La evidencia inicial de que el COVID-19 está llegando a las comunidades afrodescendientes en América Latina está creciendo. Las estadísticas en Brasil muestran que los afrobrasileños tienen más probabilidades de tener síntomas respiratorios graves que son letales (más del 20%), mientras que la costa del Pacífico Colombiano con alta población afrocolombiana e indígena registró los primeros casos de coronavirus hace semanas, y todas las provincias de Panamá ya han registrado casos.
Los afrodescendientes son a menudo trabajadores esenciales de primera línea que brindan servicios necesarios como de limpieza, transporte, mensajería, almacenamiento y servicios de cuidado. En Uruguay, por ejemplo, los afrodescendientes representan el 8% de la población total y una de cada 4 mujeres afrouruguayas es una trabajadora doméstica. Según los datos sobre inmigrantes, el 50% de los afropanameñas viviendo en Estados Unidos, son enfermeras, asimismo, la enfermería es una de las profesiones más populares entre las mujeres afrodescendientes.
¿Qué pasa cuando combinamos la presencia de esta población en los trabajos calificados como esenciales con las desigualdades históricas que pueden verse exacerbadas por la crisis?
Desde la desventaja
Los afrodescendientes tienen menos probabilidades de tener acceso a crédito (BID, 2017) y tienen menores ingresos y tasas de ahorro. Por ende, pueden tener menos posibilidades de abastecerse de alimentos y artículos para el hogar en tiempos de crisis. A su vez, los afrodescendientes tienen muchas más probabilidades de ser trabajadores del sector informal y autónomos.
Son desafiantes las condiciones que enfrentan los afrodescendientes en América Latina, sin embargo, no son nuevas y existen muchas políticas que los gobiernos pueden tomar para reforzar la resiliencia histórica de estas comunidades en la región.
- Priorizar la recolección de estadísticas desagregadas por raza y etnicidad en el momento de la atención médica y en el reporte de índices de mortalidad*. Se debe asegurar que las estadísticas se recopilen
,de forma confidencial, para garantizar una atención de calidad sin discriminación. - Aumentar la evaluación preventiva, focalizada en la población afrodescendiente de alto riesgo, específicamente en áreas con concentración de personas mayores y donde hay un alto índice de personas que realizan trabajos esenciales.
- Extender estaciones de limpieza de manos en zonas periféricas donde no hay suficiente acceso a agua para lavarse las manos y para trabajadores en trabajos esenciales.
- Trabajar en alianza con organizaciones comunitarias, sociedad civil, instituciones religiosas, movimientos sociales y gobiernos locales para asegurar que los mensajes lleguen a las comunidades afrodescendientes.
- Diseminar la labor fundamental pero invisibilizada de ciudadanos afrodescendientes que realizan trabajos esenciales para el funcionamiento social. Especialmente en tiempos de pandemia, como mantenimiento, limpieza, servicios de cuidados, transporte de productos y servicios médicos auxiliares. Esto podría reducir la discriminación racial que sufren y difundir un mensaje de respeto y agradecimiento.
- Ampliar la cobertura de transferencias directas para proteger los ingresos de afrodescendientes que trabajan en el sector informal y no cuentan con seguro de desempleo.
- Asegurar el acceso a internet y tecnología para afrodescendientes de modo de aumentar las posibilidades de educación a distancia, telemedicina, y trabajo remoto.
- Ofrecer líneas de crédito y criterios de selección para priorizar afrodescendientes y vendedores locales (en procesos de licitación pública de bienes y servicios).
- Generar espacios virtuales en alianza con el sector privado de venta, entrenamiento, mentoría y apoyo a negocios, dirigida a emprendedores afrodescendientes para identificar nuevos mercados y sustentar negocios.
Todavía no podemos precisar el alcance del daño del COVID-19 en las comunidades afrodescendientes, sin embargo, sabemos que está revelando desigualdades históricas que pueden y deben resolverse de manera equitativa para todos los ciudadanos de América Latina.
* Datos de Brasil muestran disparidades raciales con relación al COVID-19, sin embargo, también sabemos que el 32% de los pacientes no informan su identidad racial o étnica (Correio 24 Horas, 2019).
**Informe del Banco Interamericano de Desarrollo