El modelo económico ha generado ingresos suficientes que hubiesen permitido salir de la pobreza, pero lamentablemente, malos gobernantes se empeñaron en tratar de enriquecerse a costa del país, este planteamiento es repetido hasta la saciedad por los diferentes grupos de poder que controlan al Estado, el Congreso y cierto sector de los medios de comunicación, todas estas afirmaciones se dan cuando, desde diferentes ópticas, sectores que piensan diferente comienzan a cuestionar las contradicciones del propio sistema económico y se preguntan si somos el país que mejor crece económicamente porque no se ve reflejado en la mayoría de la sociedad.
Si bien la corrupción es uno de los grandes problemas que corroe a la sociedad, no todos los errores cometidos son productos de las coimas como nos los quieren hacer creer, sino más bien muchos obedecen a convicciones netamente ideológicas, por ejemplo, la reducción del Estado a su mínima expresión es un concepto que viene del liberalismo económico, concepto que ha permitido una enorme protección de lo privado y el desgaste de lo público. El creer que el mercado es la panacea para todos los problemas del país es lo que piensan los últimos ministros de Economía empapados del conservadurismo neoliberal.
Entonces, si somos el país de las maravillas hay que cuestionarse ¿por qué la remuneración mínima vital es la tercera más baja de Sudamérica? Países como Bolivia, Chile, Paraguay, Ecuador y Uruguay presentan mejores ingresos, ¿porque la pobreza ha aumentado?, ¿a qué se debe que el Perú presente altos niveles de desnutrición? Problema que conlleva a problemas de salud crónica como la anemia, ¿por qué los índices de comprensión lectora son bajos?, etc.
Sobre casos concretos, tomemos el plan nacional de competitividad y productividad en donde todo es más de lo mismo, es decir, claramente la productividad y competitividad se mejorará en parte por una mayor flexibilización laboral, lo que demuestra que la derecha cavernaria que tenemos no tiene un plan de desarrollo del país, solo les interesa los proyectos que le generen crecimiento a ellos.
En el Congreso no se debaten los temas importantes para nuestro desarrollo, y referente a la prensa, todos los días esta habla sobre la crisis en Venezuela y el fracaso del socialismo sin informar del bloqueo económico interpuesto de los EEUU que contribuye a esa crisis; por otro lado, habría que preguntarse ¿el expresidente García fue socialista? Porque en su primer gobierno destruyó la economía del país depreciando nuestra moneda en cantidades superiores a cinco dígitos y más de 1 millón % de inflación.
Cuestionar al omnipotente modelo económico muchas veces es tomado por cierto sector como estar en contra del desarrollo y esto no es así, los que lo defienden son los que mandan en las oscuridad del poder, y a través de su prensa comprada han logrado imponer sus ideas, como lo decía el periodista César Hildebrandt en una entrevista dada el año pasado: “En el Perú ha ganado un Gramsci de derecha”, y razón no le falta, han ganado en la lucha de las ideas y eso se debe en gran medida a la poca difusión de otras corrientes de pensamiento y al poco interés de la sociedad por informarse mejor.
Es urgente y necesario que empecemos a plantearnos la verdadera transformación del país, comenzar un debate nacional en donde la sociedad plantee modelos productivos que hagan que los recursos naturales nos beneficie a todos y no solo a unos pocos, que se renegocie lo que haya que renegociar para que el crecimiento se vea reflejado en los sueldos y en los derechos de los trabajadores, que se sienta en un sistema de salud universal, en mayores presupuestos al sistema educativo y también por un tema de dignidad nacional hay que recuperar el dinero que se encuentra en cuentas personales de las personas que saquearon al país, este dinero que se ubica en paraísos fiscales protegido por el sistema financiero internacional.
Quizás sea momento de que, a través de los diversos colectivos, organizaciones juveniles y movimientos sociales se ponga en agenda las ideas que ayuden a la creación de una sociedad de bienestar y recupere el espacio dejado por los denominados progresistas, entendiendo que el cambio no se realiza con acciones aisladas, sino que se logra explicándole a la sociedad cómo se va a ir construyendo una socialización de la sociedad más justa e inclusiva y que esto solo se conseguirá si estas ideas se llevan a los lugares importantes donde se toman decisiones a favor de todos los peruanos.
Escribe Gerardo Pasache Medina.