Mano Alzada
Opinión, Política

¿Cuál fue la verdad del caso Pomalca? A propósito de la crisis del Frente Amplio hoy

Escribe: Emma Robles

El tiempo ha transcurrido y mantengo la esperanza que su paso aclare muchos de los puntos sucedidos al interior de Tierra y Libertad (TyL), partido del que fui parte y al que renuncié con enorme decepción.

La historia no puede dejar impune los actos de quienes condenan a un pueblo a mantenerse divididos. No creo que mi testimonio porte una verdad absoluta, pero quizás contribuya a llegar a ella. Esta es claramente solo una visión de alguien que integró la Comisión Política Nacional de TYL en ese momento.

Luego de las elecciones, el 4 de octubre del 2015, con 32 mil votos a nivel nacional, se ponen en cuestión, con denuncia de fraude, a casi 3 mil votos del candidato Marco Arana en el distrito de Pomalca. En este marco, para algunos más que otros estaba claro que decidir anular estos votos significaba la derrota de Marco. En lo personal, si bien mantenía una preocupación real de lo que fuera a pasar, no me encontraba contando voto a voto.

Respetaba a ambos candidatos, el rol de Verónika en el caso Espinar me hablaba en hechos prácticos de una aliada para la lucha ecologista y la historia de Marco en Cajamarca, sin lugar a dudas, me abría una opción en la que podía sentirme “representada”. No obstante, en ambos casos, me cuestionaba -y me sigo cuestionando con cierto pesimismo- si sus candidaturas son un camino real y viable para construir una alternativa anticapitalista y revolucionaria en el país, pero eso será tema de otro artículo.

El hecho es que no me consideraba “mndozista”, ni “aranista” y no fui parte de ninguna coordinación fuera de las instancias orgánicas de dichas tendencias. Mi mayor motivación era que TyL estaba dando un ejemplo político al país junto al FA. No me importaban las personas que candidateaban, sino la renovación de la práctica política de nuestras instituciones de izquierda, para mí esto ya era una victoria. Apreciaba profundamente cada acto de desprendimiento y me decepcionaba mucho de quienes veía actuar por su interés. Lo que tiendo a pensar ocurría tanto en el que fue mi partido como en las otras organizaciones.

No tenía una especial preferencia por Marco o por Verónika, orgánicamente respetaba la decisión de mi partido y sobre todo creía que TYL tenía todo el derecho de representar su posición a través de una candidatura dentro de un proceso democrático, lo que podía implicar ganar o perder. Para mí, como para el ideario de lo que decía mi partido, lo esencial de la política no se concentraba en la valía de “los líderes”, sino en los procesos políticos y sociales que se generaban. Y era ello lo central a defender.

Así, se debió defender y en el tiempo se perdió: 1) el proceso de articulación del pueblo peruano progresista ampliamente y por décadas disperso, 2) la ilusión, la creación del mito, la esperanza de que el cambio era posible, y 3) que su puesta en marcha sea a través de un proyecto político estratégico llamado Frente Amplio (no era pues un vientre de alquiler como experiencias pasadas!) en donde las elecciones solo serían un primer hito.

¿Cuál es la verdad del caso Pomalca? (me lo sigo preguntando)

El domingo 4 de octubre del 2015 fueron las elecciones ciudadanas abiertas que llevó a cabo el Frente Amplio, más de 32 mil personas participaron luego de décadas de haber mantenido bajo la lógica de negociaciones cerradas la elección de candidatos. No fue fácil, mucho de los candidatos que hoy incluso han sido parte de las elecciones ciudadanas daban su opinión en contra y exigían cupos fijos en las listas, me alegra, sin embargo, ver que algo ha cambiado hoy.

La competencia mayor dentro de la candidatura presidencial estaba entre la candidatura de Marco Arana y Verónika Mendoza.

El primero, declarado por TYL (el partido que apuesta por “El buen vivir”) como “el líder del pueblo” llamado a candidatear en las elecciones presidenciales (una postura defendida en el Congreso del partido desde el 2013 y que hasta la fecha continua). Y la segunda, una mujer que causaba y causa ilusión entre miles pero que, en el momento dado, no tenía una solidez orgánica política detrás que pueda sostener su candidatura (ella había fundado el colectivo Sembrar poco tiempo atrás -con gente muy valiosa por cierto- pero que no contaba con la capacidad para desplegar todo el soporte electoral en ese momento) y ciertamente, su candidatura fue sostenida en gran medida por todo un bloque de la izquierda que tuvo fuertes discrepancias con TYL desde la construcción del FA.

