Uniéndose al corillo desestabilizador de la derecha política peruana, el Frente Amplio asumió que su papel es también “condenar” la corrupción del gobierno y pedir la vacancia del presidente de la República en medio de una crisis social y económica, situación que si terminara cumpliéndose, dejaría en una mayor marginalidad a la izquierda peruana.
Frente a la decisión de cinco congresistas del Frente Amplio (José Ancalle, Absalón Montoya, Yván Quispe, Lenin Bazán y Lenin Checco), dos congresistas estuvieron en contra: Rocío Silva Santisteban y Mirtha Vásquez, quienes no estuvieron de acuerdo en ser furgón de cola, por muy buenas intenciones que se tengan, de los intentos golpistas de cierta clase política a la que únicamente le interesa hacerse del poder para seguir medrando al país.
“Hemos tenido una reunión y por mayoría se tomó la decisión, ver la posibilidad, bueno de redactar una moción de vacancia y en eso estamos. Ahora, hay una minoría que no está de acuerdo y yo no estoy de acuerdo. No es el momento más adecuado… considero que el proceso no está acabado y es importante que los fiscales aceleren las investigaciones para tener una información más fidedigna, y por otro lado, cuál sería el objetivo, quiénes vendrían, qué sucedería, habría todo un cambio de gobierno, cambio de ministerios en medio de una pandemia. Esos son los elementos que yo he evaluado”, señaló Silva-Santisteban, quien horas antes había señalado que el diario Gestión se adelantaba a una decisión que aún no había sido tomada.
Al parecer, Gestión sí adivinaba el futuro.