Chimbote: el pulmón de la palabra
En Hiroshima mon amour, Marguerite Duras cuenta que a días de la caída de la bomba atómica, la ciudad se llenó de flores: «Por todas partes no había más que acianos y gladiolos, y campanillas y lirios que renacían de las cenizas con extraordinario vigor,…
César Sánchez Lucero,
4 años ago
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