Luego de la emoción democrática, viene la crisis

El 4 de octubre se dan elecciones ciudadanas abiertas. Se estableció un hito político para la izquierda en el país ( incluso pese a su posterior ruptura). Sin embargo, también nos encontramos con un Perú ampliamente antidemocrático en sus raíces más profundas. Las acusaciones de malas prácticas electorales abundaban ( de uno y de otro lado), aunque difícilmente podrían ser demostrables. Y con ello entendí más que nunca que la renovación política hacia una democracia radical de este tipo no se da por “decreto político” y realmente implica un cambio mucho más profundo en la mente de cada militante -esto solo estaba empezando-.

Así, luego de un domingo de un gran despliegue, hasta el día miércoles no había la publicación de los resultados. Sin embargo, sí había una polémica formada alrededor de la existencia de los votos en Pomalca para Marco Arana. El principal argumento que TyL tenía era que Marco había logrado tener la aprobación orgánica del Sindicato de Trabajadores de Pomalca -un argumento en el que inicialmente creí e incluso defendí en redes- y sería a través justamente de Giovanna Constantini que se había logrado esto.

Este miércoles fue particular, en esa noche un grupo de Sembrar se contactó con un grupo de Tierra y Libertad para expresar su preocupación por la existencia de un audio que demostraba el desarrollo de un fraude en las elecciones ciudadanas que favorecían a Tierra y Libertad.

Frente a ello, Sembrar pidió una reunión con la Comisión Política de Tierra y Libertad para hacer presente “la delicada prueba” que podría manchar un proceso que tanto nos había costado. Una convocatoria de un día para otro en pleno horario laboral (quizás 11 a.m.) en la que normalmente no podría haber estado y a la que llegué y en seguida habría una reunión de la CPN-TYL para decidir qué hacer (13 horas).

En esta reunión estuvo presente el compañero Juan Carlos Giles ( en ese momento de Sembrar), quién luego discrepó y se distanció de Verónika Mendoza por hechos sin vinculación directa al punto. Junto a él vino otro compañero de la misma base de Sembrar en Lambayeque (cuyo nombre creo que es Marco). En esta reunión entre Sembrar y Tierra y Libertad estuvo Sandro Chávez, Miriam Parra, Jorge Gallegos (personero legal de Tierra y Libertad para hacer frente a las elecciones ciudadanas) y quizás alguien más que olvido.

Los compañeros de Sembrar empezaron a introducir el tema y de pronto vemos que Miriam Parra, sin ningún tipo de aviso previo a nadie, tenía por Skype a Giovanna Constantini, quien era la acusada de hacer el fraude, escuchando toda la reunión. En ese momento, por lo delicado del tema exigimos todos que se respete la privacidad de esta reunión e incluso pusimos nuestros celulares en el centro de la mesa.

El compañero Juan Carlos no mostró ningún audio, pero argumentó y leyó textualmente el contenido de dicho audio -que él sí había escuchado- que le habría sido proporcionado por un periodista de la zona a Sembrar, en el que se evidenciaba que Giovanna Constantini había recogido votos días antes que comiencen las elecciones ciudadanas en ciertas zonas. Lo paradójico era que el propio Juan Carlos había ido a supervisar el proceso a Pomalca y que él mismo había firmado el acta de conformidad. Frente a ello, el compañero argumentaba que actuó de buena fe, en efecto, vio colas de gente votando, pero no podía tener la capacidad de estar en todas los lugares de votación para poder establecer la transparencia del proceso por lo que fácilmente había podido ser inducido al error y que lo del audio le parecía una prueba contundente.

¿Qué hacer desde una posición honesta en política frente a este hecho? (me sigo preguntando)

En este momento, Sandro Chávez tuvo una posición prudente, pidió que nos entreguen el audio para determinar su veracidad y pidió tiempo para que la CPN evaluara la prueba pues sus implicancias serían mayores. Así, Sembrar quedó en hacer entrega del audio completo horas más tarde y mantener el hecho en estricto privado hasta que se evaluara conjuntamente con la comisión política qué hacer.

En este tramo quedamos solo los de TyL, Jorge Gallegos, quién decía ser amigo de Giovanna y mantener una gran consideración por ella se mostraba afligido, decía que si el hecho fuera cierto realmente le decepcionaría enormemente.

Dio el mediodía, llegaron casi todos los miembros de la CPN, Samuel Yáñez, Marisa Glave, Pedro Francke, Jorge Meneses, Marco Arana (algo más tarde), José de Echave, Irma Pflucker, Claudio Zapata y todos los que habíamos estado en la primera reunión. Se dio el informe, una consternación generalizada estaba en el ambiente. Jorge Gallegos iba y venía de la sala y en uno de esos momentos, habló directamente con Giovanna por teléfono, a lo que ella le respondió que “solo había sido en un sector porque era difícil que vayan a votar en zonas alejadas en un mismo día”. No es textual, pero es la idea de lo que se nos comunicó a todos los que estábamos en la sala.

