, atenderles y un gran y largo etcétera, son parte de esas labores que por siglos las mujeres hacen para saciar las necesidades más básicas de los hombres. Es en esa misma línea, hombres oficinistas vieron la necesidad de contar con mujeres para el desarrollo de sus labores, pues replicaron lo que tenían en casa, e incorporaron la participación de mujeres para que los atiendan mientras ellos estaban ocupados haciendo “cosas de hombres”.
Imagínense a un hombre sirviéndose solo el café, ordenando sus documentos, limpiando su escritorio y haciendo todas esas cosas que nunca hacía en casa y para lo cual, bajo su limitado esquema mental, su condición de hombre no les permitía realizar. Es por ello que incorporan la presencia de mujeres que, por sus características, totalmente estereotipadas queda claro, pudieran realizar esas labores de servicio a los hombres en el desarrollo de sus actividades.
Sin embargo, el trabajo a desempeñar en un centro laboral ya no era el de atender inicialmente las labores domésticas replicadas en una oficina, sino que, para ordenar adecuadamente documentos y archivos, y coordinar citas y organizar agendas, entre las demás funciones que debían atender que fueron incrementando, estas mujeres ya debían acceder a mayor información que les permita saber el meollo del asunto, las propias actividades económicas y comerciales, o lo que fuera a lo que se dedicara el oficinista a quien debía facilitarle la vida.
Es así como las secretarias ingresaron poco a poco a espacios que se les eran negados a las mujeres, accedieron no solo a información importante, sino a la gestión y toma de decisiones de especial relevancia que a las mujeres no se les permitía, porque muchas veces, aunque indirectamente, formaron parte de grandes acciones mercantiles.
Las secretarias han sido asociadas a la labor de servicio a nivel de oficinas, pero nadie visibiliza más respecto a qué son ellas y lo que representan. Las secretarias, quienes han sido de una u otra forma las pioneras en pisar espacios destinados únicamente para hombres, ha sido parte de la construcción de ese camino a la conquista de espacios laborales para las mujeres. Espacios en los cuales las mujeres no estaban por encontrarse cumpliendo roles en sus hogares.
La forma en cómo el machismo ha limitado el derecho a la educación superior en mujeres hizo que el secretariado sea la forma en cómo muchas mujeres, altamente talentosas vean en esta profesión como la forma de acceder a un trabajo que te permitía tomar contacto con temas que de otra forma no se podía ver de cerca. Y si bien, la sociedad machista ha visto en ellas mujeres serviles de oficina, las secretarias han ido minando el campo poco a poco y convirtiendo espacios de hombres en espacios más plurales.
Las secretarias, bajo esa óptica patriarcal, han sido inicialmente incorporadas en el mundo laboral para cumplir tareas que el machismo les asigna, para servir el café, para hacer recordar las fechas importantes con las familias que el gran señor suele olvidar, para organizarle la agenda al jefe y ordenarle el escritorio, entre muchas otras labores que los hombres requieren y que sus ausentes habilidades no les permitían lograr por haber sido criados bajo un modelo machista que los convierte en inútiles. Sin embargo, de manera silente y con un perfil bajo las secretarias han realizado, como todas las mujeres que adquieren empoderamiento, labores sumamente valiosas y en muchas ocasiones, sin que nadie más sepa, son precisamente ellas las artífices de grandes decisiones que pueden marcar la gran pauta de importantes entidades.
Es por esa razón la importancia de la fecha, para revalorar lo que es la secretaria, a quien no se le otorga el justo reconocimiento por el trabajo que realiza y la vitalidad de su presencia como articuladora de las empresas/entidades y el giro económico/función estatal que realicen.
Por otro lado, además de centrarnos en revalorar el sentido de la fecha y el valor de la fuerza laboral que las secretarias generan, es importante también el cómo las secretarias han sido tratadas en la sociedad patriarcal. Las secretarias han sido víctimas de tanto machismo que su imagen es estereotipada, en principio a lo que es ser mujer, y posteriormente a lo que el gran señor espera de ellas como si de su propiedad se tratara. Las secretarias deben ser tiernas, dulces, ordenadas, pacientes, amigas, saber escuchar, ser atentas, comprensivas y demás, pero además deben gozar de aquello que engloba un mensaje sumamente dañino que es “buena presencia”. El machismo ha sido tan cruel con las mujeres siempre, que con las secretarias ha desarrollado una imagen estereotipada y sexista, conforme al poder de sometimiento que los hombres acostumbran a desarrollar sobre las mujeres.
Las convocatorias laborales para el puesto de secretaria están asociadas a la “buena presencia” y en el desarrollo de sus funciones en infinidad de instituciones se les exige el cumplimiento de cánones de belleza, más allá del correcto desempeño de labores, pero peor aún después se cree que cual objeto de oficina, esta mujer forma parte de los activos fijos.
Si bien las secretarias han tenido presencia en espacios destinados mayormente a hombres, precisamente por encontrarse en estos, es importante visibilizar que también el acoso y la violencia de género no les han sido esquivos, y han formado parte de una situación penosa con la cual han aprendido a convivir. El machista que es violento en el hogar, también lo es en los demás espacios, con lo cual la violencia de género emitida en el hogar es replicada en la oficina, y al igual que muchas de las esposas y convivientes que sufren día a día las situaciones de violencia, las secretarias han sido víctimas por parte de estos mismos agresores, quienes asumen que puedes tratar a “sus” mujeres como les dé la gana.
Finalmente, en esta fecha considero sumamente importante visibilizar lo que las secretarias significan para la lucha de las mujeres por el empoderamiento y la conquista de derechos en los espacios laborales. Y menciono ello con gran énfasis, porque más allá de las situaciones de violencia emitidas por hombres a las cuales de manera sumaria hice referencia anteriormente, es importante hablar sobre ese maltrato que las propias mujeres que tienen otras funciones laborales emiten hacia las secretarias. El sometimiento servil y las agresiones de género no solo provienen de hombres, por lo que es importante tener siempre presentes que gracias a la labor de las secretarias la incorporación de más mujeres en las oficinas fue menos difícil.
Muchas veces las secretarias, tal vez sin ser conscientes, son quienes han mostrado con mayor recurrencia el significado de la sororidad a las mujeres con las cuales conviven día a día y han sido cómplices de esas pequeñas luchas que siempre realizamos por la conquista de nuestros derechos, pues han sido el gran respaldo de miles de mujeres. Y en mi experiencia personal quiero mencionar a Betzy, quien encarna esa sororidad de la que hablo, quien es una mujer maravillosa que imagino en esta fecha ya debe estar dando un hermoso discurso sobre lo orgullosa que se siente de ser secretaria y la importancia de su labor.
Que esta fecha no sea un día para banalizar la labor de las secretarias, que esta fecha sea un día para revalorar su presencia como pioneras de la presencia femenina en las oficinas, que sea una fecha para agradecerles por el camino trazado para que la presencia de las mujeres sea más recurrente en espacios laborales que solo eran para hombres y para dejar en claro que su fuerza de trabajo es vital es todas las organizaciones y en especial que su sororidad de la cuales somos testigos ha promovido logros que ni imaginan.