Uno de los grandes problemas que afecta a miles de niñas y adolescentes en el Perú y en América Latina, es el embarazo adolescente, que tiene un impacto de género desfavorable y sobre el cual la pandemia ha intensificado los desafíos para superar la desigualdad y la exclusión económica y social de quienes enfrentan esta realidad.
En nuestro país, la taza de embarazo adolescente es de 53 por cada 1000 adolescentes de 15 a 19 años de edad, según la Endes 2019. El oriente peruano presenta la tasa más elevada que fluctúa entre el 32% y 20%, Lima y otras ciudades costeras alrededor del 9% y otras regiones del sur como Arequipa, Tacna y Puno entre el 6% y 7%.
La decana nacional del COP, Margarita Pérez Silva, explica que estas cifras se traducen en desigualdad de oportunidades, inequidad, límites en el desarrollo y vulnerabilidad de los derechos humanos; puesto que, se tiene como consecuencias un mayor riesgo en la salud materna y neonatal, la prevalencia de bajos niveles educativos en mujeres, y la reproducción de la pobreza en el entorno inmediato y en la sociedad en general.
“Dado su impacto en la salud, educación, el aspecto social y económico, así como en los derechos humanos, es obligación del Estado abordar este problema de manera prioritaria, con mayor proactividad y articulación de todos los actores involucrados”, expresó la decana.
Las y los obstetras vienen trabajando en la promoción de la salud sexual y reproductiva, así como en la educación sexual integral para adolescentes, a través de los servicios de orientación y consejería, donde se brindan herramientas para la toma de decisiones informadas y responsables, así como para la elaboración de su proyecto de vida.
No obstante, es necesario la implementación de estrategias que potencien y hagan sostenibles estas acciones. Una de las estrategias que plantea el COP es difundir y fortalecer la educación sexual integral en la comunidad educativa, con el personal administrativo, docentes, madres y padres de familia y escolares, con el acompañamiento de las y los profesionales obstetras.
Asimismo, se debe dotar de mayor personal a los establecimientos de salud, fortalecer el primer nivel de atención, mejorar el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva en todos los niveles de atención, así como monitorear y supervisar la ejecución de las políticas públicas con énfasis en salud sexual y reproductiva.
En la Semana de la Prevención del Embarazo Adolescente, que se conmemora del 20 al 26 de setiembre, el Colegio de obstetras del Perú exhorta al Estado implementarlas para contribuir a la disminución de la mortalidad materna y neonatal; garantizar que las y los adolescentes ejerzan su derecho a la salud sexual y reproductiva, con autonomía progresiva y responsabilidad, reduciendo el riesgo de embarazo, y contribuir al logro de sus planes de vida.