Así, Jorge Gallegos nos dijo que se encontraba impactado por lo que le había dicho Giovanna, quien en la llamada admitió parte de la responsabilidad de la alteración de los votos. En ese momento, recuerdo que fue Sandro el que dijo que estando frente a la confesión de los hechos pues ya el escenario de evaluación era otro. Esto fue asentido por toda la CPN. Nadie realmente al interior de esta reunión abrió la posibilidad de la existencia de un fraude dirigido por Marco Arana y compañía. Sabíamos que habían diferencias políticas alrededor, pero eso jamás llegaba a un cuestionamiento ético de tal nivel.

Ante ello, había la posibilidad de dejar que la Comisión Electoral (CENA) actúe de facto y casi discretamente resuelva esto para no ocasionar un escándalo que golpee el proceso en general en todos los medios. O, la otra opción, de la fui activamente parte es que TyL no debía quedarse callado y si habían votos que eran fraudulentos debíamos deslindar públicamente con estos actos, así como pedir la anulación de los mismos en muestra de nuestra honestidad, siendo el CENA el que finalmente decida. Al respecto, debo decir que no era que no me intrigaba cómo se había generado este audio, sino que venga de donde venga la conversación que Giovanna tuvo con Gallegos terminaba corroborando que sí existió un fraude (aunque era difícil determinar el detalle).

En fin, le tocó el turno a Marco Arana, directamente implicado en la decisión de lo que hagamos y aunque divagó, lo que hizo fue remarcar su vocación política más allá de las elecciones, así como una visión ética de la política y que no iba finalmente a permitir que estos actos pongan en cuestión su imagen y que estaba de acuerdo con pedir la anulación. Lo recuerdo como un momento dramático, él con los ojos llorosos y casi toda la comisión política lloraba (literal). Era una sensación que combinaba el trabajo de años, con la emoción del proceso y luego que este se vea frustrado por un acto fraudulento que golpeaba directamente a nuestro partido.

Por su lado, la CPN había afrontado momentos bastante tensos, pero ese momento fue como una chispa de unidad, unos abrazados a otros, Marco parecía demostrar ser este político fuera de lo común que actuaba guiado realmente por sus principios.

¿Cómo comunicar y cómo procesar esta situación al interior de la militancia?

Uno de los acuerdos fue que Marco enviaría una carta explicando a la militancia los hechos y la postura que finalmente la CPN había tomado en conjunto (la carta existe y la pueden buscar en redes). Veo que algunos hablan de la existencia de “un chantaje” hacia Marco por la CPN, al menos dentro de las instancias orgánicas y en particular en esta reunión para tomar dicha decisión, esto NUNCA PASÓ.

Después de ello, Jorge Gallegos que iba y venía (pues él era el personero, pero no de la CPN) entró a la sala y tomó la palabra aún acongojado: “Sé que he escrito y he sido crítico a la labor de la CPN, pero yo mismo voy a escribir comunicando dolorosamente lo que ha sucedido a la lista de militantes”. Acto seguido, siendo que Gallegos era nuestro personero en las elecciones ciudadanas, se le encargó que haga el oficio hacia el órgano electoral informando sobre la posición de la CPN. Él asintió decididamente, sin embargo, la historia después sería totalmente diferente a lo aquí acordado.

Ese mismo día en la noche y los días venideros, la red de militantes estaba cargada de rumores de que la CPN “mendozista” había chantajeado a Marco Arana y estaba vendiendo el partido. ¿De dónde salía este rumor? ¿Quién lo promovía? ¿Sería realmente cierto que alguien de la CPN sea capaz de esto o estábamos más bien frente a una campaña conspiracionista como último recurso defensa de una candidatura?

En fin, día y noche el accionar político transcurrió. Marco Arana hizo una carta en el que, si bien tocaba puntos muy generales, terminaba aceptando que había un fraude y que estaba a favor de la anulación. Sin embargo, propuso un camino que más allá de que pueda ser válido o viable en la reunión de la CPN nunca se acordó y era la posibilidad de hacer una segunda vuelta solo en Pomalca para “corregir” este “error”. Paralelamente, la gente que había votado exigía los resultados, las acusaciones de fraude crecían. El CENA avanzaba lentamente y seguramente bajo mucha presión política de todos los lados.

