Nuevamente el Congreso vuelve a demostrar que la emboscada, la trampa y la palabra incumplida es su forma de interactuar en la política peruana al llegar a una lista de consenso encabezada por Rocío Silva Santisteban y luego, a pesar de su decisión de votar a favor de esta lista, terminan votando en contra o absteniéndose, privilegiando su estrategia y los vaivenes de la política a los principios y el honor. Sino cómo se condice lo declarado por la congresista Silva Santisteban sobre cómo APP señaló que votaría por ella y luego votaron en contra.
A esto se sumó el temor del Partido Morado a perder su capacidad electoral para las próximas elecciones, que los hacía avanzar y retroceder en sus decisiones, y la resonancia que le hacían a las redes sociales, en donde se desató una campaña de desinformación encabezada por los opinólogos de siempre, que construían sobre Silva Santisteban una imagen de inestabilidad y peligro. Ellos, representantes de la derecha “liberal”, no querían a una mujer de izquierda en el poder, pues no defendería un sistema económica que beneficia a los ricos del Perú, y que también los ha beneficiado enormemente. A pesar de su aparente progresismo, terminarán defendiendo el status quo.
Lo que terminó levantando una campaña de terruqueo y misoginia intensa contra la congresista invitada del Frente Amplio, que votó en contra de la vacancia a pesar de su bancada. Como se puede observar en los dos ejemplos, ninguna de las mujeres que aparecen en las fotografías es Silva Santisteban, pero la desinformación ya se había desatado en un país en donde el fujimorismo desinstaló las capacidades de la educación para bloquear la mentira y la mediocridad. Así también, el hecho de que sea mujer, le borraba los años de experiencia frente a otros políticos que estaban en el bolo de candidateables, que generaban “más confianza” solamente por ser hombres blancos de clase alta, resumido en la frase “Las canas de Sagasti”, que mencionaban sus correligionarios para confiar en él como presidente del Congreso.
Este meme puede resumir tranquilamente el trabajo comunicacional de la derecha “liberal” y la ultraderecha en estos días:
El dato
Se perdió la posibilidad de que una persona proba liderara el camino de la transición democrática hacia las elecciones de abril sin que se pongan en juego los derechos de las mujeres, las personas LGTBI, los pueblos indígenas, los derechos laborales y el acceso a la salud y educación de calidad en una sociedad que lleva encima décadas de neoliberalismo que nos ha dejado más de 35 mil muertos a causa de una pandemia en un país que no tenía un sistema de salud justo e igualitario, y que sigue siendo cooptado por una clase política que solo piensa en tomar el poder para esquilmar las arcas del Estado.
Rocío Silva Santisteban Manrique es docente universitaria, periodista cultural, defensora de los derechos humanos, poeta, sin ninguna mancha política, ningún juicio en su haber. Estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad de Lima y es licenciada en Literatura por la UNMSM, doctora en Literatura por la Universidad de Boston), diplomada en Estudios de Género por la PUCP y fue Secretaria Ejecutiva de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos en el Perú. Enfrentó al fujimorismo en tiempos duros y sigue haciéndolo hasta la actualidad en el Congreso.