Roque Benavides es dueño de Minas Buenaventura, lo que en pocas palabras significa ser dueño del Perú. Si no no tendría sentido hacerle tantas entrevistas, proponerlo como presidente del país cada cinco años desde que nació o convertirlo en presidente de la Confiep, que la verdad es casi lo mismo, solo que con otro título. La Confiep es una organización que protege los intereses empresariales, que tiene importantes lobbys en el gobierno para legislar a su favor y que ha logrado prácticamente tener una Constitución a sus pies, y si eso no es poder, no sabemos qué podría serlo.
Pero Roque Benavides no solo representa a la clase adinerada del Perú, también representa un pensamiento, bastante zafio, burdo y elemental, pero al que los títulos universitarios y la fuerza del dinero, le han dado coherencia y ventajas sobre otros. Los ricos tienen que hablar y aparentar ser inteligentes, por una cuestión de estatus, así digan tonterías, superficialidades o mentiras, que es lo que solemos ver en las entrevistas que les realizan.
Roque no dice nada trascendente, nada que nos ayude a avanzar como nación sobre la base de una reflexión pertinente, no hay una proyección a futuro más que una serie de opiniones contextuales, una falta de reconocimiento de otras vidas más allá de las vidas que lo rodean, por lo que no suele invitar a nada luego de leerlo.
En su última entrevista, brindada al diario La República el 5 de mayo, Benavides da un claro ejemplo de ello. Miente acerca de quienes contaminan más (“los pobres”), miente acerca de las causas del calentamiento global (“los planetas”), desinforma sobre lo que busca del feminismo (“todo tiene que ser a favor de las mujeres”), miente y no asume ninguna responsabilidad en la violencia de las mineras contra defensores ambientales (“eso no está probado”, “se excedió en los temas de vigilancia”) y niega cualquier tipo de relación familiar con la “suerte” que han tenido sus familias y sus empresas para progresar en el país, no le da vergüenza querer librar al directorio de las empresas de sanciones por no pagar impuestos desde hace décadas, y dice que ya no se firman convenios de estabilidad tributaria como si eso fuera un logro suyo, cuando los convenios siguen rigiéndose y se renuevan continuamente, además de negar lo que todos también saben, que financió la campaña de Keiko Fujimori, al hacer contracampaña con el fin de frenar a Ollanta Humala.
Como buen representante de una derecha cavernaria, necesita, para su sobrevivencia, mentir, negar, no asumir ninguna responsabilidad y seguir llenándose los bolsillos de dinero. A eso se resume el pensamiento Roque Benavides.