El viernes yo llegué directo de trabajar a la reunión de la CPN y encontré a la propia Giovanna en la sala de reunión junto con Pedro y Marco, ella salía de la sala que habitualmente usaba la CPN. No recuerdo bien los argumentos precisos que dijo, pero creo que básicamente negaba toda acusación (a mí, en realidad, el solo hecho de verla me daba mucha ira, sentía que había dañado un proceso que había costado mucho esfuerzo).

Asimismo, supe que se daba en la otra sala una asamblea de militantes de Lima Metropolitana, en la que la agenda central era recibir el informe de Giovanna Constantini, la misma persona que TyL había decidido acusar de fraude dos días antes, en el propio local partidario. En ambas reuniones Gallegos, el personero que dos días después no había enviado el oficio al CENA y que nunca escribió aquello que nos dijo en la reunión de la CPN a lista de militantes, tenía un nivel de participación. Fue Marisa Glave quien encaró a Gallegos el por qué no había hecho los oficios que habíamos acordado con toda la CPN -incluido Marco-, a lo que Gallegos contestó que no había un protocolo establecido por el CENA para este tipo de procedimientos y que estaba esperando recibir el protocolo para enviar el oficio. Ante ello, Marisa fue contundente: “Ok, no lo hizo”, respondió. En efecto, Gallegos hizo todo lo contrario a lo que había dicho.

¿Marco aceptó los resultados y era posible una segunda vuelta en Pomalca?

Aquí se abría un nuevo punto de discusión que Marco ya había dejado a ver en su carta ligeramente la posibilidad de hacer una segunda vuelta. Lo paradójico de todo esto es que, en realidad, era el CENA, un órgano colegiado por las diferentes organizaciones, y no ninguna comisión política la que tenía potestad para decidir sobre el proceso electoral, en consecuencia, en tanto que CPN no teníamos oficialmente ningún acceso a la documentación para determinar el nivel de los hechos más que la información que nos podía dar el personero. Lo cierto es que, independientemente de lo que cada uno dijo ese día, no existió un consenso real de la CPN al respecto.

Finalmente, creo que fue un sábado, en un chifa de la Avenida Petit Thouars en la que nos citan para una reunión entre la CPN y el CENA-TyL. En fin, llegué algo tarde, pero lo que vi personalmente me hizo recobrar la confianza en Marco Arana -lo que no duraría tanto-. Él explicó Al CENA que con su carta no buscaba presionar la decisión que ellos pudieran tomar en tanto instancia resolutiva y, por el contrario, que se sientan en la libertad de decidir sobre el camino que ello iba a tomar. En efecto, algo había provocado un cambio de actitud de Marco y, en lo personal, lo atribuí en ese momento a la reflexión política.

El capítulo de lo que pasó en el CENA es algo que a ellos mismos les corresponderá explicar (y de lo que no tengo detalle honestamente), y quizás con ello acaben los monstruos conspiracionistas que no han contribuido en nada al debate político y que tanto daño ha provocado. Por ejemplo, ¿qué rol tuvo el CENA para que el conteo votos sea un organismo financiado por la NED, acusado de ser un agente imperialista? ¿De verdad Marisa Glave es responsable de esto?, como tanto se la ha acusado. En lo que yo recuerdo ella NO operó esta decisión sino que fue el CENA directamente y los miembros de esta instancia (de todas las organizaciones políticas que la integraban los que estuvieron informados al respecto). Me gustaría entonces saber realmente quién fue el responsable aquí, un detalle que quizás por mi descuido y falta tiempo no supe sino hasta el mismo día.

Lo que sí es cierto es que ese fin de semana, hubo una reunión de la Comisión Política del FA en la que la propia Verónika estuvo pidiendo la celeridad del CENA en dar los resultados. Ello, creo yo, no contribuyó en lo absoluto a que el CENA pueda pensar en hacer un trabajo serio para dar salida a esta denuncia de fraude como, por ejemplo, intentar salvar la votación que podía ser válida, ir a terreno, entre otras posibilidades que también parecían complicadas.

Si se analiza el contexto, la presión social y mediática por tener los resultados rápidamente fue otro factor desencadenante no menor en este mal procesamiento del conflicto y las falencias orgánicas combinadas con las astucias de unos y otros.

En lo personal, yo creo que TyL actuó correctamente exigiendo la nulidad de lo que podía ser fraudulento y nunca he escuchado hasta ahora ni a Marco retractarse de dicha posición en el ámbito público. Habría que preguntarse si el ámbito privado su versión es otra y en todo caso, queda la duda de por qué muchos de sus seguidores sostienen una idea tan lejana a la que oficialmente él dio. ¿Quién es la fuente original de toda esta narrativa?

