El 15 de octubre se conmemora en España el día de las escritoras, que, si bien no es un día reconocido a nivel internacional, permite hacer una valiosa reflexión sobre la importancia de las mujeres en la participación de la construcción de la historia a través de la escritura.
La escritura ha sido y es para la humanidad un elemento sumamente valioso de registro que deja una huella invaluable que cimienta la construcción de la sociedad; sin embargo, no siempre estuvo al alcance de las mujeres, lo cual no implicaba que las mujeres no formen parte de la construcción social, pero, siendo que los registros no eran realizados por nosotras, en un mundo machista como el nuestro, simplemente los registros escritos son consignados de una sola perspectiva en donde nosotras hemos sido invisibilizadas.
Siendo la educación un derecho al que hasta el día de hoy muchas mujeres no tienen acceso, el que una mujer escriba era en sí mismo un acto revolucionario y sumamente empoderador, pero muchos de los manuscritos no han salido a la luz e incluso se han mantenido en el anonimato, ya sea para que sean validados porque nuestra opinión no importa o para que quienes los realizaron no sufran de las consecuencias nefastas que la sociedad machista tiene preparadas para nosotras cuando expresamos nuestras ideas libremente.
En este día es sumamente importante agradecer a cada una de las mujeres que a lo largo de la historia han sido capaces de dejar una importante huella a través de sus escritos, y con ello dejarnos el camino con mayor apertura a esta lucha emprendida para que las mujeres seamos valoradas con igualdad y no excluidas de la participación social.
La historia, el arte, la ciencia, la vida en general necesita ser contada desde la mirada de las mujeres, desde la mirada de aquellas que percibimos al mundo de una manera muy distinta de quienes gozan de privilegios solo por el hecho de nacer con pene, de aquellas a las que nos pretenden cortar las alas con plena permanencia, pero que insaciablemente luchamos para que se nos reconozca como las personas libres que somos y debemos ser.
Escribir, siendo mujer, no ha sido fácil y aún no lo sigue siendo, puesto que en infinidad de casos en lugar de valorar el hecho de que una mujer tenga la valentía de registrar sus pensamientos en una sociedad machista donde la mujer que piensa -hecho para lo cual el patriarcado considera las mujeres no están aptas- es mal vista, las personas cuestionan el contenido de los textos, menoscaban el valor de las escrituras y, además, se burlan o humillan a la escritora.
Las mujeres escritoras han sido mal vistas, pues salvo registren las recetas de cocina o los consejos para el tejido y las manualidades, quienes han tenido la osadía de dar un paso más allá, han sido cuestionadas y sancionadas por sus ideas. Incluso en los tiempos modernos, como mínimo las han visto como personas extrañas con problemas mentales o personas con vidas insatisfechas que por eso escriben.
Cada vez encontramos más mujeres literatas y eso es sumamente esperanzador, y si bien, este día está orientado a conmemorar a aquellas mujeres que son escritoras propiamente dicho, también es importante valorar a todas las mujeres que deciden soltar la timidez que el patriarcado intenta inculcarnos y escribir sus ideas sin importar el qué dirán, con el simple propósito de dejar en claro que aquí estamos y somos parte de esta sociedad a la cual no solo queremos interesarle, sino a la cual queremos construir desde los distintos espacios de poder que vamos a conquistar.
Las mujeres necesitamos dejar huellas para que el machismo tiemble que se caiga a pedacitos y la escritura es un arma revolucionaria para que nuestra voz y nuestro hermoso pensar quede registrado en la historia.
Gracias a todas aquellas que hacen que nuestro mundo tenga menos piedras en el camino machista que aún nos queda por recorrer lamentablemente, pero será en aras de llegar al destino de la sociedad más justa e igualitaria.