La historiadora Carmen Mc Evoy envió una carta aclaratoria al semanario Hildebrandt en sus 13 que el día viernes 4 de diciembre publicó una nota sin firma en donde la difaman a través de una serie de mentiras, debido al artículo que escribió en El Comercio titulado “Del calzón rojo al machismo leninismo”, en donde hace hincapié en las actitudes misóginas de algunos pensadores de izquierda y saluda la aparición de una revista digital feminista, una contrapropuesta a la aparición de una revista digital de izquierda compuesta solamente por hombres.
La nota de “Hildebrandt en sus trece” claramente no entiende lo que escribió la historiadora pues señala que “exagera” y “se victimiza” al manifestar que existe un “Olimpo patriarcal” que tiene prácticas de invisibilización del trabajo de las mujeres, entendiendo el que escribe la difamatoria nota que Mc Evoy hace referencia a ella cuando está hablando de todas las mujeres en su diversidad, que inevitablemente han vivido una serie de actos machistas en todos los campos académicos (y de la vida cotidiana) en donde están.
Pero no contentos con esa lectura errada del artículo de Mc Evoy, añaden que es una persona sin ética al ocultar información en actitud servil al medio en donde escribe, específicamente sobre la cobardía del expresidente Mariano Ignacio Prado, quien huyó del Perú en plena guerra con Chile, y cuya familia está emparentada a la de El Comercio.
A esto, Mc Evoy envía una carta que fue publicada la semana siguiente. En ella, la historiadora aclara varios puntos:
“Le escribo a raíz de una nota difamatoria sobre mi persona publicada en la revista que usted dirige. El autor de la misma me tilda, sin prueba alguna, de ‘oportunista’ y de avaladora de una traición al Perú por servir a los intereses de los dueños de El Comercio, donde escribo hace más de cinco años. Me impresionó el nivel del maltrato hacia una mujer y que el autor, cuyo nombre no aparece en la nota, tire por la borda 30 años de trabajo intelectual en los cuales he publicado más de veinte libros, entre ellos un puñado sobre la Guerra del Pacífico y un ensayo sobre el nefasto viaje de Mariano Ignacio Prado en medio de un conflicto que, vale la pena recordarlo, reconstruí con material inédito traído de Chile. Así como transcribí, edité y publiqué la correspondencia completa del Mariscal Nieto que se sustrajo de la biblioteca nacional, durante la ocupación, y aún se encuentra en el país vecino.
La nota no solo es irrespetuosa, sino escrita desde la mentira, la ignorancia y por qué no decirlo, el machismo más primitivo. Pruebas al canto. Primero que nada, mi defensa en el artículo de la nota (Del calzón rojo al machismo leninismo) no es hacia mi persona, sino en solidaridad con dos colegas difamadas por uno de los editores de una revista que se precia de progresista. Esta defensa, que no es personal, es omitida convenientemente por el autor de la nota publicada en Hildebrandt en sus trece. Más bien, hace mención de un artículo que publiqué sobre la traición en el que el personaje central es el Mariscal La Mar y sobre quien estoy escribiendo un libro. El redactor sugiere que yo esquivo el caso de Prado como traidor por conveniencia con los dueños del periódico donde escribo en la página de opinión. En el 2017 publiqué un artículo sobre el viaje y la cobardía de Prado en el mismo diario sin ser cuestionada, prueba de ello es que sigo escribiendo ahí. Más aún, tengo un ensayo sociológico del viaje de Prado que publiqué en un libro y por ello fui criticada por sus familiares, existiendo notas periodísticas al respecto.
Por el respeto que tengo a su trayectoria periodística y el que me tengo como historia comprometida con mi patria y su destino, no puedo quedarme callada ante una calumnia de esta magnitud. Tengo el gran honor de llevar el apellido que mi padre, un hombre honesto y bueno, me dejó y que ahora constituye el orgullo de mis hijos y nietas. En El Comercio he sido tratada con muchísimo respeto y nunca me han pedido cambiar ni siquiera una coma de mis columnas y es por ello que sigo escribiendo para un público diverso que aprecia mis reflexiones sobre la Historia del Perú. El cariño que me demuestran mis lectores cada semana que es recíproco, me obliga a hacer esta necesaria aclaración. Espero que esta oportunidad, que en verdad agradezco, de desbaratar una serie de mentiras con evidencia concreta sirva para que otras mujeres se animen, también, a alzar su voz de protesta contra ese machismo perverso que nos correo como sociedad y se deja ver en los diarios y en el ámbito académico. Porque tiene una variedad de estrategias que, como la ejemplificada en The Horror (sic), van en contra de ciudadanas que se esfuerzan día a día por construir un Perú más humano”.