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“Somos” y la banalización de la anemia

¿Cómo le quitas lo problemático a un problema relacionado con la pobreza? Lo pintas de blanco y rico. Y eso es lo que sucedió con el informe periodístico que sacó la revista Somos, de El Comercio, el sábado pasado.

En portada podemos ver a una modelo de características hegemónicas que tiene anemia, según el informe, tiene anemia. De pronto, este ya no es un problema de pobres, que no vemos por ningún lado, porque la pobreza no es bonita, sino que es un problema de todxs, es decir, los ricos también sufren de anemia, ¡por qué discriminan!

Pero si eso ya era terrible, es decir, banalizar una problemática ligada a la pobreza estructural de un país que ha crecido económicamente, pero que ha dejado en el margen a una gran cantidad de peruanas y peruanos, El Comercio decide sacar la nota con el auspicio de Alicorp, una de las empresas de alimentos más interesadas en que nunca se legislara la cantidad de azúcar y grasa que comíamos a diario, oponiéndose a la colocación de octógonos en los productos dentro de la Ley de Alimentación Saludable.

Para algunos, la anemia se cura comiendo carne, para otros se tienen que realizar profundos cambios en la forma en que se distribuye la riqueza, la cual, como se está haciendo ahora, condena a millones a padecer de hambre y desnutrición, debido no solo a la economía, sino a la carencia del ejercicio activo de la ciudadanía, que permite acceder a información y tener la agencia y la capacidad para mejorar la alimentación diaria.

Cómo uno va a preocuparse de una enfermedad que afecta a más del 40% de niñas y niños peruanos menores de 3 años, es decir, toda una generación de peruanos con serias dificultades para desarrollar todas sus capacidades físicas e intelectuales, si de pronto la anemia es regia, es glamorosa y no tiene que ver con la pobreza, como en la mayoría de los casos.

Lo que nos dice la publicación de Somos es que si todos tienen anemia, entonces no es un problema de pobreza, es un problema de falta de atención, cuidado y distracción sobre nuestros hábitos alimenticios. Todo muy sano, todo muy blanqueado. Y mientras tanto, la pobreza seguirá afectando a miles que no tendrán ninguna posibilidad de escapar de ella, porque justamente son los más vulnerables.

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