De otro lado, me sigo preguntando e intento hacer mis autobalances y autocríticas, si a esas alturas a las que había llegado el proceso ¿era posible de verdad hacer una segunda vuelta que determinaría la victoria nacional de este hito solo en un distrito del país? En el caso de que Marco ganara en esta “segunda vuelta”, ¿cómo se leería esto políticamente de cara a la gente? ¿En qué medida una decisión así podía impactar sobre el proceso político que se había logrado? Y sigo pensando que hacer ganar a Marco Arana -sin creerme la dueña de la verdad- en estas condiciones hubiera traído abajo toda la credibilidad del proceso.

Así también en ese momento, se habló de frente de la posibilidad de hacer que Marco Arana sea vicepresidente y candidato a congresista que, como verán, no termino siendo un mal acuerdo para Arana. Sin embargo, todos estos hechos nunca se terminaron de procesar adecuadamente al interior de Tierra y Libertad y ni siquiera creo que del lado del propio Marco. Un antes y un después existe luego de la figura de “la CPN que chantajeó a Marco a aceptar los resultados”. La revancha fue cobrada luego de obtener la victoria electoral el 2016.

Conclusiones: la necesidad de aprender y poner la puesta en marcha

En fin, fue un momento duro y difícil de afrontar en general: ¿Qué hacer frente a este hecho inesperado? ¿Cómo actuar con la mayor honestidad y coherencia ante una acusación de fraude de estas condiciones?

En estos días se ha hecho visible algo que sucede en realidad en la política siempre, la existencia de todo un aparato de operadores que existen paralelamente y por debajo a la vida orgánica de los partidos y que terminan jugando un rol clave y muchas veces nefasto para el devenir de ellos. No escribiría al respecto sino fuera porque prácticas como estas han atrasado y frustrado el desarrollo político de la puesta en marcha a un proyecto alternativo de cambio en el país. La expulsión de 50 personas de TyL por por pura maniobra política, dejando de lado toda posibilidad de procesar las diferencias en las instancias políticas correspondientes no es para menos. Mi solidaridad para con ellos.

¿Cuándo encararemos políticamente las diferencias políticas?

¿Cuándo priorizaremos unidad programática antes que disputas de poder frente a las elecciones? Yo no me creo dueña de la verdad, pude y puedo estar muy equivocada, pero actué sin ningún interés personal bajo la mesa, bajo un criterio básico de ética y de principios en mi corta experiencia política en ese momento. Sin embargo, tenía enormes limitaciones de distinta índole.

Me hubiera gustado encontrar una voz, una orientación capaz de encarar toda esta situación desde los principios que enarbolaba nuestro ideario hasta una visión ecuánime que nos permita afrontar la crisis y encontrar el justo medio para sacar adelante un proyecto con los diferentes matices. A la luz de los hechos, en el FA nunca hubo un debate programático que desencadene tal ruptura. Todo ¡absolutamente todo! se disputó en función a quién tenía la hegemonía y el poder de controlar la dinámica del Frente.

Hago un esfuerzo por no ser mezquina y pensar una y otra vez desde diferentes visiones. Así, celebro la performance de casi la totalidad de los congresistas que entraron con la marca del Frente Amplio, cómo no reconocer el esfuerzo. PERO, ¿realmente, 19 curules con sus 100 trabajadores en el Congreso valían más que salvar/continuar/construir/ proponer un referente político amplio alternativo para el país? A estas alturas me pregunto: ¿qué valor le dimos a la construcción de un referente político? ¿Cuántos años implicó su gesta? ¿Cuántos años más tendrán que pasar para reconstituir un frente de estas características y cuáles serían las condiciones para que perdure?

Hoy espero que en efecto, el devenir de uno y otro proyecto político en escena produzcan algo mejor y sin duda la reflexión ayudará para ello. «El viejo mundo se muere. El nuevo tarda en aparecer. Y en ese claroscuro surgen los monstruos» decía Gramsci.

¿Ya es hora de que el nuevo mundo, el Perú nuevo, aparezca, no?

PD: decido compartir este recuerdo (que intenta ser objetivo sin seguramente lograrlo) porque siento que hay algo común que sigue operando y su efecto es nefasto. Me alegrará saber de visiones divergentes, me ayudará saber de los aciertos o errores que en lo personal o en lo colectivo pude cometer -no duden en hacerlo directamente porque lo peor es hablar a media voz-, siempre que sea con respeto será bien recibido. Lo más importante es que la verdad se abra paso y que la impunidad no reine.

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