Eduardo León Zamora
Se ha levantado una polvareda innecesaria en torno a los textos de Desarrollo Personal, Ciudadanía y Cívica, dando en la yema del gusto a los que pretenden seguir oponiéndose al enfoque de género a pesar de que el PJ ha dado ya una sentencia definitiva al respecto. Y, desafortunadamente, se han hecho serias acusaciones de infiltración, intenciones tendenciosas y de daño al enfoque de género que afectan, seriamente, la honra y el profesionalismo de personas que han trabajado con lealtad, seriedad y compromiso en el Minedu, a pesar de los serios riesgos que implica trabajar hoy en la elaboración de materiales (por los antecedentes de denuncias, despidos y juicios que han experimentado quienes han participado en elaboración de materiales en otras oportunidades) en un contexto político hostil con el enfoque de género y en el marco de un difícil proceso judicial emprendido por sectores ultra-conservadores de la sociedad civil y de las iglesias.
El texto de tercero de secundaria donde aparece la referencia a una página web que no tiene nada que ver con la pornografía y que solo brinda información sobre la sexualidad humana. La crítica se escandaliza porque se afirma que se hace alusión al coito anal. Al coito anal se hace referencia en cualquier programa de educación sexual serio no sólo con fines de información, sino con fines de prevención de ITS o del VIH. Se trata de una práctica sexual como cualquier otra.
Lo más importante de señalar con respecto al capítulo 3 sobre Sexualidad y Género es que se advierte un esfuerzo de las autoras en evitar, intencionalmente, hacer referencia a conceptos e ideas fundamentales en el abordaje de la sexualidad como “erotismo”, “placer”, “orientación sexual” a fin de evitar “temas controversiales” que pudieran exacerbar, precisamente, a los grupos fundamentalistas; y así evitar comprometer al MINEDU. A pesar de estos esfuerzos y de que la versión final del libro, por esta razón, presenta algunos vacíos, el equipo de materiales comprometido con este material ha sufrido, reitero, acusaciones infundadas y, seguramente, enfrentará procesos injustos al haber perdido el respaldo de su institución, el MINEDU.
Cualquier educador o educadora que lea el capítulo cuestionado encontrará nada menos que un material educativo que intenta responder apropiadamente a algunas de las interrogantes de l@s adolescentes sobre su sexualidad; y entregar información y orientaciones positivas.
Sin embargo, ahora por las propias declaraciones de la ministra, muchos docentes y familias verán con suspicacia y de manera condenatoria un material que es totalmente inocuo. Cualquier material que aborda el tema de educación sexual en otros países del planeta suele ser más profundo y más amplio, más completo y más rico en esta materia; pero es lo que se permitieron hacer l@s autor@s, pensando, precisamente, en proteger a su institución.
Confiamos en que esta situación sea revisada y analizada, con objetividad, por el Minedu. Vari@s de l@s autor@s ya han renunciado o se les ha separado de la institución. Una institución, como el Ministerio de Educación, debe ser un ejemplo de cómo tratar a sus trabajadores, especialmente, cuando actúan siguiendo sus orientaciones y no maltratar a sus profesionales que se deben a su trabajo.
Este es un capítulo más de impugnación del Currículo Nacional de Educación Básica, ahora a través de sus materiales. Y el Minedu no puede seguir dando cabida a estos grupos de malhechores que no cesarán de atacar al currículo, a pesar de las concesiones que se pretendan hacer.