La arremetida conservadora ha generado que muchos de nuestros políticos y altos funcionarios le tengan temor a decir la palabra “género” en las entrevistas que les realizan, y cómo no iba a suceder esto si todos los días nos machacan a través de sus congresistas, colectivos y medios de comunicación en contra de esta palabra que solamente es una categoría para analizar la realidad.
Y la realidad nos dice que hay un tratamiento diferenciado para mujeres y hombres desde que nacen hasta que mueren, como bien nos lo muestra la campaña Con mis hijos no te metas, se asume que el color rosado es para las mujeres y el celeste para los hombres; esa creencia, que no tiene ningún sustento científico y que es una imposición cultural, los grupos conservadores pretenden convertirla en un hecho “natural”, y a través de ellos pretenden hacernos creer que es natural que las mujeres se dediquen a ciertas labores (como cuidar a los hijos, quedarse en casa, etc.) y los hombres a otras (como el poder político, el liderazgo, etc.).
Asimismo, en sus continuas intervenciones públicas, pretenden hacernos creer que el delito de feminicidio no existe, y sus representantes aparecen en la televisión pública intentando minimizar la problemática de violencia que viven las mujeres, negándola, invisibilizándola, o sosteniendo que a los hombres los matan de la misma forma en que matan a mujeres en el Perú.
Frente a esto, es saludable que por primera vez el presidente de la República haya señalado muy claramente, que el asesinato de Juana Mendoza, la mujer cajamarquina quemada viva por su excuñado, fue un caso de feminicidio, y que el Estado pondrá todo su esfuerzo en luchar contra la violencia de género.
Expreso mis condolencias a la familia de Juana Mendoza. Este nuevo feminicidio no quedará impune, iremos con toda la fuerza del Estado en la lucha contra la violencia de género.
— Martín Vizcarra (@MartinVizcarraC) July 8, 2018
Es evidente que esto no le gustará nada a los fundamentalistas y conservadores que buscan desaparecer la palabra “género” para no se hable ni de igualdad de género ni de violencia de género, pero a quién le puede importar lo que estos señores digan cuando están matando de formas tan crueles a las mujeres en el Perú.
El Estado tiene una tarea importante que hacer, implementar el enfoque de género, y dejar de escuchar a las personas que solo intentan retrasarnos como país y que la violencia contra las mujeres continúe.