Mano Alzada
Memoria, Opinión

Explotación: herencia del fujimontesinismo

Peruvian farmers carry a vicuña at a corral in the Pampa Galeras National Reserve during the traditional "Chaccu" ceremony where farmers shear their wool, in the Andean highlands of Ayacucho, Peru, June 24, 2023.

Los estragos causados por el fujimontesinismo siguen padeciéndose más de veinte años después. Como toda derecha racista, bruta y achorada, Fujimori y Montesinos siempre vieron en el abuso, la explotación y la esclavitud una forma de hacer negocios. Así construyeron el mito de que salvaron al Perú de la crisis económica, cuando lo que en realidad hicieron fue vender, hipotecar o alquilar el país por pedazos a precios irrisorios y con un costo social, político, económico y cultural causante de los males del presente (y del futuro), principalmente la corrupción, la violencia, la pobreza y la ineptitud de las instituciones públicas y privadas para proporcionar bienes y servicios de calidad, principalmente.

Un pequeñísimo gran ejemplo de repercusión mundial es el último escándalo suscitado por la violación de innumerables derechos de una comunidad en Ayacucho por parte de la marca de ropa Loro Piana. Mientras la marca italiana cobra 9 mil dólares por una chompa de vicuña y 30 mil por un saco, a la comunidad de Lucanas se le paga 280 dólares por esquilarlas (¡y está prohibido que ellos tengan una prenda de esta fibra!).

Es más, gracias al gobierno corrupto y asesino de Fujimori y Montesinos, a fines de los 90 Loro Piana compró 2 mil hectáreas de terreno (¡a 160 mil dólares, lo que cuestan siete sacos de la marca!), y automáticamente se hizo dueño de todas las vicuñas de ese predio, encerrándolas con un cerco metálico y afectando así la vida silvestre.

Lo más indignante es acaso que esta marca se aprovecha de la tradición ancestral de esta comunidad (que continúa sobreviviendo en la absoluta pobreza) y los hacen trabajar prácticamente gratis, pues la esquila de vicuñas es un patrimonio cultural inmaterial de Lucanas.

Es imperativo que los —pocos— políticos decentes que nos quedan asuman este tema e investiguen y denuncien a quienes fueron responsables de estas décadas de injusticia; exijan una reparación económica para la comunidad de Lucanas por los millones que dejaron de recibir por su trabajo; renegocien el contrato con Loro Piana; y que modifiquen las leyes que permiten la violación de derechos humanos en favor del «mercado».

El capitalismo salvaje siempre buscará la forma de esclavizar a los otros por la «rentabilidad», sea a través de una empresas grandes (como Loro Piana), medianas o pequeñas, y la derecha será, como en todos los países, su mano política (basta ver todos los beneficios que el bruto Milei le está dando a sus amigas y amigos «empresarios» en Argentina). En el Perú, Fuerza Popular, Renovación Popular y Avanza País (entre otros) representan lo peor de esa derecha fascista que está destruyendo el Perú, como lo hicieron Fujimori y Montesinos el siglo pasado, cuyas consecuencias seguiremos sufriendo.

Otrosí: el legislador peruano-estadounidense, Robert García, le envió una carta a Loro Piana pidiéndole explicaciones para lo que él considera la «explotación» de la comunidad ayacuchana de Lucanas, mientras nuestros padrastros de la patria y la fauna politiquera y mediática siguen preocupadas por el reloj de Diana (quien no irá a la cárcel por enriquecimiento ilícito, sino por el asesinato de más de medio centenar de peruanos).

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