Mano Alzada
Feminismos, Opinión

Exijamos escuelas comprometidas contra la violencia hacia las niñas

Escribe: Fátima Valdivia

El Día Internacional de la Niña busca generar visibilización y debate sobre las situaciones de violencia que ellas viven, y dejar de normalizarlas. Situaciones de violencia que llevan a las niñas a vivir violencia sexual y embarazo adolescente, violencia sexual en sus hogares, ser víctimas de trata, no ir a la escuela, no permanecer en la escuela hasta terminar el colegio, diario acoso sexual en las calles, violencia sexual que viven en redes sociales (e Internet en general), discriminación por su orientación o identidad sexual. A propósito del Día Internacional de la Niña, consideramos relevante revisar algunas alarmantes cifras:

En la actualidad, hay iniciativas muy valiosas que apoyan y fortalecen el potencial de nuestras niñas para cambiar el mundo. Somos Menstruantes es un proyecto de educación menstrual dirigido a niñas y adolescentes entre los 7 y los 16 años, en donde dan talleres y charlas sobre menstruación. GirlGov tiene un programa anual de desarrollo en liderazgo, hace ferias y talleres sobre diversos temas, todos dirigidos especialmente a niñas y adolescentes. Emma y yo tiene una propuesta gráfica para tratar temas tan sensibles como abuso sexual infantil, consentimiento, pornografía y sexualidad de una manera cercana y directa. El fondo With and For The Girls sabe que la clave del cambio está también en las niñas. Por ello, apoya financieramente los activismos liderados por niñas y adolescentes. Se ha creado la red YANAA, una red de y para activistas jóvenes luchando por el aborto seguro. Otro proyecto para niñas y adolescentes es Heroínas Peruanas, quienes, a través de un libro, muestran diversas mujeres peruanas que destacaron, con diversas procedencias y en diversos momentos de la historia, enfrentando muchas dificultades.

Las niñas tienen el potencial político para cambiar el mundo. De hecho, ya lo están cambiando. Ellas se organizan para pedir cambios en sus escuelas y en sus comunidades, educando a otras niñas y levantando sus voces para hablar de lo que les preocupa: el cambio climático, la violencia contra sus comunidades, el derecho a una educación sin estereotipos y sin machismos, luchando por acciones justas para vivir en entornos libres y seguros. No hay nada que nuestras niñas no puedan hacer, con su determinación están cambiando el mundo para otras niñas.

Pero para eso necesitamos un Estado comprometido. Un Estado comprometido con políticas públicas claras y con diversos actores sociales realmente involucrados en el proceso. Y uno de esos actores sociales son las escuelas. Necesitamos escuelas que sepan identificar los actos de violencia y sancionarlos, aún cuando las propias niñas no sepan aún nombrarlo como violencia. Necesitamos escuelas que sepan escuchar y respetar la palabra de las niñas, especialmente cuando dicen BASTA. Escuelas que no tengan miedo de nombrar esos actos de violencia, y actuar en consecuencia. Escuelas que actualicen sus reglamentos y protocolos internos para tratar situaciones de violencia, y sancionen a sus agresores cada vez que sea necesario. Escuelas que se pongan del lado de las niñas violentadas y no de los agresores. Esperamos autoridades escolares que puedan tener el criterio de identificar los vacíos en sus protocolos internos y mejorarlos. Y, por sobre todas las cosas, necesitamos escuelas que motiven a las niñas a expresarse cuando están incómodas, en vez de silenciarlas al hacer oídos sordos a sus palabras.

Las niñas están cambiando el mundo, luchando contra la violencia. Deja tu taza de café, siéntate, deja de lado tu exitoso modelo educativo y escúchalas, te unes y las apoyas.

*Foto de portada: Fanpage de GirlGov

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