Mano Alzada
Feminismos, Opinión

“Inconcebible”, la justicia que se hace entre mujeres

Basado en un hecho real: el caso de una joven mujer que fue violada, y que al dar su testimonio a la policía, es cuestionada hasta el punto de hacerla desistir de su denuncia, e incluso señalar que había mentido y denunciarla a ella luego por hacer una “denuncia falsa”, la serie “Inconcebible” (Unbelievable) se convierte en la intensa persecución en la que dos mujeres policías se empeñan contra un violador en serie.

*Alerta de spoiler

Actrices Merritt Wever y Toni Collette

La serie narra en paralelo una historia del 2008, la primera violación del criminal en serie contra Marie Adler (Kaitlyn Dever), de 18 años, huérfana desde los 3 y continua candidata a padres temporales, hogares adoptivos y maltratos continuos, y la investigación que inicia la agente Karen Duvall (Merritt Wever), en 2011 y en otro distrito, luego de encargársele un caso de violación contra otra joven.

Juicio por denuncia falsa contra Marie Adler

La detective Duvall está en una encrucijada y ve que su investigación no está yendo a ningún lado, cuando casualmente su esposo le comenta que una amiga detective está llevando un caso parecido. Duvall decide buscar a la agente y se encuentra con la veterana Grace Rasmussen (la siempre extraordinaria Toni Collette), quien no sabe que ha sido admirada por Duvall una década atrás cuando fue testigo de un caso que ella encabezó.

Así empieza una relación laboral entre estas dos mujeres disímiles, una cristiana, la otra atea, una de carácter suave, la otra áspera, pero que tienen en común el profundo compromiso de que ninguna otra mujer más sea violada por el criminal que están buscando.

La detective Stacy Galbraith y la sargento 
Edna Hendershot, quienes capturaron al violador en serie

La serie muestra una serie de falencias del aparato policial contra las mujeres víctimas de violación, pero a la vez, un sistema más macro que se preocupa por su bienestar (algo impensable en nuestro país), en donde las mujeres revictimizadas son compensadas por el daño sufrido, pues este no solo las ha afectado física y emocionalmente, sino también laboral, social y económicamente.

Hay varias revelaciones interesantes en la serie, que revelan la misoginia imperante en la mentalidad policial frente a mujeres que “no dan la talla” como víctimas “ideales”. Primero, todos los prejuicios que pesan sobre Marie Adler por ser una niña abandonada y víctima de abuso desde pequeña, que, “al parecer”, busca atención, las dudas que surgen alrededor de sus reacciones luego de la violación, por hombres que nunca han vivido una situación parecida, y por mujeres que sí lo han vivido pero han reaccionado distinto, ella no llora, está seria, quiere retomar su vida rápidamente, mientras le hacen contar los hechos de violencia una y otra vez, sin ningún tipo de empatía hacia lo que estaba viviendo.

Segundo, las razones que mueven a las mujeres a comprometerse con estas situaciones de violencia sexual, por el género, por la violencia constitutiva del ser mujer, por la sororidad entre mujeres, y porque saben que la violación es un hecho irreversible en la vida de cualquier persona, y en donde, estadísticamente, las mujeres son las más vulnerables a ellas. En la serie lo repiten constantemente: es una herida que no cierra, y en cada entrevista a las víctimas podemos ver cómo estas rememoran las situaciones, así hayan pasado varios meses o años, en un continuo de espanto y dolor que parece irrenunciable y que afecta profundamente sus vidas, que cambia sus rutinas, que las lastima y las hace más vulnerables, y que les impide reconstruirse, sobre todo si el victimario sigue libre e impune destruyendo emocionalmente a otras mujeres. Todas, las víctimas y quienes intentan ayudarlas, cargan con este pesar, no solo como tristeza, sino también como una responsabilidad insoslayable.

Tercero, la enorme cantidad de policías agresores. Dado que muchas de las pistas recolectadas llevaban al perfil de uno de ellos: la limpieza de las escenas del delito, la frialdad con la que actuaba y el conocimiento de los métodos de violación y cómo salir bien librados de ellas gracias a contar con información privilegiada. ¿Qué hacer con esa problemática? Si en Estados Unidos esa era una preocupación menor en los tiempos que se recrean en la miniserie, en el Perú ni siquiera es una preocupación, y por eso estamos tan acostumbrados a que policías violentos reciban casos de mujeres violentadas en un círculo vicioso de nunca acabar.

Al final, el agresor, como bien pensaron las detectives, era un exmiembro del Ejército.

Les dejo la investigación periodística que contó todos estos hechos: Una increíble historia de violación.

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