El cambio del gabinete marcó el giro definitivo del gobierno de Pedro Castillo hacia lo más conservador y retrógrado. Ha nombrado como presidente del Consejo de Ministros a Héctor Valer, miembro del Opus Dei, cuyo representante en la Iglesia Católica peruana afirmó sin rodeos, cuando miles de indígenas eran desaparecidos y asesinados en el conflicto interno iniciado en los años ochenta, que “los derechos humanos son una cojudez”. El Opus Dei es el ala más derechista de la iglesia católica y rechazamos tajantemente que ocupe un cargo decisivo en el Poder Ejecutivo.
Eso no es todo: Pedro Castillo ha puesto al frente del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables a Katy Ugarte, también ultraconservadora, que niega derechos a las mujeres y las personas quienes tienen identidades sexuales y de género que escapen al pensamiento binario y colonial.
En el Ministerio de Cultura está hoy Alejandro Salas, sin desempeño profesional ni acercamiento al trabajo en derechos humanos y menos relacionado con los pueblos y las mujeres indígenas.
Quienes votamos por Pedro Castillo lo hicimos porque esperábamos que su gobierno representara un avance hacia el ejercicio pleno de los derechos individuales y colectivos. Con el nuevo gabinete su mensaje es todo lo contrario, al nombrar a personajes que desprecian estos derechos y son profundamente discriminadores.
Una vez más se demuestra que no podemos confiar en un Estado que perpetúa el sistema de dominación colonial. Las mujeres indígenas andinas y amazónicas del Perú estaremos vigilantes. No permitiremos que el gobierno vulnere nuestros derechos, denunciaremos todo tipo de retroceso, discriminación y amenaza.