El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables realizó una reunión el 2 de junio del presente para coordinar la reestructuración del Programa Aurora, que ve la política nacional para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres y el grupo familiar, para lo cual convocó a diversos colectivos que luchan por los derechos de la población más vulnerada del Perú, excepto tres: el colectivo de Mujeres Migrantes Maltratadas, el Sindicato de Trabajadoras del Hogar de la Región Lima y la Asociación de Trabajadoras Sexuales Miluska Vida y Dignidad, justamente tres organizaciones con, tal vez, las mujeres más vulnerabilizadas de nuestra historia colonial.
Ellas, evidentemente molestas por el desinterés de incluir sus demandas, han lanzado un pronunciamiento en donde rechazan la política de invisibilidad a la que son sometidas, según dicen, por mantener una postura crítica hacia el Ministerio.
En su pronunciamiento señalan que “el propio MIMP a través de la Unidad de Protección Especial (UPE), parece más preocupado en defender a los hombres que a las madres, aun cuando ellas sean peruanas y tengan orden de restricción internacional por abuso de los progenitores masculinos”.
También denuncian el asesinato sistemático de trabajadoras sexuales a cargo de bandas organizadas de proxenetismo, con el silencio y complicidad del Estado.
Pronunciamiento
Nosotras, en representación del Colectivo Mujeres Migrantes Maltratadas Perú, el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores del Hogar de la Región Lima y la Asociación de Trabajadoras Sexuales Miluska Vida y Dignidad, queremos manifestar públicamente que hemos tomado nota que el día jueves 2 de junio del 2022 el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables convocó a una reunión a diversos colectivos de mujeres en su local institucional para coordinar la anunciada reestructuración del Programa Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres e Integrantes del Grupo Familiar implementado por el Ministerio, y conocido como Programa Nacional Aurora.
Para esta reunión, sin embargo, no fueron consideradas nuestras organizaciones, discriminadas o invisibilizadas, tal vez por representar a sectores de mujeres populares en la institución, y que mantienen críticas sobre el accionar de sus políticas públicas.
Todo ello pese a que, en anteriores oportunidades, funcionarios del MIMP se comprometieron a tenernos en cuenta para los cambios de este Programa. La gran mayoría de integrantes de nuestras organizaciones son mujeres víctimas de violencia de diversos tipos e intensidad, siendo en algunos casos compañeras nuestras pasibles de feminicidios, maltratos, y en situaciones de extrema vulnerabilidad por razones económicas y de precariedad en su calidad de migrantes.
En algunos casos, incluso, las separan de nuestros hijos por intermediación del propio MIMP a través de la Unidad de Protección Especial (UPE), que parece más preocupado en defender a los hombres que a las madres, aun cuando ellas sean peruanas y tengan orden de restricción internacional por abuso de los progenitores masculinos.
Las compañeras del hogar, no tienen una pensión para su vejez, cuando son sometidas a esclavitud y golpes, no son atendidas por el MIMP porque lo que ellas sufren no es violencia familiar, quienes han sido postergadas una y otra vez a una posible reunión.
O el asesinato sistemático de nuestras compañeras trabajadoras sexuales, por todas las calles y distritos de Lima con la complicidad del Estado y la sociedad.
Por todo lo anterior, demandamos que el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables nos convoque a las próximas reuniones sobre este Programa con anticipación, y en las mismas condiciones y derechos que las otras organizaciones de mujeres.