El congresista Carlos Tubino se ha destacado, más que por su labor política en el Parlamento, por los exabruptos e insultos que dedicaba todos los días a sus opositores en su cuenta de twitter, ahí no solo hacía gala de un lenguaje procaz y poco tolerante a las opiniones ajenas, sino que también destilaba homofobia, machismo y racismo, algo habitual en su trabajo parlamentario. Y no podía ser diferente pues es parte de la bancada fujimorista, grupo político que se ha opuesto a todas las medidas que podían proteger a los LGTBI en el Perú.
Ahora que Fuerza Popular está de capa caída, con su líder en prisión por 36 meses, con sus asesores más importantes en la picota y prontos a acompañar a Keiko, con varias bajas, renuncias y licencias en su haber, y con una población que celebra que la corrupción que han expandido por décadas sea develada y sancionada, y que pocos se atreverían a ser voceros de un partido político con un presente tan infame, Carlos Tubino ha sido nombrado vocero oficial de los naranjas. Y quién mejor que él para hacerlo, pues representa justamente lo que ha sido el fujimorismo todo este tiempo: un bravucón intolerante que le faltaba el respeto a todos y que no tenía ningún empacho en petardear la gobernabilidad del país a cambio de la desestabilización de cualquier tipo de institucionalidad.
En la primera declaración que dio frente a un periodista que le gusta el jugo de naranja, señaló que “Si el presidente necesita disculpas de FP, se las doy como vocero”, lo que evidencia una falta de autocrítica sobre cómo han estado enfrentando al gobierno para desestabilizarlo, no es que el presidente “necesite” disculpas, es que la bancada de FP está obligada a disculparse no solo con el presidente sino con todo el Perú por cómo han venido actuando, incluso blindando a jueces que liberaban violadores.
Luego señaló que ya no usarían chats: “No voy a utilizar chats, voy a hacer la conducción y el liderazgo de otra forma. Hoy nos vamos a reunir con la bancada para establecer el modo de coordinar sin chats”. Como se recuerda, los chats de La Botica, grupo de whatsapp de Fuerza Popular, fueron mencionados en el proceso que se le sigue a Keiko Fujimori por lavado de activos. Gracias a ellos se hicieron visibles las coordinaciones de los congresistas para blindar a los acusados por corrupción, y los ataques al presidente y al fiscal del caso cócteles, José Domingo Pérez. Al parecer, Tubino no quiere que vuelvan a ser descubiertos por lo que cuidarán mejor sus comunicaciones, y todas sus tropelías serán en vivo o por correo electrónico de hotmail.
En declaraciones posteriores su discurso solo ha servido para victimizar a Keiko Fujimori, para señalar que el juez Carhuancho y el fiscal Domingo Pérez son operadores políticos, para blindar a José Chlimper, quien debería salir hace rato del BCR, y para clamar a las organizaciones internacionales, esas a las que tanto vilipendiaba, para que vean el caso de su líder. No esperamos nada nuevo del fujimorismo, y de su vocero tampoco.