Pedro Barreto Jimeno será, a partir del próximo 29 de junio, cardenal en el Perú en simultáneo con Juan Luis Cipriani. La carrera por ser ‘agradable ante los ojos de diosito’ ha empezado.
La competencia siempre es buena en cuanto a lo profesional se refiere, y la administración de las almas peruanas no podía estar monopolizada —católicamente hablando—. Así parece entenderlo el papa Francisco quien ayer anunció el nombramiento de catorce nuevos cardenales; tres latinoamericanos entre ellos.
“Me alegra anunciar la creación de un Consistorio para la creación de 14 cardenales. Sus orígenes expresan la universalidad de la iglesia…”, fueron algunas de las palabras de Francisco durante su discurso de ayer.
Desde la “incontrastable”
El arzobispo de Huancayo, Pedro Barreto (74 años) es el quinto peruano que estará en lo que se conoce como el colegio cardenalicio y el primero proveniente de una provincia en conseguirlo. Recordemos que el Vaticano nombró en estos años a Juan Gualberto Guevara (1945), Juan Landázuri Ricketts (1962), Augusto Vargas Alzamora (1994) y Juan Luis Cipriani Thorne (2001).
El carácter del próximo purpurado contrasta con el conocido temperamento del arzobispo de Lima. En un informe publicado por el diario La república, en diciembre de 2010, Barreto abordó el tema de la contaminación que aquejaba a La Oroya. “No se necesita ser científico para saber que en La Oroya se respira un aire tóxico y que el Mantaro es un río muerto. Es intolerable que se afecte tanto a una población, que una empresa lucre con la salud y la vida de las personas”, dijo en aquella oportunidad.
¿A quién escuchará más?
En esta peculiar carrera religiosa, una de las labores de un cardenal es aconsejar al Papa, quien les consulta su opinión en diversos temas eclesiales, aprovechando la condición presencial de estos. Asimismo, pueden ser designados como miembros de comisiones especiales en el Vaticano. Veremos qué sucederá desde julio, ¿quién responderá al teléfono cuando llame Panchito?
Hay que señalar que entre los latinoamericanos que serán cardenales se encuentran: Sergio Obeso Rivera, arzobispo emérito de Xalapa, Veracruz (México) y Toribio Ticona Porco, arzobispo emérito de Corocoro, La Paz (Bolivia). Este último, al enterarse de su futuro nombramiento respondió con la frase “no lo puedo creer”. Además, pidió que se le siga llamando simplemente Toribio y recordó sus orígenes de lustrabotas, canillita, minero y alcalde.
Volviendo a Perú, tanto Cipriani como Barreto podrán participar en el cónclave para elegir o ser elegidos como Papa. En el caso del mexicano y el boliviano solo harán acto de presencia por exceder el límite de edad (87 y 81 años respectivamente). ¿Se imaginan a Barreto escribiendo el nombre de Cipriani para Papa o viceversa?